BASQUETBOL. La Argentina apabulló ayer 81-46 a Senegal en el Mundial de España El equipo albiceleste enfrentará hoy a las 17 a Grecia para definir mano a mano el primer puesto del Grupo "B". Los dirigidos por Julio Lamas, de acuerdo con los resultados que se registren, pueden ser primeros, segundos o terceros.
Senegal fue una sombra del equipo que le ganó a Croacia. Inseguros, temerosos sus jugadores, tremendamente inocentes e ingenuos a punto de recibir tres veces seguidas la misma forma de conversión, o sea repetir tres veces el mismo error defensivo.
Erráticos con el aro desde media y larga distancia, cuando habían sido muy efectivos en los juegos anteriores, encestando con pelotas sucias cerca del aro y con grandes volcadas por su altura, que son más efectistas que efectivas. En definitiva, nadie suponía tantas facilidades para la selección nacional en el día de ayer. Por el contrario, cualquiera de los que aquí están vaticinaban un juego complejo. Y más que estos morochos venían de bajar a Croacia, que había hecho lo propio con nosotros.
Pero esta zona de Sevilla se puso desconcertante, imprevisible y atractiva para quien viene a mirar el básquetbol sin interés por ningún país. La Argentina salió muy concentrada sobre todo en defensa, cerrada y abroquelada en su aro, para que los largos jugadores de Senegal no pudieran desarrollar su juego interior, arriesgando o dando los lanzamientos de afuera, lo que contó con la colaboración de los senegaleses, que tuvieron una floja efectividad.
En ofensiva se recuperaba la memoria, con el balón circulando rápidamente, aprovechando esa verdad de perogrullo que dice que "la pelota es más rápida que las piernas", lo que sumado al desconcierto defensivo de Senegal dejaba siempre a un hombre argentino solo frente al aro y la Argentina fue efectiva desde la media y larga distancia.
Encima Scola se las ingeniaba además para maniobrar entre las torres negras y convertirles, bajando aún más la moral de este equipo que veía invadir su fortaleza bajo su aro. Campazzo penetraba, rompía y descargaba afuera y Herrmann, Nocioni, Mata y ayer también Leo Gutiérrez, sacudían las redes senegalesas con sendos bombazos de afuera que iban minando el espíritu, ya pobre de entrada, de los africanos.
Así, sobre todo en el segundo cuarto, se elaboró una diferencia que entre lo que sucedía y se veía, resultaba irremontable para los hombres africanos, como lo fue y permitió a la Argentina rotar sus jugadores, recuperar confianza en el juego colectivo, poner en cancha los jugadores jóvenes, que a mi juicio estuvieron poco tiempo, pero peor es nada, y volver a tonificarse para el gran duelo de hoy con Grecia por el primer puesto de la zona.
El tercer cuarto se jugó por momentos mal en ambos lados, con muchas pérdidas y poca efectividad, pero en el último el equipo nacional recuperó todo su buen juego ofensivo y defensivo y completó la faena con más diferencia en un tiempo que, repito, estuvo demás.
La buena labor en los dos tableros de la selección nacional, sumado al flojísimo partido de los senegaleses convirtieron un serio compromiso a priori en un partido de entrenamiento. Menos mal, por el desgaste físico y mental que hubiera sido un juego complicado, pensando en Grecia, obvio.
Otro párrafo para la hinchada de la Argentina, más de 3.000, como si fuera La Bombonerita, el Polideportivo de Mar del Plata o El Hogar de los Tigres de Sunchales, que cuando los chicos entraron a jugar atronó con el "vamos vamos los pibes.." y les hizo sentir a Delía, Bortolín, Gallizzi, Laprovittola y Campazzo casi una premonición del futuro no tan lejano, que eran una mezcla de Jordan y LeBron James. Si eso no te motiva para comer crudo a alguien, no sé qué lo haría.
Y destacar también aquello que nadie puede enseñarte, la picardía, la viveza criolla o latinoamericana, en el buen sentido de la palabra, aplicada a full por los jugadores argentinos que hacían quedar a veces tontamente inocentes a los africanos.
Entre Grecia y la Argentina, hoy, está el primer puesto, pero en los otros tres lugares puede pasar cualquier cosa. Y en el otro lado, primero España y segundo Brasil, lo cual nos deja posibilidades de encontrarnos con Francia o Serbia en octavos. Segundos nos agarra España en cuartos, y podemos despedirnos. Así que hoy, cueste lo que cueste, hoy, tenemos que ganar.