Entrevista a Daniel Rodríguez
Cable a tierra: Rodríguez siguió la tradición familiar ligado a las fuerzas de seguridad, pero en sus momentos de ocio le gusta tocar la guitarra. "Es un cable a tierra", sostiene.
"De chico me gustó la música", cuenta Rodríguez. "Había empezado a estudiar guitarra a los 7 u 8 años, en el Ateneo. También con Tota Silva", recuerda.
"Cuando estábamos en el secundario, Juan Carlos Pacín creó el Complejo Cultural y trajeron profesores de afuera. Mucha gente se entusiasmó y empezamos a formar distintos grupos", continúa relatando.
A lo largo de su trayectoria musical, Daniel Rodríguez conformó distintas agrupaciones: Aymará -junto con Sergio Aranda, Juan Carlos Castillo, Fernando Scabuzzo y Miguel Faizal-. También fue el iniciador de Alborada junto con Rubén Cepeda, a los que se agregaría entre otros Manuel Vera y Marcelo Cepeda.
Hace dos años nació Nuevos Aires integrado por Rodríguez, Manuel Vera, Miguel Faizal, Pablo Aguirre, Juan Carlos Islas, Maximiliano Bustos y Federico Ibarra. "Nos llevamos muy bien arriba del escenario. Aunque algunos son más chicos tienen mucha experiencia. Todos opinamos y aceptamos las propuestas cuando hacemos los arreglos", destaca.
"Tenemos muchas expectativas de seguir creciendo, siempre sabiendo que cada uno tiene su trabajo particular y no podemos dedicarnos por entero a la música", sintetiza.
-¿Cómo se conjuga la profesión y el placer de la música?
-La música es un cable a tierra para mí. Antes era un kamikaze porque también era árbitro. Es un hobby. Me permite pensar en otra cosa y olvidarme por un momento lo que es ser policía y se puede disfrutar del arte, que también es lindo. La gente siempre me trató muy bien. Acá todo el mundo sabe que soy policía y hasta ahora no me han tirado ningún tomate ni nada.
El sheriff. Hace ya varios años Rodríguez supo ser árbitro de la Liga Lapridense de Fútbol. Otra vez el designio familiar le marcó el camino. "Empecé a dirigir a los 13 años, como lineman. Me llevó mi viejo para que lo ayudara en un torneo comercial que se hacía en la cancha auxiliar de Racing. Me gustó y empecé a incursionar en el arbitraje", rememora.
"A los 15 años tuve el primer partido de Primera y estuve hasta que entre a la Vucetich (Escuela de Oficiales de Policía). Siempre me fue bastante bien. Cuando empecé a trabajar pedí la autorización ante mi superioridad y estuve dirigiendo hasta que me lesioné la rodilla", repasa.
"Hoy hay que estar muy bien físicamente para dirigir porque es más físico que antes. Juegan chicos muy jóvenes y hay que estar cerca de la jugada", sostiene.
"Hay árbitros buenos, regulares y malos", resume y rescata la conformación de la Cooperativa de Arbitros de La Madrid.
Una vez dejado de lado el arbitraje, Daniel Rodríguez sabe despuntar el vicio del fútbol jugando en los torneo amateurs o instalado en alguna cancha viendo a su hijo correr detrás de un balón.
Hoy por hoy su realidad pasa por la dependencia policial lamatritense, que está a su cargo. Espera sus momentos libres para disfrutar, además, de la guitarra y los escenarios.