Sin camisetas originales en el mercado, para este Mundial no queda más que apostar a las réplicas

¿Quién no quiere festejar con la camiseta puesta? ¿Cómo no apretar bien fuerte la Celeste y Blanca frente a cada jugada que esperance con un gol o cuando la pelota pegue la red del arco contrario? Conseguir la camiseta original es una odisea. Si se la encuentra, pagarla misión casi imposible.

Escribió Julieta Portillo para El Popular Medios

Quedan diez días para que la pelota empiece a rodar en Qatar, más precisamente en el estadio Al Bayt donde el anfitrión se enfrentará con Ecuador, a las 13 (hora local). La fiebre mundialista es cada vez más notoria en todo el territorio argentino y Olavarría no es excepción. 

Como en cada edición mundialista, las camisetas de la selección nacional son el termómetro que mide el ánimo de la gente en la antesala de la cita futbolística más importante del año. Las remeras celestes y blancas son furor desde hace semanas, aunque esta vez habrá que apostar a las réplicas frente a la escasez del producto original.

A falta de remeras oficiales, las ventas de las imitaciones crecen cada vez más, exponen los comerciantes que buscan dar respuesta a una importante demanda que va acrecentándose con el correr de las horas.

El faltante es el argumento por el cual se verán muy pocos hinchas con camisetas oficiales en nuestro país, pero en realidad tampoco se sabe si una remera original hubiese tenido gran demanda en una Argentina donde llegar a fin de mes cuesta cada vez más y un sueldo promedio apenas alcanza a cubrir las necesidades básicas -esto si se ajusta bien el bolsillo-, la Celeste y Blanca de Adidas que tan buscada fue en otros tiempos ahora cuesta unos 29 mil pesos contra los 6 o 7 mil de una imitación de calidad.

Pero saliendo del terreno de lo hipotético, en el campo de lo real lo que se palpita es el consumo de esta preciada indumentaria con la esperanza puesta en llevarla en el pecho hasta el final de este torneo del mundo.

¿Camisetas de la selección tenés? Fue la consulta en una de las casas de deporte más importantes de la ciudad. Allí, frente a la plaza del centro, en Open Sport la respuesta fue rápida: "no hay, y no creo que vaya a haber".

La escasez no es porque se agotaron, sino porque directamente "no ingresaron". En junio fue el último stockeo que hubo de esta camiseta que lleva dos estrellas por los dos campeonatos conseguidos por Argentina en la historia de los mundiales futboleros, en 1978 y 1983.

Misma situación se replica en otros comercios del rubro. El histórico Belli Deportes expone en su local algunas réplicas que pudieron conseguir. "Son de las buenas", comentan a este Diario a sabiendas de que si de imitaciones se trata, la calidad no suele ser la misma en todas. Conseguir una no resulta imposible al bolsillo nacional. Se consigue por 6.500 pesos, una suma accesible si se tiene en cuenta que el Mundial despierta más pasiones que cualquier otra cosa. 

En Superclásico, el negocio que se ubica en las galerías de la esquina de Necochea y Rivadavia hay remeras a montones. De distintas telas y confecciones. El precio depende de la calidad por supuesto, pero no resulta mala idea llevarse una por 2000 o 2500 pesos, y ni siquiera la más cara que es de unos $5000.

Lo importado no llega

"¿Agotadas? no, directamente no hay!!!! Ojalá se hubieran agotado", asumen los vendedores frente a una consulta que llega por decenas. 

Resulta que en junio, con los últimos modelos de los que pudo hacerse Open Sport, fue la última entrega de este artículo tan buscado en la previa a Qatar 2022. Desde entonces, "no tuvimos más ingresos. No sólo nosotros en Olavarría", sino en todos los locales de la cadena tiene en distintos puntos del territorio. 

El fervor mundialista evidenció el problema del poca -o nula- entrada por nuestras fronteras de productos importados. "Supuestamente Adidas no está fabricando y hay una incertidumbre importante, no solo en lo que es la camiseta argentina, sino cualquier otro producto de la Selección como camperas o camisetas de entrenamiento", plantean los más conocedores del tema.

¿Dónde se origina todo? "En realidad, lo que es importado no se consigue. Nada que no es nacional llega. En este caso particular son las camisetas porque es la consulta que tenemos a diario, pero tampoco se consigue calzado, ya sea de Nike o de Adidas. Entra muy poco al país. Y ciertos productos directamente ni siquiera llegan", explican. En esa lista figuran botines, camisetas de equipos de fútbol y gasta rodilleras de vóley. 

Otro tema, claro está, es el costo. "Lo que pasa también es que una camiseta original cuesta algo de 29 o 30 mil pesos y unas zapatillas Nike originales salen arriba de los 40 mil pesos. ¿Quién puede comprar a este precio en Argentina?", analiza uno de los vendedores mientras continúa enumerando aquellos productos "difíciles".

Así, "un botín de fútbol de esas marcas tampoco se consigue y si hubiera no creo que se venda. Sí hay réplicas que son buenas y que a lo que la gente más apunta cuando viene a preguntar". De ahí que "nosotros vendemos las dos líneas: original y réplica que sea de calidad por supuesto". 

Un Mundial distintivo

"No recuerdo ningún Mundial donde esto haya sucedido. A esta altura, en cualquier otro Mundial teníamos más que suficiente", apuntan desde las casas deportivas.

Este no es el único detalle distintivo de esta competencia que tendrá participando a 32 selecciones que perseguirán el objetivo compartido de querer llevarse la Copa a casa. Hay otras dos particularidades que lo diferencian del resto de los mundiales celebrados desde 1930. Es la primera vez que se juega en noviembre y además nunca antes se había sido organizado en un país de Oriente Medio. 

Y en esta misma línea, desde Superclásico percibieron también en Olavarría algo diferente. "La previa del Mundial siempre lleva al consumo de camisetas. Después, a medida que Argentina pasa de fase van comprándose las cosas de cotillón como gorros, banceras o detalles para el auto", cuenta el dueño de local.

Pero este 2022 registró la demanda antes de tiempo. Este año fue diferente a otras vísperas de Mundiales, "no sé si será por el cambio de fecha porque siempre se hizo en julio y ahora es en noviembre; pero ya en julio empecé a vender las remeras. Ahora por supuesto que es la explosión de la demanda, pero noté que el movimiento empezó más temprano de lo habitual".

Qatar cobijará el Mundial de Fútbol después de ganar la votación realizada en 2010 en el Messezentrum de Zúrich, después de convencer a los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA.

Lo cierto que aunque en estos días hay stock suficiente, esto no sucede siempre en el local de Necochea y Rivadavia. "Hay faltante, pero no mucho. A veces nos quedamos sin los talles que son los más comunes, como el 14, el 16 o el S de adultos. Pero no cuesta conseguir, sino que lo que se consigue no alcanza", sentencia el comerciante en referencia a las réplicas albicelestes. 

Allí, sobre una mesa central, la variedad sale de lo común frente a tanta escasez. Claro, son las suplentes que ingresaron a reemplazar a las titulares que tanto gustan y que tan buen resultado dan. 

En definitiva, frente al panorama de no tener qué ofrecer o de ofrecer algo muy difícil de comprar, queda esta opción. Como dijo uno de los consultados por EL POPULAR: "si no querés vender la réplica, entonces ¿qué vendés? Nada, directamente no vendés".

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