El aumento de las temperaturas durante el verano propicia la aparición de virus y bacterias en lugares que no cumplen con los requisitos mínimos para almacenar agua y alimentos. El mal almacenamiento puede ocasionar enfermedades diarreicas.
Las altas temperaturas propician la aparición de virus, bacterias y parásitos que producen enfermedades en el tracto digestivo, infecciones alimentarias, etc.
En este contexto, Bromatología ofrece recomendaciones sobre una adecuada manipulación de los alimentos y uso de agua segura para tomar y lavar los alimentos, dado que constituyen las mejores formas de prevenir enfermedades diarreicas y el SUH (síndrome urémico hemolítico).
El agua segura es aquella que por su condición y tratamiento no contiene gérmenes ni sustancias tóxicas que puedan afectar la salud de las personas. Ayuda a prevenir enfermedades diarreicas y el síndrome urémico hemolítico.
Se recomienda el uso de agua segura no sólo para beber, sino también para hacer hielo, lavar alimentos, hacer infusiones, lavarse los dientes y cocinar.
Además del agua potable suministrada por la red (agua corriente), se puede convertir en agua segura aquella que proviene de otras fuentes (pozo, aljibe, cisterna, etc.). En ese caso, como la contaminación del agua no siempre se nota a simple vista o por el sabor, es necesario tomar ciertos recaudos para cerciorarse que el agua es segura: colocar 2 gotas de lavandina por cada litro de agua, y dejarla reposar 30 minutos antes de consumirla.
¿Cómo almacenar el agua segura?
Guardar el agua en bidones limpios y con tapa, preferentemente de plástico, que tengan un pico o boca que permita sacar el agua sin meter recipientes o vasijas que la puedan contaminar.
Los depósitos de almacenamiento deben estar en lugares donde el agua no pueda ser alterada, lejos del contacto del suelo y fuera del alcance de animales.
Al vaciarse totalmente, desinfectar los depósitos con lavandina y luego enjuagar con agua potable antes de llenarlos otra vez.
Limpiar el recipiente y cambiar el agua regularmente.