Treinta carpas y ciento cincuenta niños de La Madrid y las localidades se reunieron en el campamento.
A lo largo de dos jornadas hubo juegos y deportes. Agencia
Más de 30 carpas albergaron a los 150 alumnos que llegaron desde La Madrid, Pontaut, Las Martinetas, Líbano y La Colina.
El campamento se inició con el desfile de las delegaciones, portando su estandarte identificatorio. Luego llegó la hora de los juegos y las recreaciones en el balneario Eduardo Baraboglia. Esta fue la cuarta edición del campamento.
"Ha sido una temporada atípica desde lo climático pero el balance es positivo. Siempre quedan cosas por mejorar pero lo bueno es que mantenemos las sedes del programa Escuelas y continuamos con las Colonias y eso permite el trabajo en conjunto entre la Municipalidad y la Dirección General de Escuelas", subrayó Hagg.
"Pudimos concretar los encuentros en las localidades y para los chicos el momento del campamento es muy especial", completó el profesor.
Si algo rescata Hagg es el comportamiento de los pequeños. "Hay que ponerlo en valor porque a diario se escucha sobre cómo son los adolescentes y se refleja la violencia pero en nuestro caso debemos decir que es excelente. Gran parte de esto viene de la casa pero también es mérito de los profesores que les dedican mucho tiempo a sus alumnos", mencionó.
-¿Qué rescatan del campamento?
-La cuestión participativa y social porque se logra que chicos que en muy pocas oportunidades se hayan visto puedan congeniar, intercambiar experiencias y socializar.
Después están las actividades propias del campamento como armar una carpa, el momento del fogón o los juegos.
Muchos de ellos vienen por primera vez a un camping y por ahí no están acostumbrados a lo que es la vida en la naturaleza; dormir en el piso, dentro de una bolsa y eso hace que al otro día empiecen las anécdotas. Son cosas impagables.
