FUTBOL. Los italianos ganaron 4 a 2 y son los campeones del Mundial de Clubes
Kaká concretó el tercero y de nuevo Inzaghi se anotó con el cuarto, distancia exagerada, por lo que el postrero gol en contra de Massimo Ambrosini decoró el resultado con la diferencia debida.
Boca arrancó bien parado, con Sebastián Battaglia impecable en el corte, Ever Banega manejando bien el balón y Rodrigo Palacio muy difícil de controlar. A Kaká se lo tomaba bien y sobre todo, se impedía que se asociara con Clarence Seedorf.
Sin embargo, Milan sacó ventaja a los 20 minutos con un rebote, porque Kaká remató, la pelota dio en Jonatan Maidana, volvió a quedarle al brasileño y de él salió el pase para Inzaghi, libre ante Mauricio Caranta.
Boca ni pudo sentir el golpe porque dos minutos después, Neri Cardozo sacó corto un córner, Claudio Morel Rodríguez sirvió el centro y Rodrigo Palacio, mal marcado, conectó de cabeza en el palo más cercano para derrotar a Dida.
Con el comienzo del segundo período Milan fue a jugar el partido más arriba y Seedorf empezó a aparecer muy abierto sobre la derecha, cambio posicional determinante. De una falta del paraguayo sobre él derivó la jugada clave, a los milaneses no deben dárseles pelotas paradas en posición de ataque visto lo bien que las maneja Andrea Pirlo.
Tiró Pirlo, no pudo Ambrosini, y de nuevo quedó un rebote en el área, aprovechado por Nesta para vencer a Caranta con remate alto, a los 4 minutos. En la búsqueda del empate comenzó a ser protagonista Hugo Ibarra, adelantado en el campo, a punto de lograr la igualdad con un espléndido derechazo que estremeció el palo derecho de Dida.
Claro, adelantar a Ibarra era abrirle una puerta a Kaká en su lugar predilecto de la cancha y por allí llegó el tercero, sobre el cuarto de hora: el brasileño aceleró, dejó atrás a Maidana y su zurdazo superó a Caranta, que no cubrió del mejor modo.
Miguel Angel Russo hizo los cambios debidos: ni Alvaro González ni Neri Cardozo habían encontrado el partido, así que les dieron paso a Pablo Ledesma y Leandro Gracián. Carta inevitable este último porque aunque lo que ha jugado desde que llegó a Boca es mínimo, era el único que, en un día propicio, podía darle otro rumbo al juego.
No ocurrió, Boca ya estaba muy expuesto, dejaba espacio y así, a los 25'' se aliaron los tres hombres más peligrosos del Milan: Seedorf otra vez por derecha, toque adentro, Kaká, cesión perfecta y definición de Inzaghi, otra vez solo con Caranta.
No tocó muchas pelotas Inzaghi, pero marcó dos goles. En cuanto a Kaká, la continuidad que tuvo en ese segundo tiempo pocas veces se le ve, porque precisamente, si algún déficit puede señalársele al crack brasileño es que muchas veces se va del partido, pero esta vez, para desgracia de Boca, se quedó.
Ya todo estaba liquidado, exageró el árbitro mexicano Marco Rodríguez con la expulsión de Kakha Kaladze (plancha a Gracián, era para amonestación) y después volvería a exagerar con la de Ledesma (foul a Kaká, ni para amarilla). Milan fue el mejor, no hay cómo discutirlo, y a Boca se le terminó su sueño Mundial, por este año.