Más de mil vecinos acompañaron a la víctima del Dakar
Con un sol que elevaba a casi 40 grados la temperatura, el féretro con el cuerpo yaciente del "gauchito" Martínez Boero llegó a la necrópolis a las 15.30 y en el trayecto desde la casa paterna, donde fueron velados, la gente fue saliendo a la calle para aplaudir a este fierrero, de 38 años, hijo de una gloria del pueblo, el Gaucho Jorge Martínez Boero que en el 82 inscribió su nombre como campeón del folklórico TC.
Unas horas antes, sobre el mediodía, llegó a la casa de San Martín al 1300 Vilma, la madre del piloto, que llegó junto a una de las hermanas de Martínez Boero desde los Estados Unidos. De Ezeiza salió en un avión pequeño hasta el aeroclub de Bolívar en un organigrama hecho desde la comuna y en un auto de la intendencia llegó hasta la casa para despedir a su hijo.
Ya en las primeras horas de la tarde, la esposa del piloto sufrió una descompensación y fue atendida por médicos de una ambulancia que estaba estacionada, frente al domicilio, ante cualquier eventualidad.
Pasaron vecinos, jóvenes y viejos que supieron de la amistad del Gaucho, fallecido en 2004 y a quien Jorge hijo quería homenajear llegando al final de su segundo Dakar, al cumplirse 30 años de aquella coronación en el TC.
Estuvieron pilotos de otras épocas y compañeros de aventuras fierreras, y también la mamá de Juan José Barbery, el Gato, amigo entrañable de Jorge, desde el Liceo que compartieron, y que siguió corriendo el Dakar con una de las Beta del equipo que integraban.
Martínez Boero murió el domingo poco antes del mediodía cuando la moto 175 había recorrido poco y nada del Dakar y estaba a dos mil metros de la llegada del primer especial de velocidad, en los márgenes del pueblo de Energía.
Un montículo de tierra mezclada con arena en una zona rural hizo volar su moto, que se clavó al caer y el golpe le produjo un traumatismo en el tórax que derivó en un paro cardíaco.