BASQUETBOL. Perdió en Concepción del Uruguay 88-80 ante Regatas el tercer punto Jugó mal el primer tiempo y no le alcanzó la reacción del segundo. Estudiantes está arriba en la serie por 2 a 1 y mañana a las 21.30 tendrá nuevamente la oportunidad de coronarse campeón del Torneo Federal en tierras entrerrianas.
Luis Ahumada, enviado especial de EL POPULAR
Se sabía que la gran diferencia de 32 puntos que hubo en el segundo juego en Olavarría entre el Bata y Regatas era absolutamente irreal. Que para ganar de visitante Estudiantes iba a tener que hacer las cosas aún mejor que en ese juego porque la respuesta del local seguramente que se presentaría muy distinta que en el Gran Gimnasio del Parque Carlos Guerrero. Y así fue.
El tercer punto de la serie final del Torneo Federal de Básquetbol quedó anoche en manos de Regatas de Concepción del Uruguay, que se impuso con justicia ante Estudiantes por 88-80, que ahora manda 2 a 1 y sigue con las chances intactas de coronarse campeón.
Mañana a las 21.30 volverán a verse las caras otra vez en el gimnasio "Juan José Garro" y nuevamente el equipo olavarriense tendrá la chance de alzarse con el título de campeón y el boleto al Torneo Nacional de Ascenso (TNA), la segunda categoría del básquetbol argentino que el Bata anhela alcanzar desde hace ya un par de temporadas.
El juego fue muy intenso y emotivo, con todos los condimentos de una final, ni más ni menos. Al Bata, salvo en el arranque, siempre le tocó correr desde atrás y de movida se cargó con dos faltas su principal referente en la zona pintada, el pivote platense Juan Luis Abeiro. Regatas fue siempre fiel a su estilo de presionar e intentar correr, pero de entrada los nervios se apoderaron de los dos equipos, que se mostraron más que erráticos.
Sin embargo, dentro de ese contexto el Bata se plantó con personalidad en la cancha, como demostrando que de los dos era al que menos le pesaba la responsabilidad de disputar una final tan importante.
El bahiense Franco Pennacchiotti, al igual que en el segundo juego, se mostró confiable a la hora de anotar, mientras que en el local cada vez que lo buscaron a Alejandro Burgos, el ex Olimpia de Venado Tuerto respondió con creces.
Luego de un arranque de 12 a 6 a favor de la visita, el celeste entró en juego con la puntería perimetral de Juan Pablo Wall y Gastón Sieiro para cerrar el primer cuarto a su favor con ventaja (23 a 19).
En el segundo cuarto Regatas, pese a que Federico Mariani sumó su tercera falta personal, encontró respuestas en jugadores que habitualmente tienen varios minutos en cancha pero poco protagonismo ofensivo, como Franco Giulietti, El local siempre se mantuvo arriba por escaso margen hasta que se escapó de la mano de los puntos de Alejandro Burgos (12 en el segundo cuarto) y los lanzamientos de tres puntos. Tras un par de faltas técnicas que le cobraron a Luciano Tantos y a José Luis Pisani, el local acentuó su escapada y el Bata se mostró mentalmente fuera del partido.
Tras el descanso largo Regatas sacó 16 de ventaja (53-37) con los triples de Juan Pablo Wall y Agustín Aguirre. Pero tras ajustar la defensa, y con cinco puntos seguidos del base quilmeño Luciano Tantos, Estudiantes inició la remontada, que no pudo ser completa porque falló varios ataques cómodos.
Así, la visita se puso a 6 (57-51), pero Regatas siempre encontró respuestas desde el perímetro cuando el Bata se le plantó en zona.
En el cuarto final el albinegro echó el resto de la mano del tirador neuquino Juan Levrino (10) y se puso en juego. Con un par de buenas acciones de Rodrigo Sánchez, el albinegro llegó a ponerse a un punto (76-75), pero una vez más Alejandro Burgos apareció en todo su esplendor (finalizó con 25 puntos tras pasar inadvertido en Olavarría). Con el juego 84-80, Juan Pablo Wall puso un doble clave a falta de 40" y en la jugada posterior el Bata perdió la pelota y su suerte quedó decretada. Bronca por la chance perdida para Estudiantes y bronca por un arbitraje que los albinegros cuestionaron, aunque se sabe que esos "pitazos" que son dulces de local se transforman en amargos cuando hay que jugar en casa ajena.