El artista José "Chacho" Pagnutti inauguró el fin de semana pasado la exposición "Submarofilia, Submarinos Imposibles" en el Museo Municipal "Dámaso Arce". La muestra, en la que expone submarinos de cerámica, busca homenajear a Diego Wagner Clar y a los 43 tripulantes del ARA San Juan. Hasta el 30 de mayo se podrá visitarla en la sala del espacio cultural.
Crédito: Foto: gentileza Museo Dámaso Arce
Fernanda Gallardo, coordinadora del museo, José Chacho Pagnutti y Emilio y Catalina, los padres de Diego Wagner Clar.Todavía le dura la emoción a José "Chacho" Pagnutti, que llegó a Olavarría por primera vez, tras la inauguración de la muestra "Submarofilia, Submarinos Imposibles". Aunque se lo ve moverse por el Museo Dámaso Arce con la soltura de un artista que se siente cómodo y feliz de estar donde está.
El artista pudo encontrarse con los padres de Diego Wagner Clar, uno de los 44 tripulantes que perdieron la vida en el ARA San Juan, y comenta que le manifestaron que "estaban agradecidos, pero el agradecido soy yo".
"Lo interesante de la muestra es que la mirada mía chocó por primera vez con familiares de un submarinistas", explica, y agrega que una vez que "las autoridades del museo me dijeron que iban a estar los padres del teniente de Navío Diego Wagner Clar me dije que era un desafío", porque "una cosa es haberlo pensado y estar en su burbuja de lo que charla o se pone en acuerdo o desacuerdo con uno mismo, pero después hay que ver qué dicen los otros. Todos dijeron muy lindo, pero hay que ver qué pasa cuando hay gente que esto lo tiene en carne viva".
Ese encuentro con Catalina y Emilio causó un gran impacto en el artista, tanto que reconoce que hay cosas que repensar con respecto a la obra que nació de lo que le generó la desaparición del submarino y los meses que pasaron hasta que se confirmó la muerte de los tripulantes.
De la tragedia
"A partir del hundimiento del submarino en el 2017 entré en lo que se llama 'la opinión pública' y era uno más de todos los que veían por los noticieros y por las portales de Internet", cuenta, y señala que a partir de eso comenzó a seguir por diferentes canales de información todo lo que tenía que ver con el tema. Por eso recuerda perfectamente que fueron cerca de seis meses del 2018.
"En ese año empecé a hacer submarinos. Me dije: 'bueno, esto moviliza algo, cómo tendría que ser, qué se puede decir de un submarino. Hacemos una réplica del submarino u otra cosa?' ", explica.
"El submarino era imposible tirarlo al mar sin que no pasara algo malo, por lo que se fue sabiendo después; entonces dije que 'ya que son de cerámica, que es un material poco afín a que flote, van a ser submarinos imposibles, que van a tener una forma como ingenua, van a parecer como bichitos con cero aerodinámica, que tengan apariencia de viejos y oxidados, vetustos', y con eso empecé a armar", describe.
"Empecé con las técnicas tradicionales", dice, y explica que "la cerámica tiene como una espera y una incertidumbre, igual que la incertidumbre que en la época que esperábamos que hubieran sobrevivido los 44 (submarinistas), cosa que desgraciadamente no pasó. Entonces, vos vas construyendo la pieza con un sistema de rodillos que se van pegando, que es como se hace la cerámica tradicionalmente desde que empezó. Eso es espera, cuidado, de que no se raje. Entra al horno y es otra prueba, porque no sabés qué va a salir, porque hay piezas que se rompen y otras que se rajan. Los colores viran de una manera inesperada, porque además elegí hacerlas en horno de leña, que tiene una atmósfera que genera una suerte de sorpresa y no sabés qué va a pasar". Cuando llevaba a cabo el trabajo sobre la obra se confirmó la peor noticia: los 44 submarinistas estaban muertos.
"Hay una parte posterior de la hechura de los submarinos que es elaborar una especie de marco conceptual de lo que pasa. Hago algunas alusiones débiles, pero alusiones a la burocracia, a los tiempos que se tardan. Si alguien esta vivo o muerto no lo podemos decir: vamos a esperar que la investigación..." dice, y deja puntos suspensivos. "Otro poco -señala- tiene que ver con que la muerte de los 44 fue una muerte absurda, no tendría que haber sucedido".
"Te hace pensar en un montón de cosas por las cuales hay muertes absurdas. Como por violencia, por ausencia de los resortes del Estado en prevención, en mejorar la sociedad, en casos de gatillo fácil, hasta los crímenes por violencia doméstica. Te dejan con esa pregunta de cómo puede seguir pasando, cómo no podemos parar el carro éste... Toda esa parte aparece contada en la bitácora", dice, y comenta que allí "elaboro con una idea de que los submarinistas entran en una dimensión, en un agujero de tiempo y espacio, y ven y hablan de todo el tema de las muertes absurdas y lo que pasa en el país con la violencia".
"Hay un parte que tiene que ver con la experimentación con la cerámica. Vos vas probando esmaltes y cuando sale el resultado, se empiezan a enmarcar como en una especie de argumento", dice, y agrega que "instalar y además estar contrastando y que se ve como un mundo de fantasía y otro real porque también están las medallas y documentación personal de uno de los 44 y es fuerte".
"Ves que esto no es nada más que una fantasía, está haciendo alusión a algo que pasó y que es algo de nuestro pasado y es muy fuerte", afirma.
Una muestra flexible
"Una muestra flexible". Así la define José "Chacho" Pagnutti, porque "se abre y se cierra de acuerdo con el espacio. Acá quedó en un espacio abierto y la gente del museo colaboró en instalarla", menciona, y cuenta que "el año pasado en un encuentro que tuve en Benito Juárez fue como la primera vez que salieron después de la pandemia"
"Submarofilia, Submarinos Imposibles" está compuesta por "diez obras, una bitácora y algunos dibujos", y permanecerá en el Museo Dámaso Arce hasta el 30 de mayo, donde puede ser visitada de martes a viernes de 9 a 12 horas y de 14 a 19 horas, y sábados, domingos y feriados de 15 a 19 horas. La entrada es libre y gratuita, y los interesados en realizar visitas guiadas deberán comunicarse al teléfono: 2284-505744.
"El día que inauguramos fue como un cimbronazo", reconoce. Ahora, con el pasar de las horas, señala que "hay que ver qué pasa con esto, si sigo haciendo submarinos. Pasaron un montón de cosas en el medio y eso quedó como en un stand by y sigue habiendo muchas preguntas abiertas. La charla, la angustia de los familiares, la incógnita. Por ahí este caso es seguir haciendo algo y que eso dé testimonio y mantenga un poco el tema a la vista".
Un compromiso desde el arte
En noviembre del año pasado, Mauricio D'Amico se cruzó en Benito Juárez con José "Chacho" Pagnutti en un Encuentro de Ceramistas donde él estaba exponiendo "Legado de razas". "A mí la muestra de Chacho me impactó por el carácter poético sobre todo que tiene la obra y toda esta impronta que tiene la conmoción que generó el ARA San Juan", dice, y señala que le pareció una muestra conmovedora.
Fue por ese motivo que mientras el artista presentaba la muestra de submarinos, Mauricio lo interrumpió para contar que en Olavarría "teníamos a uno de los tripulantes del ARA San Juan y aporte un poquito de la historia de Diego". Después, en un aparte con "Chacho" le comentó que sería una muestra que le encantaría que se pudiera exponer en Olavarría.
"Una vez que regresé de Benito Juárez le comenté a Fernanda Gallardo, quien está a cargo del Museo Dámaso Arce, e inmediatamente se comunicó con él y la muestra es una realidad", y no deja de mencionar que el día de la inauguración fue muy emotiva, ya que estuvieron presentes los padres de Diego Wagner Clar, Emilio y Catalina. "Ellos estaban muy emocionados y conmovidos también", dice, y señala que "la posibilidad increíble que facilita el arte de homenajear, de ser comprometidos, sobre todo con estas causas donde hay tanto dolor en las familias con estas pérdidas que son irremediables. Creo que ahí el arte intenta llenar algo de ese vacío existencial".
"Desde su sensibilidad y talento con la cerámica ha hecho una piezas muy delicadas que acompañan esta lógica del sentimiento de lo que nos significa la pérdida de nuestros héroes", explica, y es por ello que desde su punto de vista "la obra cala en un lugar muy sensible de nuestro corazón y que nos lleva al plano del recuerdo y del homenaje permanente a quienes dieron su vida por la Patria y por nosotros".
"En lo personal estoy muy feliz de que esto que a mi me movilizó al ver la exposición en otra ciudad, se haya hecho posible que la muestra esté ahora en Olavarría" asegura y agrega que "está nuestro compromiso desde el arte y como ciudadanos de seguir recordándolo a Diego y los 43 tripulantes que dieron la vida por nuestra Patria".
Manos que crean
Un grupo de chicos del Instituto de Educación Especial Helen Keller, coordinados por el escultor Mauricio D'Amico y Fernanda Gallardo, tuvieron el privilegio de recorrer la muestra de la mano de José Pagnutti, quien les fue contando la historia del porqué de las obras y los procesos que dieron lugar a cada una de ellas. Poco después participaron de un taller con el artista. "Chacho dio unas pequeñas pautas para hacer unas réplicas de los submarinos, pero también lo ampliamos a la posibilidad de que los chicos puedan crear figuras que tiene que ver con la vida submarina, para hacer más atractivo al modelado", comenta D'Amico, y cuenta que "en los días previos, también como un trabajo de formación más allá de concentrarnos en lo que iba a ser el taller, hicimos la preparación de las pastas de arcilla. Lo cual conlleva que trabajemos a partir de una fórmula donde mezclamos diferentes componentes y también trabajamos con respecto a los pesajes".
"El taller estuvo hermoso, porque estuvimos más de una hora con todos los chicos súper concentrados haciendo figuras. Fue muy atractivo lo que se hizo y cómo lo encaró Chacho al taller también", explica el escultor local, quien menciona a continuación que "las obras estarán varios días en el museo secándose y luego van a ser cocinadas en un próximo horneado de obras".