RALLY

Lucio Alvarez, un 9º puesto sin ruido

RALLY DAKAR. El mendocino conduce una Toyota Hilux, del equipo Overdrive

El mendocino Lucio Alvarez, quien marcha noveno en la actual edición del Rally Dakar, tuvo un discreto debut en 2011 y, si bien fue mucho menos estelar que su coterráneo Orlando Terranova, por aquel entonces en el equipo BMW, silencioso pero efectivo terminó nada menos que ubicado en la 15º posición.

Este empresario de 42 años llegó ahora a su segundo Dakar también sin hacer ruido, aunque con una máquina con mejores prestaciones, una Toyota Hilux del equipo Overdrive, y los resultados comenzaron a aparecer desde el principio: 12º en la primera etapa, 10º en la segunda, 12º en la tercera y la cuarta; 16º en la quinta; y nuevamente 12º en la séptima.

Esta simple ecuación "constancia - fiabilidad - rendimiento", dejan al mendocino en la mitad del Dakar en un noveno puesto que ni siquiera él mismo esperaba.

"La verdad es que queríamos llegar a Lima entre los diez primeros y llegar al día de descanso en el noveno lugar es demasiado bueno para ser cierto", aseguró con total franqueza en la intimidad de su equipo.

El noveno puesto en la clasificación general, en la que llegó incluso a estar octavo, lo deja sólo debajo de los MINI del equipo BMW, de las Hummer del estadounidense Robby Gordon y del campeón, el qatarí Nasser Al Attiyah, y de la Hilux de su compañero de equipo y ganador del primer Dakar Sudamericano, el sudafricano Giniel De Villers.

Alvarez no se recuesta en los resultados obtenidos hasta ahora y aclara que si bien el objetivo "se está cumpliendo, falta mucho todavía".

"Sin dudas me pone contento estar a esta altura noveno y la primera etapa en el desierto de Atacama ha sido muy buena para nosotros. Fue una etapa linda y la hicimos linda", dijo con orgullo, mientras las imponentes dunas por las que hoy aún bajan los rezagados que pasaron la noche en la soledad más absoluta se reflejan en sus anteojos para el sol.

El piloto admitió que esta jornada de descanso es para él como el semirecreo de la sexta etapa, en el que se anuló la especial por la acumulación de nieve en el paso cordillerano de San Francisco, y que le vino genial sobre todo "tras un día tan agotador como el de ayer y el de una primera parte en Argentina muy cansadora".

"Falta mucho todavía, quedan etapas muy complicadas acá en Chile y después vendrá Perú, que será totalmente nuevo. Ahí, no sé qué esperar, qué nos deparará el Dakar, pero lo importante es mantenerse como hasta ahora", resumió Alvarez al despedirse y perderse por un campamento aún dormido.

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