Una charla sobre psiquiatría y salud mental con Bernardo Carricart, director de la Clínica Interdisciplinaria Alsina. ¿Por qué la salud mental sigue siendo un tabú? ¿Qué pasa con el marco legal? ¿Cómo es la vida de una persona internada en una institución psiquiátrica? Estas y otras preguntas son abordadas en esta charla.
"En general cuando el paciente ingresa lo hace porque está descompensado y porque tiene un juicio alterado de la realidad", cuenta Bernardo Carricart sobre los pacientes que ingresan a la clínica Alsina. Es ahí donde comienza un proceso de judicialización, donde "en el 90% de los casos las internaciones son en contra de la voluntad del paciente". Un punto clave dentro de la ley de salud mental, la cual pone en tela de juicio a las internaciones involuntarias, aunque sean necesarias para garantizar la seguridad de quien padece un trastorno mental y de su entorno. "La judicialización lo que hace es que nosotros decidimos la internación involuntaria porque evaluamos que hay un riesgo y tenemos la obligación de informar esta situación a un juez porque si no sería totalmente arbitrario. Entonces lo que el juez da es una garantía constitucional o institucional de que ese caso lo está evaluando un grupo alternativo que es el del juzgado. Una vez que ingresa el paciente se hace una aproximación diagnóstica de por lo menos su síndrome: si ingresa con una excitación, con una intoxicación, con un cuadro depresivo... Y a partir de eso se entabla un plan terapéutico. Y el plan terapéutico incluye siete días en los cuales el paciente no se comunica directamente con la familia. Sí la familia puede tener contacto con los profesionales, venir a preguntar. Pero esos siete días, que a veces se puede extender un poco más, son días que se le da como un descanso. Se corta ese lazo familiar para también el equipo terapéutico saber cómo está posicionada esa familia, cómo está conformada. Muchas veces recibimos situaciones post traumáticas de abuso y el principal interesado en que haya cosas que no se sepan es el familiar directo. Uno filtra eso y a nosotros nos ha resultado muy bien. Parece muy antipático y a veces no se entiende, pero una vez que eso pasa el paciente lo toma bien y la familia también, lo entiende. Los prejuicios están desde el desconocimiento, como siempre. Se aborda con medicación, con entrevistas con el psiquiatra y la psicóloga, con actividades dentro de la institución como fuera - cuando el paciente está más estable- y se va viendo cómo responde a ese abordaje interdisciplinario. Hay terapia ocupacional, un profe de educación física, un musicoterapeuta... Uno trata de emular lo que más se pueda al afuera".
Una de las inquietudes en torno a la salud mental es cuál fue el impacto de la pandemia. Al respecto, el doctor Bernardo Carricart señala que la población más vulnerable fueron los adultos mayores y los jóvenes en situación de consumo. "Los adultos mayores perdieron un montón de roles que los mantenía cognitivamente, con determinada función social. El abuelo que lleva al jardín a su nieto... El grupo de pares, alguna actividad recreativa o estimulante que hacen las personas que tienen determinada edad, pertenecer a un grupo, ¿no? Todo eso por la pandemia se cortó y no deja de ser un estimulo para individuos que tienen un grado de deterioro cognitivo por su edad, pero que los estímulos los mantenían. Al desaparecer esos estímulos se vio mucha descompensación en ese ámbito. Y ni hablar el ámbito de consumo de sustancias. Hubo aumento de consumo"
El vox populi señala que la juventud sorprende cada vez más con trastornos mentales. Muchos influencers han salido hablar de sus padecimientos con respecto a la salud mental y, poco a poco, se le fue dando entidad a un tema que antes se solía esconder debajo de la alfombra, entre las cosas que no "son convenientes" de ser contadas. Al respecto, Carricart señala que "hay factores como la falta de dinero, la falta de un futuro en un país donde las reglas cambian todo el tiempo y eso genera muchos trastornos de ansiedad acá y en el mundo. La incertidumbre."Con respecto a otras patologías mentales, Carricart cuenta que el porcentaje es bastante estable a lo largo del tiempo. "La esquizofrenia se presenta entre el 1% y el 2% de la población, la bipolaridad un poco más. La depresión y la ansiedad son más permeables a las condiciones externas y ahí sí, hubo aumento de casos"
Salir de una internación. El proceso de reincorporarse al mundo.
"Reincorporarse a la vida común es difícil porque la sociedad lo estigmatiza. Porque la sociedad no está preparada para aceptar algo diferente o distinto. La sociedad acepta determinadas características y otras no, está el miedo a lo desconocido... Pero no porque la internación en sí sea dañina, sino porque la sociedad es la que no quiere integrar a personas que tienen un padecimiento mental o a personas diferentes, o a personas que le generan cierto miedo por lo desconocido. No te olvides que si a vos te falta un brazo, todos podemos saber si a vos te falta un brazo. En cambio cuando tenés una patología mental, nadie sabe. No se sabe si se trasmite, si no se trasmite, si se puede contagiar... Si se puede inducir. ¿Con esto que quiero decir? Que la patología mental no se ve hasta que salís de una internación o vas a un psiquiatra. Muchas veces los pacientes no quieren reconocerse con el psiquiatra. O que la familia no quiere saber que se está tratando, o que está internado."
La ley de salud mental
"La ley de salud mental me parece nefasta. Siempre me pareció nefasta. Muy ideologiza-da, que parte de una mirada totalmente sesgada de la realidad. Que genera daño y ha generado mucho daño a los pacientes que puedan y quieran tener un buen tratamiento en salud mental. Me parece que es una ley que hay que modificar urgentemente y que tienen que opinar todas las voces. No un grupo sesgado y totalmente ideologizado de fanáticos. La ley de salud mental defiende la libertad individual del paciente, pero desde un lugar, diciendo por ejemplo que la psiquiatría es algo dañino, desconociendo y minimizando la patología mental y en algún punto la está estigmatizando. Por ejemplo: la ley dice que los centros especializados en salud mental no tienen que existir más, por lo menos los que son a puertas cerradas y que una persona tiene que ser tratada en su localidad. Te enfermas en Laprida y tenés que ser tratado en Laprida. Yo me pregunto: ¿eso sucede con cualquier otra especialidad? Te enfermas del corazón en Laprida y vos porque una ley dice te tenés que quedar en Laprida y no podes ser derivado a un centro de mayor complejidad. El que se jode nada más es el que tiene salud mental. Yo tengo una enfermedad cardíaca y tengo derecho a que se me derive a un instituto cardiológico de alta especialidad en Buenos Aires. Ahora si vos tenés una patología mental en Laprida te tenés que comer que el sistema público te de lo que tenga. No estoy de acuerdo. Creo que la persona que padece un problema de salud mental es tan importante como quien tiene una patología cardíaca y tiene el derecho de poder acceder a un lugar donde realmente se lo reconozca, donde se sepa tratar esa patología. De hecho esto ha dado lugar a que un montón de otros boliches y dispositivos pseudo alternativos que la ley los tiene como "bien" de puertas abiertas y terminan siendo mucho más estigmatizantes y mal tratados porque no saben cómo tratar a un paciente. Yo acá he recibido en la clínica a pacientes que en algunos lugares que no tienen habilitación para calmarlos los duchaban con agua fría. Eso se dejó de hacer hace 200 años en la psiquiatría"
"Si algo bueno tiene la ley es que todavía la ley da lugar para que la internación sea res-trictiva de la libertad si una persona tiene riesgo inminente. Y lo bueno que tiene la ley es que no depende de un juez, que esa decisión depende de un equipo de salud. Es un equipo de salud el que decide y no lo hace directamente la justicia. Lo decide, quien lo tiene que decidir, que es un ámbito de salud. No te olvides que antes que la patología mental tenga una mirada desde la salud, cuando lo tenía desde la justicia - te estoy hablando de hace muchos años atrás, ciento y pico de años atrás- el paciente psiquiátrico era homologado con un delincuente. El cambio de pasar a una mirada en salud y determinar - en vez de una desviación en la conducta- sino dar un diagnóstico hizo que esos pacientes pasen de estar encerrados en cárceles a ser asistidos por salud. Y eso fue un gran progreso. Cuando se habla de que Pinel liberó las cadenas en Francia con su reforma psiquiátrica lo hizo justamente porque lo liberó de las cadenas de la justicia, de la ley. Y los pasó a un ambiente de salud. Pasó de ser un delincuente a un enfermo (el paciente). En los lugares por ejemplo donde no hay camas para internación - por ejemplo en Nueva York- las camas que se pierden en salud mental son ocupadas en el ámbito carcelario. Esa es una realidad. O sea que el paciente que no tiene una cama para ser internado en un ámbito de salud está internado en una comisaría o en un penal."
La psiquiatría tiene mala prensa. No solo entre las personas de a pie que suelen mirar con escepticismo y desconfianza a otro que esté psiquiatrizado, sino que grandes pensa-dores de la talla de Michael Foucault han lanzado sus ácidas críticas al sistema psiquiátrico como ente disciplinador de la sociedad. ¿Esto es así? La mirada de Bernardo Carricart: "Yo te hago esta pregunta: imponer un bien común, por ejemplo, la salud frente al covid e imponer la vacunación directa o indirectamente porque vos no podías entrar a ningún lado si no tenías la vacuna: ¿es una medida disciplinaria? Y, segundariamente, en cierta manera sí. Nos disciplinaron, no podíamos ver a nuestros parientes fallecidos y nos mandaron a vacunar a todos y no podíamos salir de casa. ¿Por qué? Por un bien común. Yo creo que en esto la sociedad admite o no determinadas conductas y algunas las determina como patológicas o las excluye de lo que acepta y es ahí donde el equipo de salud mental determina si eso es una patología o no. Entonces secundariamente algún ordenamiento social hay. Sin eso, sería muy poco real decir que la psiquiatría y la salud mental no tienen algo de normalizador en esas conductas. No se quiere personas que estén depresivas, porque esas personas no son productivas, porque esas personas sufren, porque tienen altos índices de suicidio. Entonces se quiere que esa persona sea productiva. Es el modelo social en el que estamos. Si eso se quiere cambiar hay que cambiar paradigmas culturales. Y creo que en esa puja está. ¿Tiene la psiquiatría algún efecto disciplinador secundario? Yo creo que sí. Hay políticas de salud. Desde que hay políticas de salud hay algún ordenamiento social.
Las terapias alternativas
Otro de los enemigos de la psiquiatría suelen ser las terapias alternativas o aquellas que prometen un discurso mágico para apalear las enfermedades. Al respecto, Bernardo Ca-rricart nos cuenta: "Desconocer el pensamiento mágico de una cultura y estar sesgado a eso ejerciendo una medicina totalmente científica es errado creo yo. Como médicos hay que ver a cada paciente en su contexto. Ahora... hay terapias alternativas que lo que ge-neran es una falsa expectativa con pocos resultados. Eso es lo que creemos nosotros como médicos formados, occidentales y científicos. ¿Qué pasa con la medicina alternati-va? Que generan una sugestión y genera una falsa esperanza y después los resultados son muy pocos. Yo que te puedo decir: la medicina tradicional funciona. No al 100%, pero funciona y hace efecto la medicación que usamos en un paciente psicótico controlando la psicosis... En un antidepresivo generando una mejora anímica. Y creo que en esa cuestión de medicinas alternativas hay un montón de cuestiones que habría que ver cuál. El estudio hoy del uso de la psilocibina en los pacientes refractariamente depresivos. La psilocibina está en los hongos mágicos y un médico más o menos formado como yo no aceptaría hacer rituales de hongos mágicos con sus pacientes. Sí hay inicios a veces en esas medicinas alternativas que los puede captar la ciencia, darles una explicación y buscarle la fundamentación. La ciencia, hasta que no lo prueba, lo rechaza. Una vez que se prueba se utiliza. No hay que estar cerrado a nuevas alternativas terapéuticas."
Pareciera que la psiquiatría se adueña totalmente del abordaje a una persona con un padecimiento mental. ¿Hay lugar para otras terapias, otros lenguajes? La respuesta puede estar en el arte: ¿Es el arte un instrumento salvador para una persona que sufre un trastorno mental? La respuesta de Bernardo Carricart: Si, totalmente. El arte es todo lo que la ciencia no puede explicar. El arte lo cataliza, o integra al ser humano. Sí, el arte es fundamental. Importantísimo. El arte es curativo en todo sentido.