Santiago Parodi, mirad azuleño y mitad olavarriense, habla sobre su rol profesional.
"No me resulta extraño vivir en Olavarría, pero también tengo consultorio en Azul. Viajo entre las dos ciudades desde diciembre y me gusta. Vivía en Capital Federal, en La Plata también y tengo esa cultura de atender viajando, ya que he atendido en Tapalqué, en Las Flores estando en capital, así que esto de la modalidad de viajar para atender es un modo de vida" contó Santiago Parodi (38), azuleño, pero que está adaptado a Olavarría, en un rabajo incesante que está realizando desde hace tres años.
"Pero también trabajo en una empresa familiar ganadera, así que a veces ando con las botas de goma. La versatilidad tiene parte de los modos de vida. No somos una sola cosa, somos distintos de subjetividad. Arrancamos la vida y somos hijos o hermanos de alguien, somos jefes, empleados, amigos, seres vivos, aliados. Somos muchas cosas que conjugan en nuestros modos de hacer. Lo que se dice el sentido de permanencia y cambio, porque cambiamos modos de hacer, de pensar y de decir, ocupamos distintos lugares heterogéneos y desplegamos distintas formas de hacer, algunas las cambiamos y otras las manetenemos. Un poco el hacer tiene que ver con eso este trabajo, en los modos de subjetivar" siguió diciendo Santiago, quien hoy celebra el Día del Psicólogo.
"Me recibi en La Plata en 2010. Después me quedé viviendo allá un tiempo. Al principio es complicado, es difícil largarse solo. Siempre hablo con una colega y amiga, y le digo que uno va con la idea de estudiar una carrera, con la idea de completar algo, pero cuando te recibís te das cuenta que el título es el álbum, que no está lleno. Y a partir de ahí empieza todo, la verdadera carrera que es un desafio, una hermosa carrera por supuesto, tanto en lo personal como en lo profesional, pero se apela a la vocación. Desde el lugar que me ubico, que es el deseo analista", agregó Parodi.
"Yo trabajo orientando mi práctica el psicoanálisis vincular. Arranqué haciendo clínica con adolescentes y adultos, que sigo haciendo actualmente. Pero también ahora atiendo parejas y algunos casos de abordajes de familia", señaló Santiago.
"El paciente no viene con problemas, sino que ahí está la subjetividad porque somos personas que tenemos una historia, que vivimos contingencias cotidianas; diría que es un mundo difícil y en el espacio se trabaja un poco estas cosas, que nos pasan cuando vinculamos con otres. Sacar las cuestiones de género binario es importante y no es menor a la hora de vincular. También estas cuestiones de ahora, estos procesos de construcción en materia de género, y la clínica hace mucho síntoma y es importante para trabajar. Hay cuestiones de género, de sexualidad, es importante porque vamos con eso a todos lados. Somos alumnos, compañeros, y esto pasa en todos lados y nos interpela" explicó el profesional.
"Los psicólogos no marcamos el camino, a eso se lo dejamos a la religión. La propuesta es un espacio para poder pensar y en todo caso mi figura sería con quién pensar. Pensar con. Por el vínculo es ineludible, hay una situación vincular de análisis que viene a representar a través de ciertos fenómenos; no hablamos con una máquina sino que es un encuentro con el otro, hay una mirada, hay una palabra. No estamos desafectados. No damos consejos ni nos involucramos sentimentalmente, sino que hace su propio análisis, una supervisión de casos (para eso están los y las referentes de la profesión). En este área yo superviso con ciertas profesionales de la zona y para ello me instruí con Graciela Evangleista -que es de Tapalqueé- y con ella empecé a meterme de lleno con el psicoanálisis vincular, a hacer un posgrado", continuó diciendo Parodi.
"Hablo de un sentido amplio. Se habla del sentido común, que el psicólogo opina sobre tal cosa, y eso es lo más fácil de correrse. Hay gente que está cerca, con problemas, y en este caso hablo de las afectaciones desde ahí, no con la opinión sino del encuentro de los reales de la vida cotidiana que nos pasan a todos", señaló.
"Para no quedar pegado uno tiene que reconocerse implicado. No soy una pared de hierro, sino que estoy afectado por las mismas cosas. Yo también, como los demás, debo pagar cuentas, me puedo enfermar, les pasan cosas a los que me rodean, puedo perder un trabajo, somos personas con los mismos problemas. Y esa es la paradoja. Para correrse, primero hay que implicarse. Pero me pasan mis cosas y acá hablamos del paciente que se presenta con su subjetividad. La pregunta es: qué le pasa a esta persona con lo que le pasa. Y esto parece volado, pero no es asi, porque es interpelar cómo vamos pensando. Sacar el manto de obviedad y sentido común. Interpelarnos desde el amor también, ya que no es cuestión de salir a cazar al síntoma que es un obstáculo de por sí. El límite siempre lo pone la persona, el paciente, a veces diciéndolo y a veces actuándolo. Pero eso viene de la mano de una pregunta del paciente, del deseo analista. El que se hace la pregunta es otro, el paciente que consulta y se trabaja sobre eso" explicó respecto de cómo actúa el psicólogo ante un problema o una situación determinada que lleva un paciente a su consultorio.
"Lo que viene nublado es el paciente porque está implicado con lo que le pasa. El síntoma es la subjetividad también, porque no es sólo aquello que nos hace mal. No es el síntoma de la medicina. El síntoma es también la forma en que resolvemos ciertas situaciones, y son buenas adaptaciones en lo social y en lo vincular. El síntoma puede ser una crisis de angustia, pero también cómo resuelvo cuando me incodomoda una situación o me quedo sin plata. Por eso está bueno desmitificar un poco, porque está mal sintomatizar. Somos síntomas también" cerró Parodi.