BASQUETBOL. Derrotó con mucha autoridad a Hispano Americano 86 - 79 en el quinto partido de la serie Disputó un gran partido en el Maxigimnasio con muy buen juego colectivo y Rodrigo Sánchez como goleador. Ahora enfrentará con desventaja de localía a Instituto de Córdoba por los cuartos de final del TNA. El lunes 13 y el miércoles 15 de abril serán los primeros dos juegos en la provincia mediterránea.
En el partido más importante de la temporada, y en el que más presión tenía, Estudiantes dio anoche una prueba de personalidad porque jugó el mejor de los cinco juegos de la serie y derrotó claramente a Hispano Americano de Río Gallegos 86 a 79 en un más que poblado Maxigimnasio del Parque Carlos Guerrero para sacarse de encima a un muy complicado equipo sureño y pasar la fase de cuartos de final de la Zona Sur del Torneo Nacional de Ascenso (TNA) de básquetbol.
De esta manera, el equipo de José Luis Pisani se metió entre los ocho mejores del TNA (torneo que lo comenzaron jugando un total de 22), algo impensado a principio de temporada (reconocido por los dirigentes y el propio entrenador), y ahora se medirá por los cuartos de final del TNA contra el equipo de mejor récord del país, Instituto de Córdoba, que tendrá la ventaja de campo en la serie pactada al mejor de 5 juegos.
Los dos primeros partidos serán en Córdoba el lunes 13 y el miércoles 15 de abril. La serie luego se trasladará a Olavarría para jugar el juego 3 y el eventual 4 (19 y 21 de abril), mientras que el quinto y decisivo sería el 25 de abril en la provincia mediterránea.
Si bien se trataba de un quinto juego, donde habitualmente la presión y los nervios hacen que los jugadores rindan por debajo de su nivel y que el juego no sea el más lindo para ver, Estudiantes pudo elaborar y plasmar anoche en cancha el plan de partido que tiene acostumbrados a todos.
Mucha defensa con rotación y desgaste para llegar con aire al cierre y goleo repartido en ataque sin depender de un jugador en especial (anoche hubo seis jugadores con puntaje anotador de dos dígitos).
A lo largo del torneo al Bata se le puede criticar falta de claridad en ataque, o reprocharle al entrenador algún cambio cuando un jugador estaba con la mano caliente y lo mandó a descansar con la idea de repartir bien los minutos, pero si hay algo que no se puede negar es que son jugadores que dejan la piel en cada pelota para defender y de esa manera reemplazar la falta de un jugador franquicia que gane los partidos por sí solo, como tienen otros equipos de mucho mayor presupuesto que el Bataraz.
La noche comenzó con los dos muy imprecisos, como sintiendo la presión de lo que había en juego. El local defendía bien, pero se apresuraba en ataque y no podía aprovechar para escaparse en el marcador. Dentro de un juego muy parejo el Bata se encontraba cómodo sólo si corría, con Rodrigo Sánchez como estandarte (6 puntos).
En Hispano Americano, Sebastián Acosta (aglutinando mucho las ofensivas) respondía, porque Nathan Carter (no anotó en el primer cuarto) fue excelentemente defendido a lo largo de toda la noche por una marca rotativa albinegra (se turnaron entre Rodrigo Sánchez, John Thomas, Cristian Romero y Héctor Martirena).
El trámite siguió muy parejo. La defensa en zona volvió a complicar al Bata y, con dos bombazos de Martín Miner, Hispano siguió en juego, incluso pasó al frente (38 a 37), pero otra buena noche de Juan Ignacio Mateo (anotó y contagió a todos en defensa) y los puntos que aportó Héctor Martirena pusieron las cosas en su lugar.
Con una fugaz aparición en ataque de John Thomas y los puntos desde la línea de Rodrigo Sánchez, Estudiantes comenzó a insistir en el poste bajo, donde cargó de faltas a los sureños y generó muchos tiros libres.
Si bien entró en escena Nathan Carter (6) en la visita, el Bataraz puso un parcial de 20 a 15 y entró al cuarto final con una linda ventaja (61 a 53).
De movida tuvo la máxima de 14 (68 a 54). Cayeron como anillo al dedo un triple de Juan Levrino y otro del Loco Mateo para que el Maxigimnasio explotara, saboreando el quiebre del partido. Hispano empezó a sentir el rigor físico de una serie larga y la pérdida de cuatro jugadores por límite de faltas.
Por eso apeló, como a lo largo de toda la noche, a sacar el partido con los tiros de tres puntos. Ahí el Negro Acosta (12 puntos en el cuarto final) empezó a bombardear desde todos los sectores y su equipo se arrimó a 6 puntos (80 a 74), pero hasta ahí le dio el combustible.
Con el reloj como aliado el Bata lo pudo cerrar sin problemas desde la línea de libres con Nicolás Paletta (de gran juego, con 12 puntos y 7 asistencias) para que se desate en forma definitiva un enorme festejo en la fortaleza de cemento.