Un total de 295 aves y conejos tomaron parte de la tradicional Expo, con participantes que llegaron desde distintos puntos de la Argentina.
El primer premio macho correspondió a un New Hampsire, Lote 218 de Graciela Martínez (Premio Uatre), y la hembra a una Rhode Island, Lote 195 de Andrés Ardizana (Premio Honorable Concejo Deliberante).
Manuel Bustos, presidente de la Asociación de Criadores de Aves, Conejos y Afines de General La Madrid, realizó un balance positivo de la Exposición. "Fue bastante mejor que la del año pasado en calidad en animales. La gente quiere venir más, pero algunos no alcanzaron a hacerlo", señaló.
De cara al futuro, el titular de la institución apuntó que la idea es hacer un mayor control de la cantidad, por ello la intención es poner un tope de expositores por raza.
"En cuanto a la calidad de los animales es muy buena. Sigue mejorando porque la gente confía en el jurado, al cual lo vamos cambiando continuamente, y los expositores se esmeran en mandar los ejemplares cada vez mejor, bien limpitos, bien prolijos, con sus plumas adecuadas", subrayó Bustos.
El ojo observador
Este año la jura de los ejemplares estuvo a cargo de Víctor Manfredi (Uruguay) y Nazario Ambrosio (Corrientes). Ambos jurados destacaron la cantidad y calidad de animales que se presentaron en La Madrid y sostuvieron que "no tienen nada que envidiar a otras exposiciones que se realizan en la Argentina".
Ambrosio es integrante de una cooperativa de criadores de aves y conejos con 66 años de antigüedad, y llegó a La Madrid por primera vez. "Es un honor estar aquí. Víctor (Manfredi) me había contado de la calidad del salón y de las aves. Hay muy buen nivel y calidad, y se ve la preocupación de los cabañeros", destacó.
Ambrosio consideró que cada raza "tiene sus defectos y virtudes", y coincidió con otros especialistas en que "el ave perfecta no existe, pero se busca la mayor calidad posible".
"Lo que primero se ve en el ave es el fenotipo, porque cada raza tiene su forma: color de patas, los dedos y el plumaje. El negro debe ser negro, el leonado debe ser leonado y el blanco, blanco", detalló el jurado de amplia experiencia. "Cada raza tiene su especificidad", insistió.
"Esto es herencia. Yo fui el único de los nietos de don Nazario al que le gustaron las gallinas; él criaba de riña y yo también. Comencé a criarlas cuando tenía 12 años junto con un primo, tenía Rhode Island y Bataraz, y empecé a exponer a los 20 años. Ahora hace 20 años que estoy jurando", repasa el productor nacido en Mercedes, Corrientes.
"Soy fanático del Plymouth Rock Blanco, que según un señor de mucha experiencia y renombre es un ave de pasarela. Además el fundador de nuestra cooperativa, Carlos Medina, decía que al igual que el pura sangre es la perfección en los pura raza equinos, el Plymouth lo es en las gallinas. Tal vez muchos se enojen, pero es mi forma de ver. Yo soy un fanático y un admirador de la raza", remarca.
Con respecto a la actualidad de la actividad, Ambrosio sostiene que "la crianza no es para todos, sino para aquellos que pertenecen a la clase media y baja. Cuando yo era joven no había tantas actividades como ahora", menciona.
Asegura que para ser criador "debe estar en la sangre" y apunta que para ser avicultor se debe "tener paciencia, y ser constante y honesto".
"La cuarta pata de los criadores es la amistad. El padre de Víctor Manfredi siempre me decía que él criaba plumas y cosechaba amigos. La cría de gallinas es un sentimiento", resume el hombre.
La genética está ganando cada vez más espacio en la cría de aves. "Se utiliza de la misma manera o más que en la ganadería. En las gallinas se busca una corriente de sangre; seguro que se busca la mejor genética", concluye Nazario Ambrosio.
Por su parte, Víctor Manfredi, que por cuarta vez visitó La Madrid, mencionó que la calidad de los animales fue muy buena. "Hay una linda apreciación. Después en la pista se ven las taras y virtudes de cada ejemplar, que es lo que hacen a los premios de la muestra", remarcó.
"Cada sección tiene un estándar y, sobre un total de 100 puntos, se analiza cada una de las partes y luego se descuentan los puntos", explica sobre su labor.
Con respecto a lo que observa como criador, el jurado mencionó que "en toda la provincia de Buenos Aires y Córdoba se observa que está creciendo cada vez más la cantidad de gallineros", aunque reconoce que esto no se observa en otros lugares de la Argentina.
Comparándola con lo que ocurre en su país, Uruguay, indica que "hay cuatro o cinco exposiciones y reúnen a no más de 600 animales, por lo que La Madrid debe ser muy valorada".