LAMADRID

"Despertemos a La Madrid" se despidió del aire

El adiós a un símbolo de la radiofonía local Después de 18 años de emisiones sin interrupciones, el viernes fue el último programa. "La radio tiene magia", dijo Mario Saracchi, su conductor, antes del "chau" definitivo.

El viernes se escuchó por última el Tractor Amarillo, que hizo famoso a los españoles de Zapato Veloz, y fue un símbolo inequívoco de las mañanas de la radiofonía de la ciudad. Luego de 18 años sin interrupciones, se despidió del aire "Despertemos a La Madrid".

Cientos de horas, miles de anécdotas, de alegrías y sinsabores. Eso, seguramente, será lo que se lleve como recuerdo Héctor Mario Saracchi, el conductor del programa.

"Despertemos a La Madrid" comenzó en la ya desaparecida FM Preludio. Tuvo un paso por FM Estilo y desde hace varias temporadas se emitía por FM Estación Latina.

Desde el mismo inicio y hasta el final tuvo la misma impronta. "Decir lo que uno piensa", describe Mario.

Los halagos, llegaron por doquier. Más de uno se habrá emocionado por la despedida y otros tantos se alegrarán por la partida.

Docente de profesión y bomberos por vocación, Mario Saracchi supo transitar su historia en el periodismo también en la gráfica y en la televisión local, pero siempre eligió la radio.

"Mi pasión por la radio comenzó cuando era muy chico", recordó. "La radio tiene magia. Es difícil hacerle entender a alguien que no está acá, sólo a través de la voz, lo que nosotros sentimos", explicó.

"Un diario, a través de lo que se escribe y de una foto, puede comunicar un pensamiento. Además la gente tiene oportunidad de leer y releer. Lo que se dice en la radio, la gente lo escucha y a partir de ese momento piensa lo que le parece. La única herramienta es la voz y cada vez que uno habla se juega una partida difícil porque hay que hacer llegar al oyente lo que queremos decir", concluyó.

Luego de meditar y repensar, Mario Saracchi tomó la decisión y puso fin así a parte de la historia periodística en la ciudad.

Y fue esa voz que se bancó broncas, amenazas e injurias. Pero por sobre todo, y a pesar de todo, se ganó el afecto de quienes le prestaron el oído para escuchar un saludo, un reclamo o la información y su verdad, a la que hizo honor siempre. Mario se despidió agradeciendo a todos. Sin rencores ni revanchismos.

Ver más:
Ultimas Noticias
Otras Noticias