BASQUETBOL. Estudiantes derrotó a Pueblo Nuevo 92 a 62 por el Torneo Provincial de Clubes
Tal como indicaban todos los pronósticos previos, en lo que fue el inicio de la novena fecha de la primera fase de la Zona Sur del Torneo Provincial de Clubes de Básquetbol, Estudiantes no tuvo anoche mayores inconvenientes para doblegar en el gimnasio "Juan Manolio" de Necochea y Chacabuco a Pueblo Nuevo. El equipo de Alejandro Pepiche se impuso por 92 a 62 y de esta manera acrecentó notablemente sus chances de clasificarse para los playoffs de cuartos de final del certamen que organiza la Federación de Básquetbol de la Provincia de Buenos Aires y que otorga un ascenso directo a la Liga Nacional "B".
El equipo albinegro dominó a voluntad el partido desde el principio y sólo tuvo una ráfaga de descontrol en los primeros cinco minutos del segundo cuarto. Pero esa reacción de Pueblo Nuevo no se pudo prolongar más que en ese lapso y no fue suficiente para poner en riesgo en ningún momento el triunfo de los albinegros, que así se pudieron recuperar del traspié sufrido el pasado viernes en el Gran Gimnasio del Parque Carlos Guerrero ante Villa del Parque de Necochea (74 a 70).
Un arranque demoledor con un parcial de 11 a 0 puso a las claras que Estudiantes salió a jugar el partido muy concentrado y activo, sin dejarle a Pueblo Nuevo ningún resquicio para la sorpresa. Con un Braian Stanford imparable en la zona pintada, autor de 14 puntos en el primer cuarto, el equipo visitante se encargó de hacer valer en la cancha las diferencias que marca la tabla de posiciones.
Para el colmo, Pueblo Nuevo equivocó el camino e intentó cambiarle al Bata gol por gol en un partido de muchas posesiones y de marcador alto. Y así le fue. La visita le anotó 29 puntos en los primeros diez minutos, demasiados tantos en contra para un equipo como el albiverde que se caracteriza por apostar todo a una fuerte defensa teniendo en cuenta las enormes dificultades que tiene a la hora de anotar.
Con la conducción y el goleo de Nicolás Lorenzo, el Bata parecía que se encaminaba a una cómoda victoria por paliza. Pero en el segundo cuarto las cosas cambiaron notablemente. El Bata entró dormido, se dejó confundir por la defensa a presión que le tiró Pueblo Nuevo y en menos de tres minutos el local puso un parcial de 6 a 0. La excelente defensa de Agustín Strano sobre Nicolás Lorenzo le provocó al visitante varias pérdidas y, encima, el base albinegro sumó 3 faltas y se fue al banco.
La conducción quedó en manos de Ignacio Catanzaro y Juan Bourgeois, quienes fracasaron rotundamente en ese rol y ahí fue cuando Pueblo Nuevo se puso en juego al arrimarse a sólo 6 puntos: 31 a 25 a falta de 6'' 30" para el descanso largo.
Pero Alejandro Pepiche jugó en ese momento una carta que pocos esperaban. Lo mandó a la cancha a Cruz Arouxet, un jugador que habitualmente juega muy poco y a veces ni siquiera ingresa al partido, y éste fue la solución para el problema de conducción que tenía el equipo.
Se puso la pelota bajo el brazo, le disminuyó las revoluciones al partido y comenzó a asistir de manera impecable a sus compañeros, especialmente a Sebastián Masson, para recomponer la imagen del Bata y poner las cosas en su lugar.
Las asistencias que puso fueron en algún caso tan lujosas que los propios jugadores e hinchas de Pueblo Nuevo le recriminaron duramente a Arouxet que estaba sobrando el partido. Una vez que pasó la tormenta de la primera mitad del segundo cuarto todo volvió a ser como al principio. Estudiantes volvió a dominar a voluntad el partido y, sin brillar ni mucho menos, comenzó a estirar las diferencias ante un Pueblo Nuevo que se empezó a desdibujar de a poco.
Fue muy bueno el aporte en el goleo de Juan Bourgeois (19 puntos), quien tomó la posta de la ofensiva cuando Braian Stanford estuvo descansando en el banco y con el correr de los minutos la visita siguió demostrando su superioridad en un partido que se definió al concluir la primera mitad.
En la segunda parte, las defensas aflojaron y muchos de los recambios por parte de ambos equipos entraron a jugar sabiendo que la historia estaba absolutamente sellada.