Anoche el kiosco de Avellaneda y Aguilar fue víctima de jóvenes que en un minuto y medio sustrajeron mercadería. Están las denuncias y también las filmaciones pero las situaciones no frenan. Su propietaro pide "trabajar en paz".
Crédito: Cámara de seguridad
Un anhelo: "Ver si entre todos algo, sea yo u otro comercio, podamos trabajar en paz".Durante la noche del martes, alrededor de las 23.30, nuevamente el kiosco ubicado en Avellaneda y Aguilar fue víctima de un hurto. En este caso y tal como quedó registrado en las cámaras de seguridad del local, al menos tres jóvenes ingresaron y en un minuto y medio sustrajeron gran cantidad de mercadería mientras un empleado atendía a otros dos.
"Lamentablemente nos está pasando todas las semanas. Tenemos episodios de hurtos en todo tipo de horarios este mismo grupo de chicos ingresando de esta manera a la mañana, tarde y noche, como ayer", dijo el propietario del comercio a El Popular Medios a primera hora de este miércoles.
Si bien explicó que "nunca han sido violentos" este tipo de hechos se repiten cada vez con mayor frecuencia. "Son hurtos constantes de este grupo y en el mes son significativas las pérdidas desde lo económico y también desde la angustia que produce esforzarnos día tras día dedicando muchísimo horas y esfuerzo", expresa con tristeza.
Están cansados. "Es increíble porque uno ya no sabe que hacer. Siempre hacemos la denuncia. En Comisaría Segunda nos han tratado muy bien y uno entiende que es imposible a veces pretender que justo al entrar este mismo grupo sea sorprendido por la policía. Son chicos conocidos pero tampoco se puede hacer mucho".
"Algunos como el robo anterior lo pudimos denunciar con nombre, apellido y dirección", pero aún así no se puede frenar esta ola delictiva.
"Es una sensación de angustia muy fuerte", manifestó el propietario porque "hemos sufrido estos episodios aún a las 10 de la mañana o sea no es un horario (determinado). Es un modo siempre en grupos con total impunidad".
El comercio está emplazado en plena avenida en uno de los accesos al barrio Nicolás Avellaneda desde hace dos años y medio. "La gente está muy agradecida de tener un comercio prácticamente todo el día abierto y nos va bien pero es desgastante esta parte", explicó.
Sobre el cierre aseveró que "no sé cómo buscarle la vuelta por qué en el 90% de las veces que registramos estos episodios son los mismo seis de siempre: dos entran y compran y los otros cuatro roban al paso lo que encuentran".
"La única manera de sacar un poco la angustia es compartir con la opinión pública y ver si entre todos algo en algún momento sea yo u otro comercio podamos trabajar en paz", expresó.