Entrevista a monseñor Hugo Salaberry El Obispo de Azul estuvo en La Madrid en una visita pastoral. Habló sobre el papa Francisco y apuntó que entre las temáticas que se debe plantear el catolicismo son la actuación durante la dictadura y la relación con el prójimo.
"Para nosotros, la visita de Monseñor es muy importante", rescató el padre Juan Angel Del Giorgio.
Salaberry explicó que la visita pastoral está programada dentro del derecho canónico que "está pensada para el Obispo recorra la Iglesia, mire los libros y vea cómo están los párrocos". La Diócesis de Azul tiene a su cargo los distritos de La Madrid, Olavarría, Roque Pérez, Rauch, Laprida, Ayacucho, Tandil, Benito Juárez, Bolívar, Las Flores, Tapalqué y Saladillo, además de la ciudad sede.
El Obispo azuleño no esquivó ningún tema aunque se excusó de dar su parecer sobre la detención del padre Julio César Grassi (N. de R.: que se había ordenado pocas horas antes de la entrevista) "porque no tengo en claro los fundamentos de la medida judicial", comentó antes del comienzo de la charla con algunos medios locales.
Según una encuesta del Conicet realizada en mayo, más del 90 por ciento de las personas se reconocen católicas y un 18 por ciento de ellas asiste a misa. En la Diócesis, entre un 3 y un 4 por ciento de los fieles participan de los cultos de fin de semana, número que se eleva con las emisiones radiales o televisivas de las misas. Sobre esto, Salaberry indicó que "no se sabe por qué sucede; es lo tradicional, ocurrió en la historia contemporánea de la Iglesia".
"La elección de (Jorge) Bergoglio como Papa ha estimulado mucho a la gente, que ha regresado a la Iglesia", apuntó Salaberry.
"Estamos muy movidos", por el nombramiento apuntó y agregó que "ya se ve como la prédica de Francisco se está replicando entre los fieles".
Hugo Manuel Salaberry Goyeneche fue ordenado sacerdote en la Compañía de Jesús en 1985 y nombrado obispo de Azul el 21 de agosto de 2006, por el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio. "Lo conozco hace 40 años, cuando era maestro de novicios en los Jesuitas", recordó.
-Revolucionó la Iglesia...
-Sí. Se nota que en el resto del mundo no conocían de este estilo, pero para aquel que lo conoce sabe que dice y hace lo mismo que cuando estaba aquí. Es exactamente como siempre. Me preguntaron si lo veía fuerte y contesté que sí porque cuando una persona hace y dice lo mismo que siempre no necesita disimular nada.
-¿La Iglesia se debe una discusión sobre los temas de actualidad?
-Creo que sí. Algunos temas evidentemente deben ser resignificados, aunque algunos ya los comenzó a reestudiar (con el papado) de Juan Pablo II.
Es bueno rever algunas cosas. Por ejemplo, a nivel local, hay que hacer una necesaria revisión de la actuación de la Iglesia durante el proceso militar porque siempre queda en la nebulosa.
Por otro lado hay que ver la participación de la Iglesia o de los fieles católicos en el necesario crecimiento social en la promoción humana de los hermanos que "están en la lona" que no tienen para comer, no tienen para estudiar, no tienen casa propia.
"Estas temáticas deben reverse en su actuación, aunque tal vez no haya pasado tanto tiempo en la historia", reiteró Salaberry.
-¿La sociedad católica está preparada para aceptar la propuesta del Papa?
-A muchos nos hace pensar, de todas maneras el peor cambio es el que no se comienza...
"Algunas cosas ya no tienen retroceso, como por ejemplo el estilo personal (del Papa)", dijo a modo de broma. "Después habrá que habrá que hacer todo un proceso de asimilación", continuó el Obispo.
"Hoy se sabe todo a nivel chismerío, pero debemos llegar a actuar y comprometerse", insistió el párroco.
Posteriormente el Obispo reflexionó sobre distintas reuniones católicas (bautismos, comuniones, fiestas de fin de año) y reconoció que "hoy se ha perdido la esencia" de esos encuentros.
Con respecto al encuentro de la juventud realizado hace poco tiempo en Brasil, Salaberry consideró que "fue fantástico". Apuntó también que la visita de Francisco a Sudamérica "es un indicativo de cuál será el rumbo" de su Pontificado. Analizó también que el Occidente católico (Europa) "quedó aturdido por la posmodernidad". "Yo confío en la capacidad de Europa de recomponerse", prosiguió e hizo gala de su conocimiento de la historia.
Para concluir, monseñor Salaberry dejó un mensaje de bendición para La Madrid: "La necesidad urgente que tenemos, tomando las palabras de Francisco, es ir a la periferia y mirar al prójimo para tratarlo como hermano y servirlo como tal porque urge en nuestra cultura volver al camino del encuentro que hemos perdido y creo firmemente que la religión es lo único que se ha podido probar que puede unirnos".
"Ayudar no es dar a quien no tiene, sino que atraer a este hermano a caminar juntos", terminó el Obispo de la ciudad de Azul.