"Lo que siempre me contaba mi papá es que don Cajén decía que como en Olavarría no había ninguna entidad tradicionalista, entonces había que fundar un club que los reuniera. Y así convocó a gente del campo para formar la institución. Después de haber hecho dos o tres reuniones en lo de Cajén, inclusive la primera fue en su casa de Hornos y Brown, pasaron a hacerse en el rancho que los Falabella tenían en la feria, en la Avenida de los Trabajadores. Y ahí comenzaron a invitar a más gente, sobre todo del campo. Al poco tiempo, que creo que fue en el Día de la Tradición, se hizo un desfile por las calles de la ciudad. Hoy día la entidad sigue participando de los desfiles, y los encabeza porque es la institución más antigua en participar de esos desfiles cívico militares, en caballos y con la indumentaria adecuada, bien campera" comenzó contando Lía Susana Fal, actual vicepresidenta.
Blanca Rodríguez hace seis años que está trabajando en la comisión directiva. Lía alrededor de diez. "Yo siempre estuve. Fui de la comisión de fiestas, cuando era chica, y también ha estado mi hermana (Elba) y mi papá, por supuesto; también siempre presente como mi hermano (Raúl), encargado de la caballada de doma de Fortín Tradicionalista. Tenemos casi cuarenta animales que participan en las distintas jineteadas en la provincia", continuó contando Lía Fal.
"Cuando yo entré -dice Blanca-, hace seis años y como gastronómica, me dediqué más a organizar y hacer las cenas. Hasta que sacamos el club a flote hicimos fiestas, trabajábamos de mozos, todo para recaudar fondos y así compramos la vajilla para 150 personas. Es que la institución estuvo complicada en un momento, hace unos siete años. Poco a poco fuimos acomodando la situación económica y al mismo tiempo se hacían obras en la sede, como la instalación del techo ignífugo con arañas artesanales, así como los baños del salón que tiene capacidad para doscientas personas. Allí se hacen fiestas familiares, casamientos, cumpleaños de quince, etc. También revestimos la cocina, quedó toda arreglada, y se refaccionó el frente y la vereda. Compramos la cocina industrial y la freidora, y dejamos la cocina en excelentes condiciones para hacer esas fiestas porque compramos sillas y mesas. Por supuesto, recibimos mucha ayuda (por ejemplo de Roberto Vidal y Canteras Cerro Negro, que nos donó los cerámicos) y eso nos permitió ir adelantando los pasos. En dos años trabajamos para mejorar el tema económico y también para levantar al club en la parte edilicia. Y lo conseguimos. Cuesta mucho esfuerzo, pero vale la pena hacerlo para que Fortín Tradicionalista siga de pie".