LAPRIDA

Las 26as. Jornadas de la Educación por el Arte fluyeron en torno a un mandala

El viernes quedaron oficialmente inauguradas las Jornadas de Educación por el Arte en su 26ª edición, ceremonia de apertura que se cumplió en la plaza central. La actividad finalizará hoy con la evaluación y cierre de los diferentes talleres.

El intendente municipal, Alfredo Fisher, presidió el acto junto con Laura Coton, de la Dirección General de Gestión Cultural de la Biblioteca del Congreso de la Nación, compartieron el acto, que se inició con el ingreso de la bandera nacional transportada desde el palacio municipal por talleristas y expositores como fueron Carlos Car, Adolfo Burgos, Stefanía Basano, Patricio Sierra, Yanina Islas, Teresita Disipio, Julio Irigoytía, Matías Corso, Carlos Moreira, Carlos Servat, Eugenia Castillo, Joli Schefer Juan Bautista Olmedo, María Belén Gómez, Nuny Casartelli, Andrea Chinchilla, Guillermo Genitti, Alicia Frías, Franco Mehlhose, Guillermo Genitti, Liz Mesia, Isabel Irigoyen, Karen Simonovich Mabel García, Andrea Arcas, Yanina Cepeda, Manos de La Madrid e Hilanderas de San Jorge.

El Intendente municipal y el profesor Carlos Moreira izaron la enseña nacional para continuar con la entonación del Himno Nacional.

La directora de Cultura, María Alejandra Casemayor, dio lectura a una carta enviada por Víctor Khon, un ícono junto a Patricia Stokoe marcando aquella primera cita en la misma plaza cuando se iniciaron las Jornadas, remarcando que su continuidad en el tiempo fue "por su gente que no se rindió nunca ante las dificultades, que incorporó en su mente y sangre los conceptos básicos de la Educación por el Arte como guía de vida".

Como intendente comunal Alfredo Fisher brindó sus consideraciones valorando el espíritu del evento, coincidió con el texto de Khon acerca de "esta comunidad que las mantiene viva y que tiene esa permanente vocación por los estético, los artístico, por el color el movimiento y las formas. Esta semilla ya está plantada y se transformó en un árbol que va haber que seguir regándolo, porque invertir en cultura no ha sido un gasto sino una inversión y año a año va dando sus frutos".

Con la percusión como el sonido de la tierra, el público se fue conectando en un ejercicio de unión en torno de un mandala de vida, que fue vehículo de un viaje expresivo, de creación y entrelazados en un vínculo único que hizo una magia de cohesión.

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