Aurora "Gaby" Alonso de Rocha Campos rememoró los inicios de este proyecto del que todavía forma parte Abrió sus puertas el 7 de junio de 1986, cuando su lugar era el sótano del Palacio Municipal. En la actualidad, en su sede de Lamadrid 2658, guarda los acontecimientos y documentos más trascendentes de nuestra historia.
"Empezó como una iniciativa que andaba en el aire", recordó la directora Archivo Histórico en un exhaustivo relato para el programa radial "Un Cacho de mañana" por FM 98POP, y que se pudo concretar -finalmente- el 7 de junio de 1986.
Retirada de su función de docente, Gaby Rocha llegó al entonces intendente municipal, Helios Eseverri, con esta propuesta que buscaba resaltar la historia local a partir de documentos, informes y expedientes. "Eseverri me dio el visto bueno inmediatamente -contó-, aunque de una manera un tanto informal. Así empecé ad honórem, como voluntaria, en el sótano de la Municipalidad".
La primera tarea que tuvo sobre sus hombros fue "separar los documentos que tenían valor histórico con los que no, de toda una masa de documentos que es la misma que hay en todos los Municipios: papeles administrativos y de todo tipo".
Fue entonces que "todo lo demás vino por añadidura", sintetizó, al tiempo que mencionó el remate de lo que quedaba en ese momento del diario Democracia y que es la única colección que permanece hoy en las instalaciones del Archivo Histórico, en Lamadrid 2658. "No es completa -reconoció la amante de la historia-. Sin embargo, es una colección muy interesante".
Con dos décadas y media de experiencia en la tarea de reconstruir la historia de la ciudad, Gaby Rocha retrocedió en el tiempo y contó que en la época de búsqueda de anécdotas, documentos y acontecimientos, el Juzgado de Paz también aportó lo suyo. "Me acuerdo que iba siempre y el doctor Chueca -que era amabilísimo con esto- me daba todo lo que quería y me interesaba. Así empecé a ver que había un gran tesoro allí guardado".
Más tarde, "me enteré que había una dependencia de la Corte Suprema de la Provincia dedicada a conservar y rescatar el material de Juzgado de Paz que se consideraba de valor histórico, que prácticamente es todo. Me quedé con ese material hasta el 1950, época en la que ya ningún papel tenía valor jurídico, pero sí tenía un enorme valor histórico: cada expediente de aquella época en que la Justicia de Paz tomaba todos los fueros, representaba un aspecto de la vida de Olavarría que no estaba en ningún lado".
A ese estudio minucioso del pasado, Gaby Rocha sumó, además, edictos de al menos 40 diarios diferentes. Cada detalle era tenido en cuenta en este trabajo de reunir datos, recabar información y destacar aquellos hechos más trascendentes de la ciudad.
En esta tarea, "hay que hacer una selección forzosamente", explicó. Y analizó que ése es el dilema de la historia: lo que está, está, aunque no todo es interesante en cuanto al aporte del valor histórico necesario; y lo que no hay que reconstruirlo".
El camino no es nada sencillo, sobre todo en lugares y en épocas donde los medios económicos y técnicos no eran los que existen en las sociedades actuales. "Canadá o en Estados Unidos, por ejemplo, son países donde la técnica de conservación y los medios económicos permiten llevar a cabo esta tarea, y así guardan todo, conservan todo tipo de documentación", resaltó.
Pero, además, "en el siglo XX aparecieron tendencias de conservar pequeños indicios, registros de diversos acontecimientos". También reconoció que "ahora la tecnología permite registrar todo, algo que antes no podía hacerse. Recién fue posible con la llegada de la fotografía y luego, de las microfilmaciones".
Lo cierto es que "hasta que no entré ahí abajo (al subsuelo de la Municipalidad), no pude separar lo que yo creía de valor histórico, incluso en ese momento tuve grandes problemas porque había una persona encargada del archivo que, como iban historiadores locales a trabajar allí, les daba lo que le parecía y a las personas que les parecía. Entonces no me miró con buenos ojos", recordó como anécdota personal.
Nada importaba en aquel entonces, sólo las ganas de buscar, estudiar, recabar y analizar aquellos documentos más importantes que irían dando forma, con el tiempo, a este Archivo que guarda lo más destacado de la historia local.
El verdadero valor histórico
"El valor individual, el patrimonio particular, está lleno de mitos", afirmó Gaby Rocha luego de tanto trabajo puesto en rescatar la historia, las raíces y la cultura.
Para ella, "mucha gente cree que un papel viejo, por ser antiguo, ya tiene valor. Y en ocasiones se suele confundir el valor sentimental o familiar del histórico propiamente dicho. Pero también pasa a la inversa: "Está aquel que quema todas las fotos y no se da cuenta de que alguna puede ser un testimonio histórico. Todo eso es muy difícil de hacer entender".
Lo que resulta casi imposible de explicar, luego de tantos años de búsqueda y reconstrucción de la historia, es aquel que tiene parte de ella pero que no la comprate, no la expone, no la hace conocer. O aquellos que hacen de un documento de valor de todos, algo propio.
Durante todos estos años de trabajo, Gaby Rocha puede dar ejemplos de muchos de estos casos. Así, contó que en Azul, "en la época en la que yo iba con los alumnos del Archivo a trabajar en el mismo archivo, estaba todo a mano en un fichero muy cómodo donde estirabas la mano y listo. Con el tiempo me di cuenta de que yo veía papeles que había leído en ese archivo, en ese fichero, publicados en otros medios, en otros ámbitos, y figuraban como propiedad de un señor.
Todavía indignada por aquello que aparecía ante sus ojos, Gaby Rocha se pregunta "¿cómo podía ser propiedad de un determinado señor un papel de la época de Rosas, por ejemplo?". Pero sostiene que "yo no soy coleccionista, nunca lo fui, y eso me ayuda porque cuando pasan por tus manos papeles tan interesantes, también aparece la tentación".
Por el contrario, la historia -para ella- "es una construcción colectiva y cuando uno esconde las cosas dejan de tener valor". Esa fue la base de ese interesantísimo trabajo que encaró hace 25 años y que mantiene en la actualidad.
Nuestra historia es amplia y diversa y se encuentra ordenada y reseñada a partir de la existencia de este archivo que llega a sus 25 años y que ha dado a la comunidad once publicaciones que enriquecen bibliotecas populares y aquellas enmarcadas en distintas comunidades educativas. Están allí, a la espera de ser consultadas, las publicaciones limitadas y breves de los primeros tiempos, las revistas que les siguieron después y los dos tomos del Manual de Historia Olavarriense, el primero de los cuales se encuentra agotado para la venta.
El Archivo integra además investigaciones producidas por la Facultad de Ciencias Sociales, curiosas publicaciones, revistas institucionales de las fábricas serranas y materiales insólitos. O periódicos y trabajos que han sumado al patrimonio olavarriense diferentes maestras rurales que reseñaron las historias de localidades como Espigas, Santa Luisa, Recalde, Hinojo o Sierra Chica.
Compartir lo más trascendente de nuestra historia es lo que más atrae a Gaby Rocha. Estudiarla también, pero mostrarla es lo que le da enorme satisfacción porque, como definió, "tenemos una historia fantástica".