Preocupa la falta de actividad física en los adultos mayores

Especialistas sugieren que la falta de movimiento se debe, en parte, a las consecuencias de la pandemia.

Siete de cada diez adultos mayores no realizan ningún tipo de actividad física en la Argentina, según una encuesta, un déficit que afecta su calidad de vida, y que los especialistas vinculan especialmente con las consecuencias de los años de pandemia.

En cuanto al déficit de actividad física en términos de la OMS, es decir, "cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía" incluyendo instancias de juego, trabajo, desplazamiento, tareas domésticas y actividades recreativas; el 73% de los adultos mayores no hace alguna actividad física al menos una vez a la semana.

Así, se desprende de un estudio conjunto del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (Odsauca) y la Fundación Navarro Viola.

"El déficit de actividad física en los adultos mayores que desde el 2017 se había mantenido en torno al 70%, asciende casi al 80% en 2020, lo cual se explica porque salir a la calle era lo que estaba mayormente condicionado durante el aislamiento, no había disponibilidad para ir a un gimnasio u otros espacios para el movimiento mientras se expandía el teletrabajo (entre los que realizaban actividades productivas)", explicó Solange Rodríguez Espínola, investigadora de la UCA y una de las autoras del informe "Condiciones de vida de las personas mayores (2017-2021). Vulnerabilidades en clave de pandemia por COVID-19".

Vale aclarar que no se está hablando aquí de "ejercicio físico", que refiere a una escala superior, es decir, exclusivamente a aquella actividad física que es "planificada, estructurada, repetitiva y relacionada con un objetivo vinculado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud física".

El estudio muestra que el déficit de actividad física también es alto en menores de 60, pero se incrementa en 12 puntos porcentuales entre los que pasaron ese límite etario y esa carencia es más pronunciada otra vez entre las personas que no terminaron el secundario (83% versus 63), entre quienes pertenecen al estrato socioeconómico más bajo (86% versus 56% del estrato 'medio alto') o viven en el conurbano bonaerense (79% versus 55% de la CABA).

"Un déficit equivalente al de la población sub 60 debe ser interpretado como un déficit más crítico, de mayores consecuencias para una vida con adecuada salud. Y de acuerdo con los resultados presentados, el déficit no es equivalente, sino que es mayor entre las personas mayores", plantea el estudio.

Ese déficit alcanza a "casi 5 millones de personas mayores (que) deberían incorporar ejercicios físicos en su rutina semanal".

Por otro lado, bajo el desafío de la pandemia, dos de cada diez personas mayores empeoraron su salud en 2020, respecto al momento previo a la Covid 19, (mayormente en varones, en estratos medios profesionales, de CABA y en hogares multipersonales), pero en 2021 el porcentaje de quienes ven mejorado su estado de salud aumenta en comparación al período anterior (22% versus 15%), en especial en los no pobres, en CABA.

Las personas mayores que persistieron en sus problemas de salud entre 2019 y 2021, presentan mayor vulnerabilidad social y económica.

Además, alrededor de 6 de cada 10 mayores que viven solos, tienen problemas de salud, comparado con quienes viven con otros.

En cuanto al "déficit de proyectos personales" que mide "la más allá del día a día, la capacidad de proyectarse", la incidencia es mucho más alta en los mayores de 60 años (22%) que entre la franja de 18 a 59 (14%).

El informe también muestra que para el período 2017-2021 la sensación de sentirse "poco o nada feliz" es levemente más frecuente entre los mayores de 60 (15% contra el 13%).

No obstante, Rodríguez Espínola explica que, si se compara 2020 con 2021, se pone en evidencia que la "infelicidad en personas mayores aumenta llegando casi al 18%" en el segundo año de pandemia, después de haber descendido paradójicamente en 2020.

"La pandemia hizo una reestructuración de necesidades y valores, estar vivo y estar sano en 2020 era todo, incluso por sobre no tener trabajo o tener qué comer. Era un período donde se evaluaba cuán importante era están los afectos, estar en contacto con las redes", dijo.

La muestra de la Encuesta de la Deuda Social Argentina está compuesta por 5.760 hogares por año pertenecientes a conglomerados urbanos de 80 mil habitantes o más de todo el país, dentro de los cuales se releva población de 18 años o más, incluyendo unos 1.300 mayores de 60 años.

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