Misioneras de la Inmaculada Padre Kolbe en La Madrid Hasta el viernes próximo recorrerán el barrio Chino. El padre Juan Angel y las misioneras explicaron cuál es su función. Dieron su visión sobre la obra del papa Francisco.
La estrofa de una canción resume la labor de las mujeres: "Eso que soy, eso te doy", repiten.
"Nos llena de alegría que estén aquí", comentó el padre Del Giorgio, presbítero de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, a la vez que recordó que en otras oportunidades era la misionera Angela quien llegaba a la ciudad. Explicó que el trabajo se extenderá por una semana, específicamente en el barrio Chino, "y aunque quisiéramos llegar a todos lados, no podemos hacerlo", reveló.
Acercando la palabra
"El primer misionero fue Jesucristo, que vino como enviado del Padre para anunciar el reino de Dios. Los cristianos somos sus discípulos y los encargados de transmitir la fe", explicó la hermana Cristina, quien es italiana pero ha pasado parte de su vida misionando en la Argentina y Bolivia. Junto a ella visita la ciudad Elena, una voluntaria de Laprida.
"Misionar es muy lindo porque ayuda a fortalecer nuestra fe. Además ayudamos a otras personas a hacerlo, a través de una palabra de aliento y esperanza", rescató la enviada de la Inmaculada Padre Kolbe de Olavarría.
"Nos tenemos que unir como hermanos y a la Virgen María para hacer del mundo un lugar mejor", indicó.
Elena ha recorrido otras provincias e inclusive viene llevando a cabo la labor en su ciudad natal, y es la primera vez que visita La Madrid en misión. "Fui haciendo un camino de fe, de trabajo y de disponibilidad. Dejar de lado nuestro ‘estar bien y cómodos’ para darte cuenta que en la vida hay que renunciar a determinadas cosas y encontrar gente que siempre te está esperando", cuenta sobre su labor como voluntaria.
Reconocen las sectas que se han expandido por una crisis de creencia en el cristianismo. "Dios nos sacude en determinados momentos de la vida para que nos demos cuenta de que estamos acá para ayudar al prójimo. La prioridad es caminar y ayudar" a través de las misiones.
"Venimos a ser las mediadoras del sacerdote porque él no puede hacer todo, recorrer casa por casa y atender a quienes lo van a buscar", profundizan sobre su tarea.
En una sociedad que ha ido modificando sus creencias, saberes y pensamientos "hay mucha gente que aún tiene a Cristo en el centro de su vida y de esta manera se equilibran otras cosas de la vida, dándole un justo sentido", apuntan las misioneras.
"Existe el riesgo de dejarnos llevar por las cosas materiales que nos ofrece el progreso y nos olvidamos de que el centro de la vida debe seguir siendo Jesús", insisten.
La revolución del Papa
Las palabras del papa Francisco se cuelan constantemente en la charla, por eso se las consultó sobre su pontificado. "Que el papa sea argentino es muy lindo y es un signo porque la mayoría de los católicos están en Latinoamérica; significa que los católicos tenemos algo que decir al mundo", indican.
"Debemos escuchar su palabra, seguir su ejemplo y a nosotros nos toca ponerlas en práctica porque la revolución se va a dar", menciona la hermana, y agrega que "hay una crisis de las instituciones por la corrupción y la violencia, y que van en contra del querer de Dios".
"El Papa, con su pensamiento, está revisando la Iglesia. Con sus gestos y su palabra atiende a cada persona por eso debemos pensar cómo podemos seguirlo, revisando nuestra vida y haciéndola más conforme a la de Jesús", comenta. "Nos hemos alejado del ejemplo de vida de Jesús. Debemos agarrar el Evangelio y seguirlo para reformarnos y así mejorará el mundo", resume.
Para concluir, el padre Juan Angel Del Giorgio repasó que las misioneras estarán en La Madrid hasta el próximo viernes.