PARAPENTE. Victoria Vouillat y Damián Lestarpe, tras lograr el récord argentino de vuelo libre Victoria Vouillat y Damián Lestarpe lograron el récord nacional de vuelo libre partiendo desde La Madrid. Luego de cinco horas superaron los 193 kilómetros.
Con la Semana del Cross sobre sus hombros poco pueden disfrutar de su logro, pero se les dibuja una sonrisa al hablar de la hazaña.
Después de 5 horas arriba el ala, tras sobrevolar la Estación Voluntad, Chillar y María Ignacia Vela, Lestarpe y Vouillat aterrizaron en Tandil. "Veníamos mirando las distancias, porque el día no tenía buenas condiciones para volar y se nos dificultaba subir".
Fue un vuelo tranquilo, en la mayoría del trayecto. Cuando faltaban menos de 20 para lograr el objetivo el parapente "quedó muy bajo", dicen (de estar alcanzando alturas superiores a los 2.200 metros bajó a 300). "Pensamos que se nos complicaba, pero pudimos sacar una térmica más y nos alcanzó", repasan.
El parapente se moviliza (sube o baja) gracias a la acción de las corrientes térmicas del aire. Los pilotos se sientan en una silla que mediante cientos de cables de keblar se unen al ala.
"Hubo momentos largos de silencio y concentración. Después que pasamos eso lo disfrutamos mucho", resume Damián.
Victoria asegura que las emociones "van variando mucho. Nosotros salimos a divertirnos y después que vas viendo la posibilidad te empieza a carburar la cabeza porque el aire es impredecible".
Volando "te sentís pleno y feliz de lo que hacés", coincide la pareja. "Damián dirige porque lleva los comandos, pero es un trabajo en equipo porque como acompañante y sabiendo volar podés detectar cosas que a él se le pueden pasar. Las decisiones las tomamos en conjunto", apuntan.
El estar más de 5 horas literalmente colgados conlleva la imposibilidad de utilizar un baño; la pregunta fue entonces cómo evacuan sus necesidades y la explicación fue sencilla: el hombre utiliza un preservativo de anciano y la mujer un pañal de adultos.
El clima viene jugando en la región un papel preponderante. La sequía hace mella en los campos, pero permite buenos vuelos." Las altas temperaturas se sienten en el piso, pero cuando pasas cierta altura el aire comienza a enfriarse. Ese día en particular era raro, porque a los 600 ó 700 metros ya te invadía el calor", indican los pilotos.
"Después de que logramos el récord íbamos charlando y sacando fotos, pero hasta ahí veníamos concentrados", indican.
Mirando a futuro, la ilusión del "Flaco" Lestarpe es ser campeón nacional de distancia. "Venimos bien, pero falta bastante", sueña. Vouillat, por su parte, intenta tomarse la cuestión con más calma.