BASQUETBOL. Superó a Independiente de Tandil por 61 a 56; la revancha será el miércoles en Olavarría
Estudiantes de Olavarría superó anoche a Independiente de Tandil en el Duggan Martignoni, por un apretado 61-56, en otro amistoso que apuntala su preparación para la próxima temporada del Torneo Federal de Básquetbol. El conjunto tandilense se vio notoriamente diezmado por la ausencia de sus dos primeros bases: Kevin Jerez Pilotti (con un cuadro gripal) y Ezequiel Barroso (distensión en el hombro derecho) y del alero Valerio Andrizzi, quien se restablece de una contractura.
Con ese panorama, Alvaro Castiñeira debió improvisar con un escuadra provista de apenas cinco fichas mayores, debiendo recurrir a un conductor inusual (Santiago Dilascio) y a una exacerbada presencia en cancha de los juveniles.
Pese a ello, el rojinegro no desentonó y le jugó de igual a igual a un adversario que está llamado a ser uno de los grandes protagonistas de la próxima edición del TFB, a partir de la consecución de refuerzos de jerarquía y un entrenador proveniente de la elite del básquetbol nacional.
Dos triples de Fernando Rivera le permitieron a Estudiantes tomar una ventaja en el cuarto inicial, pero Independiente tuvo una respuesta inmediata con los tiros a media distancia de Leandro Portillo. Un triple de éste sobre la chicharra le permitió al dueño de casa irse en ventaja al primer descanso.
Reanudadas las acciones, el porteño pasó a trabajar como base ante las bajas mencionadas y la necesidad de que Dilascio, de aceptable labor en el juego, tome un descanso.
Esa alteración en la formación dejó sin gol al rojinegro en el inicio del segundo cuarto. Para colmo, Portillo, fastidiado por la marca, se excedió en una protesta, recibió una falta técnica y de inmediato fue sentado en el banco por su entrenador.
Estudiantes aprovechó la crisis local sólo en parte, y aprovechando el buen ingreso de Gerardo Barrera y Matías Sesto. El local vio cómo su rival pasó a comandar el tablero, aunque le impidió alejarse merced a que también encontró soluciones en el banco, desde donde emergieron Leandro Mateo y Gastón González.
Fue en la segunda mitad del tercer cuarto que Estudiantes comenzó a afianzar su victoria. El primer tramo de ese capítulo estuvo signado por las imprecisiones de ambos lados. Pero la visita se afirmó mejor, con una buena distribución de su goleo, ante un rival que desde un tiempo atrás había perdido la puntería de Portillo y no encontraba cómo hacer jugar con comodidad a sus internos.
Y aunque el encuentro se resolvió en cifras cerradas, la victoria bataraza nunca pareció estar en peligro. El juego decayó en intensidad al cabo de los 10'' finales. Independiente tuvo sus chances para forzar un final todavía más equilibrado, pero se equivocó en un par de posesiones claves.