LAMADRID

Con el respaldo de la familia

Claudio Argaña, contador en uno de los estudios más tradicionales de General La Madrid

Claudio Argaña (51) es uno de los contadores públicos de General La Madrid, forma parte de uno de los estudios más reconocidos y de más trayectoria en esta ciudad. Y nos cuenta su historia:

"Hice la primaria en la Escuela N° 4 "Bernardino Rivadavia" de Líbano. Luego, al culminar la misma, nos trasladamos con mi familia (mis padres y dos hermanas, una mayor que hoy es ingeniera agrónoma y una menor que es asistente educacional) a General La Madrid para hacer el colegio secundario. Me recibí de bachiller en el Colegio Manuel Belgrano de aquí en 1977 y después llegó el momento de emigrar y me fui a estudiar a Tandil, donde me recibí de Contador Público Nacional en 1984", comentó Claudio.

"Las tres etapas fueron muy lindas en mi vida, con distintas responsabilidades, pero cada una dejó una marca imborrable" recuerda Argaña, casado con María Rosana Pintos (49), con quien tiene 6 hijos: Carlos Andrés (24 años) que también se recibió de Contador Público en la Universidad de La Plata y trabaja allí, Juan Pablo (22) y Marcos (18) que estudian el profesorado de educación física en La Plata, María Cecilia (21) que estudia Trabajo Social también en la misma ciudad; Emanuel (cumplió 15) que está haciendo el secundario en La Madrid y Milagritos (6) que ya comenzó primer grado", siguió contando.

"Los más chiquitos son los dos que están con nosotros ahora. Rosana, mi esposa, me ha ayudado mucho en el desarrollo de mi actividad profesional; no desde los papeles, pero sí desde el estar, comprender y apoyar en los momentos de picos laborales que son tan frecuentes en la profesión", reconoce Claudio. "Mi padre es productor agropecuario y mi madre docente jubilada en este momento. Recibí de ellos el mejor ejemplo, en valores, que un hijo puede recibir, lo cual será siempre un orgullo para mí", dice con satisfacción Claudio, católico practicante y Ministro Extraordinario de la Eucaristía desde hace más de 20 años.

"Esto último siempre ha sido un servicio que me ha permitido recibir mucho más de lo que he podido dar -agregó Claudio-. El hecho de acompañar a muchas personas en el último tramo de sus vidas me ha enseñado mucho, porque ellas siempre tienen una mirada distinta, llena de sabiduría, de aprendizajes y recuerdo constantemente palabras, consejos o dichos que me han expresado y me ayudan un montón en las cosas del día a día".

Respecto de su trabajo, el contador público lamatritense manifestó que "cuando me recibí volví a La Madrid, donde Jorge Ferrari me había ofrecido trabajar con él. Estoy desde ese entonces en el estudio y he aprendido mucho de Jorge, sobre todo en la seriedad profesional, en la responsabilidad al hacer las tareas y también de su capacidad y dedicación. Formamos, sobre todo, un muy lindo grupo de trabajo, con excelentes compañeros y colegas" explicó Claudio, recibido en 1984 y matriculado en 1986.

"La profesión se ha ido complicando mucho. Yo trabajo únicamente en impuestos y es un tema que exige una continua actualización y estudio. Las reformas son permanentes y siento que el Estado, al momento de exigir, es tremendo; tiene todos los derechos y al momento de cumplir con sus obligaciones deja muchísimo que desear. Cuando veo nuestros jubilados, los hospitales, la gente sin trabajo o con trabajos que no les permiten mantenerse, las rutas por las cuales tenemos que transitar, etc., pienso que ojalá las nuevas generaciones sean capaces de solucionar las tremendas injusticias que vivimos en nuestro país, en el cual tenemos todas las riquezas, todas las posibilidades....", analizó Argaña.

"Con los clientes tratamos de establecer una relación, escuchar sus necesidades y muchas veces sus problemas que van mas allá de su situación impositiva. Muchas veces no tenemos respuestas para sus preguntas acerca de la falta de cumplimiento del Estado en sus distintos roles. Y esto no deja de ser un dolor", sentenció.

"Igual cuando miro a mi alrededor doy gracias a Dios que me dio la fe en primer lugar y después de tener una familia, de tener a mis padres, de haber podido estudiar, de trabajar y poder mantener nuestra familia con el trabajo, de tener tantos amigos y amigas que me han bancado y bancan un montón de veces" terminó diciendo Claudio Argaña, quien hoy vive uno de los días más especiales de su vida, en los que -seguramente- el brindis estará dirigido y compartido con su familia, el pilar fundamental para disfrutar de su profesión.

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