Fue durante la semana pasada. No suspendió por completo, como ocurrió con las pick ups de Nissan y Renault, pero debieron ralentizar la fabricación de las Ranger. Reclamo de pymes industriales.
En la última semana la automotriz Ford debió ralentizar la producción de su pick up Ranger. El motivo fue la crisis mundial de escasez de semiconductores, que "sigue pegando", según admitieron a Clarín fuentes cercanas a la filial estadounidense.
Desde Ford no hubo comunicación oficial sobre el tema, pero las fuentes cercanas a la automotriz aseguraron que la fábrica de General Pacheco "perdió algunas unidades de producción por el problema de abastecimiento de partes que usan semiconductores".
De esa manera, en la misma semana que Nissan y Renault debieron paralizar la fabricación de sus pick ups en Córdoba por las restricciones a las importaciones que aplica el Gobierno, Ford también vio su producción jaqueada, en este caso por un problema mundial generado a partir de la pandemia.
Los semiconductores o "microchips" son insumos de computación cuya fabricación está altamente concentrada en el mundo y resultan cruciales en industrias como la automotriz, ya que cada auto lleva en promedio unos 1.400 chips.
La escasez de estos componentes, cuyo abastecimiento no era un problema antes de la pandemia, fue tanto por la crisis general de logística que sobrevino a la salida de la pandemia (precios de los contenedores se multiplicaron por tres) como por el incendio de una de las pocas fábricas de chips a nivel mundial, la japonesa Renesas Electronics, en marzo del año pasado.
En la Argentina el impacto de esa crisis había sido marginal, en comparación a la falta de dólares que generó crecientes restricciones a las importaciones por parte del Banco Central. Al menos, hasta la semana pasada.
"El tema semiconductores venía mejorando pero en noviembre volvió a impactar. En Ford estiman que en diciembre van a poder recuperar la producción perdida, pero con este tema es difícil de prever", agregaron las fuentes del sector.
De hecho, también la crisis de semiconductores talló en la suspensión de actividades por casi una semana que tuvo la línea de montaje de las pick ups Nissan y Renault, ubicada en la planta de esta última automotriz en el barrio cordobés de Santa Isabel.
"Luego de unos días consecutivos de parada técnica debido a la falta de semiconductores y otros componentes, hemos regularizado esta situación, y estaremos retomando la operación normal de nuestra línea de producción el próximo lunes 14 de noviembre", dijo el comunicado que Nissan difundió el viernes.
Lo cierto es que en el caso de Nissan y Renault, los chips habrían sido uno de los motivos de la suspensión, y ni siquiera el principal. "Las restricciones a las importaciones y la falta de dólares son la cuestión de fondo, tanto en las pick ups de Córdoba como en otras suspensiones que hubo en Fiat y las fabricantes de maquinaria agrícola", dijeron fuentes del sector autopartista.
El cambio de sistema para autorizar importaciones no automáticas (las ex-SIMIs ahora son tramitadas a través de un nuevo Sistema de Importaciones o SIRA, que debutó el 17 de octubre) agregó ruido burocrático a las trabas, que hasta entonces eran casi exclusivamente financieras. Las empresas dejaron de buscar la autorización en el Banco Central para focalizarse en el nuevo secretario de Comercio, Matías Tombolini, quien tiene a su cargo la autorización de las SIRA.
Esa burocracia y la causa de fondo, la falta de dólares, fue el tema excluyente durante la reciente convención de la Unión Industrial Argentina, en Parque Norte.
Desde la Cámara de la Máquina Herramienta y Tecnologías (CARMAHE), donde la mayor parte de sus integrantes son pequeñas y medianas empresas, emitieron un duro comunicado sobre el tema.
"No sabemos si llegamos a diciembre, estamos analizando vacaciones anticipadas para el personal porque nos estamos quedando sin insumos o tenemos máquinas paradas porque no nos dejan traer un repuesto", dijo el comunicado.
La vice de CARMAHE, Florencia Vitale, agregó: "Tenemos que estar pidiendo permiso todos los días para poder trabajar, es traumático, vivimos mirando el celular para ver si me aceptaron o no la SIRA, para ver si hoy puedo o no seguir con mi negocio". (DIB)