LAPRIDA

Secuencias luego de una experiencia irrepetible

Los jóvenes locales al regreso de la Jornada Mundial de la Juventud

Aún retumban en sus almas las palabras del papa Francisco en Brasil con aquel "vayan a las Iglesias a hacer lío" o "no licuen la fe". Esto aún emociona en el grupo de jóvenes y coordinadoras tras su regreso a Laprida luego de viajar a Rio de Janeiro para participar de la Jornada Mundial de la Juventud.

Volvieron con sus corazones repletos de mensajes y sensaciones que no se pueden describir con palabras. Atesoran una experiencia religiosa que sin duda marcó sus vidas de aquí hasta el final de sus días. Sus ojos se iluminan cuando hablan de Francisco y están más firmes que nunca en sostener que con un abrazo o una sonrisa se puede alegrar a otra persona.

Quizás al apoyar sus cabezas en la almohada recuerden aquella analogía cuando Francisco les dijo: "jóvenes, nosotros somos el equipo de Cristo y todos jugamos de delanteros. Así que tenemos que dedicarnos a hacer muchos goles para Dios".

Trabajaron duro, juntando peso a peso, golpeando puertas en tardes crudas de frío y lograron el objetivo. Estar junto a ese Papa de tanta simpleza y llegada a todos los feligreses del mundo.

Un viaje nada fácil por la cantidad de horas que demandó salir desde Azul un viernes 19 de julio de 2013 para arribar a Brasil a las 2.45 de la madrugada del lunes. Pero la fe se impuso a cualquier adversidad, rescataron Verónica Britos y Patricia Madrid.

Un cartel de bienvenida las aguardaba con el calor de toda la familia Plaza, compuesta por Francisco, Mónica, Felipe y Arturo que los alojaron, tendiendo su mano. Una casa chica "de corazón grande" con dos habitaciones donde los diez convivieron juntos toda la estadía, recordó Rosa Gutiérrez.

Una vez allí participaron de las diferentes actividades que pudieron, porque se hallaban a dos horas de viaje de otros puntos de encuentro y eso dificultó no poder participar de todas las actividades religiosas.

Fue una experiencia única porque a pesar de no hablar el mismo idioma, el entendimiento fue maravilloso, "éramos todos por la misma causa: por la fe y por Cristo", contaron al regreso, quedando en los recuerdos, enriquecedoras jornadas de catequesis junto a otros hermanos uruguayos, paraguayos, mexicanos venezolanos y brasileños.

Saben, sienten y rescatan que fue un encuentro de amor, de Cristo vivo, transmitir que el amor está por sobre toda diferencia: racial, social, cultural y de lenguas." Estuvimos con Cristo, estuvo en la jornada, está en nosotros y los jóvenes tienen que trasmitir eso" contaba María Inés una de las coordinadoras.

"El cierre en la playa de Copacabana no se puede explicar con palabras y son muchas sensaciones juntas y pensar que se terminaba algo que habíamos organizado hace muchos años, nos llevaba a sentirnos más unida como grupo y por qué se terminaba algo tan lindo", agregó Erina Saint Girons.

Vieron muy de cerca dos veces a Francisco, contó Sofía Canabal, quien comentó que una vez, fue en la reunión con los argentinos en Catedral y en la última misa que será difícil de olvidar.

La hermana Luján agradeció el apoyo de todos, ante de enmarcar este viaje como una experiencia "única, inolvidable y por primera vez para todas nosotros. Como dijo el Papa Francisco, nos queda ahora la oración, el trabajo de llevar a otras personas a Cristo y también poder amar fraternalmente a todos aquellos que nos acompañan. En Brasil sepan que rezamos por la gente de Laprida, y estamos agradecidas a todas las autoridades entre ellas a Marcos Gensón y a toda la gente que nos acompañó", indicó.

La delegación tuvo como timonel a la Hermana Lujan, a María Inés Iriarte, Patricia Madrid y Verónica Britos como coordinadores y los jóvenes fueron Carolina López, Rosa Gutiérrez, Julieta Pendás, Sofía Canabal, Jonathan Vassolo, Erina Saint Girons y también lo hicieron Ana Miquelarena con dos amigas de Coronel Suárez que estaban vinculadas al grupo de Laprida y compartieron las jornadas de catequesis.

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