Participó de la XII Edición Columbia 2013, entre Chile y la Argentina
El resultado en este caso es sólo una consecuencia, pero igualmente su participación se destaca, ya que finalizó en el 121er. puesto de la general y 21º en su categoría caballeros "B", con una marca del 14h 01m 50s para el acumulado de tiempo en las tres etapas.
"El hecho de cruzar los Andes, a medida que se acerca al día que comienza la prueba, se empieza a tomar conciencia de ello cuando llegás a la ciudad de Pucón en Chile". Dicho así parece sencillo, pero no lo ha sido.
La competencia prevé tres días de carreras con 100 kilómetros previstos en tres etapas con diferentes distancias, la jornada era reponer energías y por la noche se descansaba en campamentos sin acceso a aspectos de la vida cotidiana, por ejemplo bañarse. La primera etapa fue de 33 kilómetros con desniveles como dificultad, recorrió 40 kilómetros el segundo día con la mayor dificultad y el mayor desnivel acumulado donde se llegaba a la mayor altura y después descendía abruptamente, y la tercera de 28 kilómetros divididos en ascenso y descenso, donde el relieve, el clima y cansancio acumulado juegan su parte.
Su preparación no varió su rutina previa porque venía de hacer el año pasado una prueba de similar exigencia de 84 kilómetros. "El que corre sabe que está corriendo contra el relieve, el clima y los competidores. Uno tiene que manejar y educar la ansiedad y la tentación por sentirse bien de correr mucho en la primera etapa, sabiendo que luego te pasará factura en las siguientes. Entonces eso hay que trabajarlo más en lo anímico y mental", sugiere
Su experiencia vivida lo hace analizar que no se trató de la competencia más exigente, pero que si tiene aspectos en lo psicológico y anímico que influye mucho: primero lograr cupo para participar de esta carrera es muy difícil -seis meses antes 1.000 inscriptos se registran en menos de una hora- y eso genera expectativas diferentes y tiene cosas donde cada uno tiene que reunir la logística propia en un solo día y lo que no llevaste no lo tenés en tres días.
Relató que la altura máxima alcanzada no influyó y fue de 2.000 metros, pero sí en cambio se sufrió la alta temperatura de la primer jornada. "A la salida de Pucón, del centro de esquí del volcán Villarrica, a las 8.30 de la mañana hacía más de 30 grados sofocante", cuenta. Además de los dos litros y medio de agua con que salían en cada etapa para hidratarse, luego debían reabastecer en los lagos y arroyos, pero como hubo mucho deshielo con arrastre de arena volcánica, estos bajaban con agua muy oscura, relataba Doartero.
Sensaciones y momentos inexplicables le dejó la travesía, "pero en la tercera etapa cuando uno pasa la frontera es el más importante y emotivo, porque pasa de unir dos países y sabe que está a 5 kilómetros de la llegada".
El deporte fue su elección de cabecera siempre en todas las épocas de su vida. Cuando dejó el fútbol oficial, esta disciplina de aventura se convirtió en "una alternativa de deporte", dijo. Y recuerda que en su primera carrera junto con Orlando Lari vieron que esta actividad "tenía algo, un atractivo diferente", despojándose de todo tipo de competencia y resultados como lo reflejó en varios tramos de su relato.
El cruce de los Andes ya es recuerdo, en fotos y videos. Ahora mira el almanaque y piensa en las pruebas tradicionales que el calendario le ofrece y que tienen igual o la misma exigencia que esta maravillosa experiencia vivida.
