LAMADRID

"La danza es mi razón de ser"

Yamila Cruz Valla, de profesión bailarina Bailarina y coreógrafa de profesión, Yamila vino a General La Madrid a dictar un par de talleres de su especialidad. En esta nota cuenta cómo fueron sus comienzos y cómo es el diario ir y venir a través de una manifestación artística que la apasiona.

Rionegrina de nacimiento y platense por adopción, Yamila Cruz Valla lleva la danza en la sangre. Si bien obtuvo su título de profesora de danzas contemporáneas en 2002, siempre bailó con una dedicación y seriedad tal que harían envidiar a cualquier "profesional" de la danza. Es que ella se consideró bailarina desde siempre.

La frase que titula esta nota resume cabalmente todo un estilo y filosofía de vida; de una constante búsqueda de formas de expresión, con un objetivo perfectamente definido: ser libre.

"Estudié en la Escuela de Danzas Clásicas de La Plata y bailé para una compañía de Adán Buenosaires, de Capital Federal. Lo hice hasta el año 2002 que fue cuando se terminó todo por la situación del país. Ya no había dinero para algunas cosas vinculadas con el arte", recuerda la joven. Y comenta que "ahora dirijo la compañía que yo misma creé, y estamos mostrando la obra "Naturaleza artificial".

Aprovechando que dos de sus bailarinas son de General La Madrid, (Salomé Dascón y Julia Mackeprang), Yamila desarrolló en La Cueva una performance adelantando algo de lo que será su nueva obra de danza contemporánea y en la que comenzará a trabajar en febrero.

Tenía apenas seis años cuando quiso ser bailarina. Y alternando la charla con la atención a su pequeña hija Paloma que la demandaba permanentemente, la joven rememoró esas épocas: "fue por la movida que por entonces hizo Julio Bocca que llegó a mí. Pero también siempre estuve influenciada por el arte porque mi mamá era periodista en Río Negro y siempre nos visitaban amigos artistas. Mi casa era como muy abierta y todos los días había amigos y mucha literatura, dibujo y música. En fin, distintas artes que influyeron en mí".

"A los seis años empecé a ir a una escuela de danzas clásicas en Viedma y en esa ciudad estudié en el Centro Cultural con maestros del Teatro San Martín de Buenos Aires. Pero había pocos maestros, muy poca gente interesada en eso. Ahí sentí que necesitaba irme", cuenta.

Cuando llegó a La Plata, a Yamila se le presentó un universo de posibilidades que no dejó pasar.

"Para mí fue una gran alegría porque por fin podía hacer todo lo que quería. Tenía todo, la Escuela de Danzas Clásicas de La Plata donde estudié esa disciplina y en forma paralela comencé con danza contemporánea, algo que como artista me interesa mucho más", asegura.

"Siempre abordé el

estudio en forma profesional"

"La danza clásica es como muy acotada; no te permite crear, volar o imaginar otras situaciones", explica. Y agrega: "En esa escuela se le da mucha importancia a la improvisación y a la creatividad. La propuesta es buscar y crear un lenguaje propio. Después me di cuenta que lo que me gustaba era crear y buscar nuevos estilos. Crear y trabajar con los bailarines".

"La forma en que abordé el estudio fue siempre muy profesional. Lo hice con mucho respeto, disciplina y atención. Jamás estuve en la danza por hobbie; desde muy chica supe que esa sería mi carrera", afirma con convencimiento.

Y sobre su visión de la danza señala: "yo veo a la danza como un arte que forma una idea, no como la danza misma".

La compañía de Yamila la integran seis personas y están a punto de sumarse tres más. Ella diseña sus propias coreografías, aunque con libertad de expresión "porque me interesa que el bailarín sea un intérprete creador y no un reproductor", dice.

Identificada con la gente de los pueblos y sus necesidades espirituales, la bailarina considera de suma importancia el poder transmitir conocimientos. "Como a mí me pasó que en Río Negro no tenía maestros y la información no llega a los pueblos, me parece muy importante poder ir a esos lugares. Es algo que tiene que ver con mi historia. Yo tuve que adaptarme a ciudades grandes como La Plata y Buenos Aires sin que me gustara, pero el teatro y los maestros estaban en esos lugares", precisa. Y aclara que "por eso es bueno para mí poder venir a La Madrid y pasarles material y todo lo que he aprendido. Y más que nada, dejarles herramientas para que ellos busquen. No simplemente una técnica, sino modos de investigar y de buscar. Porque en realidad la danza contemporánea cuando se convierte en técnica es porque hubo algún maestro, bailarín o coreógrafo que estuvo investigando y creó una técnica nueva".

Ver más:
Ultimas Noticias
Otras Noticias