LAPRIDA

"Cada sonrisa de Gaspar y Baltasar se las debemos a todos ustedes"

La historia y presente de los gemelos Correa ? Aguerre Los chicos nacieron prematuros pero superaron su debilidad y con mucho apoyo de la familia hoy lucen saludables. Una historia de amor y fe en Dios.

"Cuando el 25 de abril nacieron nuestros adorados gemelos Gaspar y Baltasar, sabíamos que venían días difíciles, porque desde los tres meses el embarazo había sido traumático. Pensamos que en un mes o dos volveríamos de Tandil, pero fueron casi cinco; en los que tuvimos momentos de angustia, dolor, impotencia pero de una fe enorme en Dios y la Virgen". Así lo sienten aún hoy Julieta Aguerre y Waldemar "Taca" Correa, que contaron lo vivido, las sensaciones y la actualidad de tiempos que se vienen con rodajes mucho más felices, con otros colores más llevaderos para el corazón.

El amor los une más fuerte que nunca. Y no dejan de repetir: "Es en esos momentos donde se aprende a valorar muchas otras cosas. Entre ellas el gran apoyo que recibimos de todo nuestro querido pueblo", dicen.

Ese embarazo buscado comenzó a complicarse con un desprendimiento de placenta que hizo que los gemelos nacieran de tan sólo 30 semanas. Gaspar (1,400 kg.) y Baltasar (1,200 kilogramos), este último nació sin respirar y automáticamente fue a recibir respiración por ayuda mecánica, donde permaneció dos meses atravesando dos cuadros de neumonía, donde los partes médicos "sin pelos en la lengua" pintaban una situación que era de extrema gravedad.

Pero un día Baltasar mostró su carácter y por sexta vez se desentubó solo y luego de 48 de espera comenzaron a verse sus progresos.

Impotencia, dolor y esa fe de aferrarse a Dios era una compensación constante para el alma de esos días en Tandil. Julieta cuenta que antes de partir a la iglesia llamaba a sus amigas Estefanía Madrid y Mariana Desancio para que en nuestra ciudad comunicarán por Facebook las cadenas de oración por ambos hijos, hecho que se multiplicó en todas las iglesias y templos de Laprida.

En la clínica recuerdan que "había que hablarles a ambos con voz firme y fuerte cada vez que entrábamos a verlos porque teníamos que darles fuerza y afianzar ese vínculo que se volvía cada día más notorio al apoyar los gemelos contra el pecho", recuerda Julieta con brillo en los ojos.

Días para estar juntos y a la par, no había más margen. Una situación es preparar mamaderas para dos en casa y otra muy diferente era organizarse con las visitas medidas en horarios a Neonatología cuatro veces por día, dado que Gaspar recibió el alta a fines de junio, mientras que Baltasar lo hizo el 15 de septiembre que regresaron al Hospital de Laprida.

Gaspar pesa hoy 6,050 kilogramos y Baltasar en franca recuperación y pasando ya varias horas sin oxígeno está en los 4,200 kg. "Baltasar es un milagro, porque su significado es el protegido de Dios", acota Julieta. Y vaya si lo es.

En Laprida ambos ya viven ahora la vida de otra manera. Ya no extrañan tanto a Bautista, respiran la ciudad y comparten más de cerca el afecto, los amigos y el calor de los hogares.

Julieta se siente más relajada dice, pese a que se hallan "internados" los cuatro en el Hospital de Laprida hasta que Baltasar deje el oxígeno definitivamente. Mientras tanto Waldemar –además de bañarlos y cuidarlos- ya retornó a su empleo en la agencia de lotería "Zorionak" de Sandra Riva, quien sin dudar facilitó para que permaneciera en la ciudad serrana el tiempo que fuera necesario acompañando a Julieta y cuidando de sus hijos.

"Cada sonrisa que recibimos hoy y todos los días de Gaspar y Baltasar se las debemos a todos ustedes, gracias, gracias, gracias Laprida".

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