AUTOMOVILISMO

El "Gallego" Rodríguez Posse y su equipo festejaron el título

AUTOMOVILISMO. Tras obtener el campeonato de la categoría Mar y Sierras A "Fue lo que busqué toda mi vida", dio el piloto. Junto con Walter Arenzo, Sergio Riat y Alejandro Etchegno repasaron el logro con EL POPULAR.

Luego del título de Mar y Sierras A obtenido el pasado domingo, Carlos Rodríguez Posse se reunió con sus seguidores en la habitual "Peña de los Miércoles" y festejó el logro. "Es el sueño cumplido después de toda una vida", consideró el nuevo monarca de la categoría más potente del Sudeste.

En el taller se mezclan imágenes típicas de los argentinos: el auto -ahora silencioso-, el asado que se cocina lentamente y las charlas que tienen como tema principal (obviamente) la carrera de Tres Arroyos que le dio el campeonato al "Gallego".

"Es un piloto muy tranquilo. Sabe lo que tiene que hacer arriba del auto, larga bien y es muy buen corredor de carreras, que piensa y toma buenas decisiones", coinciden Sergio Riat (chasista) junto a Alejandro Etchegno y Walter Arenzo (responsables del motor).

"Fue la frutilla del postre a un año de sacrificio y trabajo", resume Riat sobre el logro. El profesional se incorporó al equipo de Rodríguez Posse la pasada temporada y tuvo a su cargo alinear la unidad -histórica para La Madrid- que obtuvo el primer campeonato hace casi cuatro décadas.

"Estamos muy satisfechos porque trabajamos mucho. Esto tiene horas de laburo y el objetivo era salir campeón", indica "Janito" Etchegno.

"Tuvimos un muy buen medio mecánico. Nos la jugamos con el motorista y fue positivo. El auto se paró muy pocas veces y sumamos buenos puntos. El éxito también pasó por lo que hizo Carlos (Rodríguez Posse) arriba", menciona Arenzo.

"No habíamos preparado nada, ni festejos ni caravana. Si bien soñábamos con el campeonato, fuimos humildes y no nos quisimos ilusionar, porque los fierros son fierros y se pueden romper. Además se depende de lo que puedan hacer otros pilotos dentro de la pista. Hasta que no se baja la bandera no se puede decir nada", mencionan.

"Se trabaja carrera a carrera y la puesta a punto cambia constantemente porque corremos en tierra y en asfalto", explica Riat sobre su rol. Para el experimentado chasista, los circuitos sin asfalto "obligan a arriesgar más porque el piso cambia en cada tanda".

Quienes se responsabilizan del cuidado del motor en La Madrid resumen que "se busca un equilibrio" entre competencias. Luego de cada una repasan pieza por pieza para evitar desagradables sorpresas. "En nuestro trabajo no ganás nada pero no perdés tiempo, porque el automovilismo es una pasión. La meta era salir campeón y los resultados están", dice categóricamente Etchegno.

Consultados sobre la tríada piloto - chasis - motor, Riat será contundente como "Janito" y Walter: "No pueden funcionar uno sin el otro. El piloto debe estar cómodo para sacar el máximo rendimiento los elementos. A la vez, sin alguien que no sepa lo que tiene que hacer no se gana una carrera".

Los tres integrantes del equipo también destacan que "la contundencia y la regularidad" que encontró el auto tuvieron como pieza fundamental los motores entregados por la familia Sánchez, preparados en Balcarce.

El chasis, más allá de los cambios que se le realizaron en las últimas dos temporadas, tienen un pasado glorioso, ya que perteneció a la "Peña Pedro Juarroz".

Rodríguez Posse logró, a lo largo de la temporada, cuatro triunfos y sumó puntos clave para la definición. Ahora, con el torneo en el bolsillo, para Etchegno el momento en que se pudo soñar con la corona "fue en la primer serie de Tres Arroyos". Arenzo y Riat se remontan a la primera carrera de 2013, también en Lobería.

Sergio Riat tiene una vasta experiencia tanto en categorías nacionales como en zonales donde "se valora más la amistad entre los equipos y hay cordialidad. Nos tenemos contemplación y respeto por el trabajo del otro. En una categoría más importante si no tenés resultados estás como en una picadora", cuenta.

Walter y "Janito" también tienen su impresión sobre el tema. "A mí me gusta que se vea la virtud del auto y del piloto, por eso me gusta el zonal. Además es más amateur y hay más compañerismo", apunta Arenzo. Para Etchegno, "el que corrió en el Mar y Sierras A no se sube a ninguna otra categoría".

"Nuestra satisfacción es haberles ganado a motoristas como "Pincho" Castellano, "Johnny" De Benedictis u Oberti", subrayan los responsables del motor. Los dos (Alejandro Etchegno y Walter Arenzo) están entre motores y talleres desde su niñez y pudieron plasmar su experiencia una vez más.

Palabra de campeón

"Es lo que busqué toda mi vida", resume Carlos Rodríguez Posse sobre el campeonato. Cómo habrán sido las últimas vueltas de la carera sólo el "Gallego" lo sabe y es bueno que tenga una pequeña intimidad para sí y así encontrar una definición a los sentimientos luego de "lucharla por muchos años", dirá el lamatritense.

Rodríguez Posse se define como "un piloto tranquilo", aunque el desparpajo en la vida cotidiana y en el festejo en la caravana en la llegada a la ciudad no pareciera darle la razón.

"El auto tuvo un gran chasis y un gran motor. Fue contundente y regular", sintetiza sobre los estandartes de la temporada.

"Ganar la carrera en Laprida fue un quiebre. No estábamos bien pero hicimos la primera pole del año y la ganamos", recuerda. Mientras que en Tres Arroyos el "persevera y triunfarás" que pregona el "Gallego" se hizo carne. Fue un aliento, junto al de la familia y el equipo, para quedarse definitivamente con la copa del Mar y Sierras A.

"Esto no es mío sólo, sino que hay un equipo de trabajo y mucha gente que te apoya", destaca Rodríguez Posse.

Ahora el Nº 1 luce en la puerta del Ford. "No sabemos qué vamos a hacer el año que viene, pero queremos lucirlo en la pista. Debemos pensarlo porque hubo cosas que no me gustaron y habrá que hablarlo con la asociación de pilotos", adelanta sobre el futuro.

"Mi familia sabe cómo vivo el automovilismo. Después del nacimiento de un hijo es una de las alegrías más importantes que he tenido en la vida. Haber ganado el campeonato con un Ford y más ante un Chevrolet tiene doble alegría. Estoy inmensamente feliz", termina el "Gallego".

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