FUTBOL

Festejo en Desarrollo Social con el naranja sciolista y holandés

El Ministro armó la fiesta futbolera el miércoles en su despacho Aunque la gente común sufre delante del 20 pulgadas (a lo sumo 32), del queso y las aceitunas, muchos se tomaron un avión cada cinco días. O armaron su fiesta en el despacho del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense. El mismo ministerio que tanta deuda acumula con los sectores más vulnerados.

Silvana Melo

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El grueso de los mortales sufre y se muerde las uñas y los codos delante de la tele. Mate, pizza, aceitunas, galletitas, cerveza. Poco más que eso. Un atado entero, el que fuma. Lo que caiga delante, el que sólo come para domar la ansiedad. En la final del Mundo sin Brasil en Brasil, es un sueño al que nadie se atrevió. Ni en sueños a ese sueño. Pero fue. Para llegar hasta aquí hubo que jugarse el equilibrio emocional y la salud de las coronarias. Eso para el grueso de los mortales. Los otros, los que hasta parecen no ser mortales, se tomaron un avión para cada partido. Pagaron enormidades para entrar a una cancha. Se ausentaron de sus despachos y de las más áridas venas del país. Y los que no, armaron en esos despachos sus bacanales, con leds de centenares de pulgadas. Con bebible y comestible del bueno, como para contrastar brutalmente con aquellos que la ven de lejos. A la pelota y a mesa servida.

Entre los últimos, entre los que prefirieron la bacanal en el despacho, está nada menos que el Ministro de Desarrollo Social de la Provincia. Hasta se podría haber dejado pasar con alguna liviandad si se tratara del Ministro de la Producción. O el de Agricultura. Pero la simbología es tan fuerte y la contradicción tan estridente, que se complica mirar para otro lado.

Se trata de Eduardo Aparicio, el mismo ministro que es el responsable de la subejecución de tantos programas destinados a la niñez y a la adolescencia, el mismo que decidió un aumento pero a la vez redujo los cupos en el Servicio Alimentario Escolar, el mismo que retacea el pago de las becas para los centros de día y pone en jaque la existencia de instituciones y organizaciones. Es fanático el ministro. Tiene un look maradoniano, supo compartir cancha con Daniel Scioli e inauguró canchitas de fútbol en barriadas de la mano de Carlos Tevez. Que, casualmente, era la apuesta el sciolismo para la Selección. Y como la Selección parece ser un coto que la hinchada K se empeña en cooptar, no lo llevó. Y está en la final del Mundo. Sin Tevez ni los kirchneristas ni los sciolistas ni el Pro ni +A.

Volviendo al humilde Aparicio, al que esta provincia complicada donde vive no le permitió tomarse el avión una vez cada cinco días como al ministro estrella de Mauricio Macri, el hombre tuvo que armar la fiesta en su propio despacho. En el del Ministerio. De Desarrollo Social.

Varios portales políticos bonaerenses reprodujeron las fotos que el propio Ministro subió a su Facebook para que el grueso de los mortales disfrute viendo cómo disfrutan sus dirigentes.

Desarrollo Social, es interesante aclararlo, es de lo más controversial en la estructura de gobierno de la Provincia de Buenos Aires. En el territorio -como ya se ha repetido hasta el cansancio en esta columna- más injusto y más violento del país, Desarrollo Social hace agua.

Pero el miércoles, 9 de Julio y de Gloria, Argentina y Holanda brillaron en el led gigante que montó Aparicio. El merchandising celeste y blanco cubrió torsos y cabezas y fue corneta y matraca a la hora del festejo. Todo acompañado por locro, muy buen vino y mejor cerveza. La amable reunión contó con funcionarios, compañeros y amigos, en un ámbito donde la ola naranja con carita feliz impregnaba paredes y escritorios. Demasiado parecida a la otra ola, la comandada por Van Gaal. Con una diferencia: la naranja sciolista anuncia el programa Soluciones Ya!

Y como la amable reunión resultó positiva, la Argentina ganó la semifinal y el domingo se juega el alma, seguramente el cabulero Aparicio, con la sabiduría de que equipo que gana no se cambia, citará a los mismos funcionarios, compañeros y amigos y organizará la tertulia en el Ministerio de Desarrollo Social. Así la Argentina se traerá la Copa del Mundo. Y mañana, Dios dirá.

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