Con la edad, el cuerpo pierde la capacidad de detectar la sed y, por lo tanto, de mantener una adecuada hidratación. Al llegar a la edad de 60 años, el problema empeora a medida que se envejece, es por ello que este sector es especialmente vulnerable y debe anticiparse a las necesidades de su cuerpo y no siempre esperar a tener sed para beber algo.
Las necesidades de hidratación de las personas mayores son similares que las del resto de adultos mayores de 19 años: la ingesta adecuada está entre los 2,5 litros en hombres y 2 litros en mujeres, pero los cambios propios de la edad, y determinadas medicaciones pueden conllevar a que se aumente el riesgo y disminuya el balance hídrico saludable pudiendo tener serias consecuencias en la salud.
Síntomas de deshidratación en adultos mayores: dolores de cabeza y migrañas; infección del tracto urinario; presión arterial baja; confusión similar a la demencia; convulsiones; y aumento de la frecuencia cardíaca.
Hay varias razones por las que una persona de tercera edad puede ser más sensible a la deshidratación. De manera general un adulto mayor entre 60 a 80 años tiene un 10% menos de agua sobre el total del peso corporal en comparación con una persona de 30 años, este motivo es suficiente para estar muy atento a una hidratación correcta.
Otros factores que afectan la hidratación de los adultos mayores: medicamentos; temperatura corporal y contenido de agua; riñones debilitados: Con el envejecimiento, nuestros riñones tienen problemas para retener el agua y concentrar la orina; menos sed; y condiciones de salud preexistentes.
¿Cómo se manifiesta la deshidratación?
- Lo más frecuente es que haya una alteración del estado mental habitual. Se puede observar confusión, somnolencia o apatía.
- Las caídas pueden ser otro signo en esta edad.
- A diferencia del niño o el adulto joven, la sequedad de la piel y las mucosas no son un signo confiable de deshidratación en el anciano.
- Si cuidas a una persona mayor o trabajas en un entorno con adultos mayores debes conocer la dieta y la actividad física recomendada para esa persona, así como las medidas a tomar para poder hidratar adecuadamente a la persona a tu cuidado.
¿Cómo hidratar correctamente a los adultos mayores?
- Ofrecerles liquido de forma rutinaria a lo largo del día y estimularlos a beber, aunque no tengan sed.
- Mantener una dieta liviana y frugal. Debería ser rica en frutas, jugos de fruta, verduras, gelatinas y helados de agua.
- Evitar la exposición solar. De ser inevitable, hacerlo sólo en los horarios extremos (a primera hora del día o última hora de la tarde), y protegido del contacto directo con el sol (con sombreros, paraguas o sombrillas).
- Mantener ventilados y frescos los ambientes.
- Vestir a los ancianos con ropas livianas y claras.
- No tomar diuréticos sin la estricta indicación médica.
- Los encargados de cuidar a las personas mayores, deben estar familiarizados con los posibles cambios que pueden surgir en la dieta de estas personas, ayudarles y facilitarles su consumo siguiendo unas pautas adecuadas en hidratación.
- Aumentar la ingesta de alimentos como sopas, frutas y hortalizas que contenga un 80% a 90% de agua debido a que son fuente de nutrientes esenciales.
- No es recomendable el uso de bebidas alcohólicas por su efecto deshidratante.
Uno de los problemas principales en este grupo de la población es que con la edad se va perdiendo la sensación de sed, por ello es necesario recalcar en la importancia de beber líquidos, aunque no se sienta la real necesidad de hacerlo.
Los especialistas no sólo recomiendan la ingesta continua de agua, sino también de todo tipo de bebidas saludables. Otro de los factores que destacan los profesionales con respecto a la edad madura es que los ancianos también suelen tener un debilitamiento generalizado de su sistema inmunológico, lo que los torna aún más vulnerables, no sólo a las enfermedades, sino también a las consecuencias de la deshidratación.
Ante cualquier cambio o alteración en el estado mental se debe consultar al médico. Una intervención rápida en un paciente deshidratado puede prevenir un cuadro de mayor severidad.