"Todo lo que seas capaz de soñar, tenés la capacidad de lograrlo"

Benjamín Pastaran se animó a soñar y a pesar de los imponderables y dificultades que tuvo a lo largo de un viaje de más de 25 mil kilómetros llegó a "su" Alaska. Esa experiencia de vida lo impulsó a brindar charlas a adolescentes. Días pasados estuvo en La Madrid hablando sobre la experiencia e incentivando a los adolescentes a que sigan sus sueños.

Pastaran emuló el film "Unto the Wide", en la cual un muchacho estadounidense abandona todo para internarse en el medio del bosque, y viajó desde el barrio porteño de Palermo hasta el "Magia Bus" un colectivo abandonado en medio del bosque, en el extremo norte del continente.

"Los sueños, aunque no sean perfectos, se logran", insiste el joven aventurero ante la veintena de chicos de la EP Nº 2.

-¿Cómo se hace en una sociedad tan estructurada para seguir un sueño?

- Es complicado porque vivimos en una sociedad con muchas limitaciones, pero la clave de los sueños es confiar y conectar con la intuición que todos tenemos dentro. En la medida que uno es fiel a lo que cree, el mundo te va abriendo al camino que parece engorroso y los sueños se hacen cada vez más reales.

Benjamín cree en él, pero sobre todo cree en los jóvenes y lo transmite en cada frase por eso aclara que si bien cada persona está rodeado por un contexto personal, "a veces, si se piensa desde la razón, algunos sueños parecen medio imposibles. Por eso hay que confiar y soñar que las cosas se pueden lograr. Hay que estar convencidos e ir callando las voces ajenas".

"Todo lo que sos capaz de soñar es porque tenés la capacidad de lograrlo", pide el licenciado en Recursos Humanos, entre otros tantos títulos que posee.

"Muchos me han dicho que estoy loco. Otros me preguntan qué me llevó a hacer el viaje. Yo creo que no hay peor fracaso que el no haber intentado algo por eso hay que intentar porque la sociedad es crítica", apunta.

Los adolescentes, ese misterio divino: a veces tan difícil de comprender y otras tantas copiados por una sociedad que los juzga y prejuzga constantemente. Para Benjamín, "hasta que salen del colegio están inmersos en una estructura que los contiene y limita sus sueños por mandatos que vienen de las familias o la escuela".

"Esta bueno que se animen a abrir sus alas y que el viento los lleve. Ellos son dueños de su vida y de sus decisiones", reflexiona.

"La preocupación máxima de los chicos es equivocarse y fracasar. Están muy influenciados por los padres, eso los presiona y hacen que decidan sin tener conocimiento o argumentos. Para tomar una decisión hay que estar seguro", concluye Benjamín Pastaran.