El Movimiento liderado por Héctor "Toty" Flores, hoy presidente del bloque de Juntos en el HCD de La Matanza, fundador e integrante del MSR convocó a un Congreso Extraordinario para elaborar un documento político.
El motivo de dicho Congreso fue tratar reformas de la Carta Orgánica, elaborar un documento político y realizar una capacitación, abierta al público en general, sobre Boleta Única de papel la cual fue organizada por el Instituto SER de formación, del MSR, junto a la Red Ser Fiscal.
En sus palabras de cierre Jorge Lasarte expresó: "Juntos es JUNTOS y hay que empezar a abrir a las otras fuerzas en desarrollo, que en muchos lugares tienen trabajo y referentes importantes que pueden ayudar a la transformación de las localidades y, por ende, empezar a mostrarle a la sociedad que hay políticos honestos que tienen intenciones reales de hacer política para transformar la realidad y no vivir de la política"
Por su parte Toty Flores ratificó su voluntad de construir poder en La Matanza para postularse como candidato a intendente del municipio en 2023. Luego se refirió a las perspectivas para el MSR: "Si nosotros logramos poder territorial ya no tenemos que estar pidiéndole permiso a nadie para decir que podemos jugar un rol importante en Juntos por el Cambio. Es un momento de la sociedad de mucha angustia, hay una enorme desesperanza y esa desesperanza causa ira y en esa ira cualquiera puede montarse y llevar a un desastre al país, por lo tanto nosotros tenemos que tener firmeza en relación a eso tenemos que hacerle creer al país que es posible, que no todo está perdido en la Argentina. Hoy la gente está permeable a nuestra propuesta pero es necesario salir a dar la batalla tenemos que liderar y liderar es hacernos cargo, sentir el dolor de la gente tratando de resolver los problemas ".
El documento:
¿Argentina se debate entre la vida y la muerte?
Argentina pareciera que lidia entre la vida y la muerte, que está al borde del estallido por las dificultades económicas y de inseguridad, producto de la creciente inflación, falta de trabajo, bajos salarios, empleo informal, avance del narcotráfico, inseguridad que se sufre en las calles, la violencia que se está apoderando de cada uno de nosotros. Estas situaciones podríamos ponerlas en la cúspide dellargo listado de problemas graves que sufrimos, pero no sería imposible resolverlos con esfuerzo y un plan serio, acorde a esta realidad que vivimos.
Tenemos otros, tanto o más importantes que los anteriores, pero el sentido común y la urgencia los pone en un segundo plano, como ser: la falta de una buena salud pública, educación que necesita ser revalorizada en muchos aspectos y ponerse a la altura de los adelantos tecnológicos, una justicia independiente de la política, obras públicas que construyan las bases para un país con aspiración de desarrollo. Y están los problemas de fondo, los que pueden transformar a los anteriormente enumerados, sólo que los primeros abruman de tal manera la vida diaria que da la impresión de que desplazan a los más importantes y que no interesan.
Es inconcebible que la pobreza haya llegado a un nivel tal que hasta trabajadores asalariados en blanco cayeron bajo esa línea. Estos padecimientos en la cotidianeidad, permiten al Gobierno de los Fernández insistir en el avasallamiento de la Justicia y el constante crecimiento del populismo que ni siquiera alcanza para resolver la situación angustiante de más de la mitad de los argentinos y hacer creer a los sectores populares que no tienen otra salida que vivir de las migajas que reparte el Estado.
Aún existe la resistencia.
Pero el profundo deseo de libertad y de desarrollo individual del pueblo argentino tiene reservas y lucha contra las políticas que sostienen la corrupción, el engaño y la intención de no ir a la cárcel por parte de los funcionarios que han robado y que, con sus actos, han provocado infinidad de muertos que hoy cargan sobre sus espaldas.
Esta voluntad no solo se manifestó en las calles desde el 2012 sino que también se consolidó en las urnas. La derrota electoral en el 2021 por parte del oficialismo, puso en crisis la alianza de gobierno, y evidenció que sólo era un frente creado para cubrir las necesidades del kirchnerismo y no para resolver los problemas de nuestro país. La interna en el gobierno ha llegado a un nivel desconocido en la historia. La grieta que el kirchnerismo supo profundizar en la sociedad hoy se extendió a sus propias filas y no tiene aparentemente salida. Los votos perdidos y la poca participación ciudadana los pulverizó.
Esta resistencia tiene que tener un correlato en las elecciones de año que viene, los ciudadanos argentinos tenemos la oportunidad de acabar con el populismo en Argentina. Quienes estamos en la oposición, especialmente "Juntos por el Cambio", tenemos la responsabilidad de ser la herramienta electoral que piden los argentinos.
La Argentina necesita de la grandeza de sus dirigentes
En estos momentos tan difíciles para nuestro país y para el mundo, los ciudadanos argentinos, hartos de las mezquindades, oportunismos y mediocridades políticas, necesitan, necesitamos que nuestros dirigentes hagan una demostración de grandeza y dejen de lado sus posicionamientos personales.
Este llamamiento es hacia todos los partidos y alianzas, tanto del oficialismo como de la oposición. La realidad es un cachetada que nos duele a todos por igual, o debería dolernos a todos. La decadencia cultural, la pérdida de valores fundamentales para la salud social, la falta de un horizonte cierto sumado a todos los problemas antes mencionados, sin duda debe interpelarnos.
Vivimos días en los que parte de la sociedad parece un hormiguero al que han pateado y cada uno sale para donde puede, sin rumbo, desorientado y desesperanzado.
En esta coyuntura irrumpe con fuerza un economista mediático y populista mostrándose como la voz del pensamiento de muchos decepcionados, dando un mensaje directo contra la política, aunque aprovecha los beneficios de la misma. Un mensaje peligroso en muchos sentidos, como por ejemplo que, ante tanta inseguridad, proponga liberar el uso de las armas, lo que puede resultar en que cada uno haga justicia por sus propias manos, o autorizar la venta de órganos, destruyendo así todo andamiaje de sociedad organizada.
Los espacios políticos consolidados deberemos preguntarnos si no es la falta de respuesta a los problemas de los ciudadanos lo que genera este discurso facilista que se sube sobre el enojo y la frustración de la gente.
La Argentina necesita de la grandeza de sus dirigentes