Desde hace casi 60 años funciona en Olavarría el Centro Numismático y Filatélico, una entidad que reúne a coleccionistas de monedas, billetes y estampillas. En la actualidad, los socios son cerca de 30, donde se suman locales y de la región, pero ellos sostienen que son muchos los que lo hacen de forma individual.
Parece la mesa de cualquier bar un domingo por la mañana. Pero estamos en una de las salas del Centro Cultural Municipal San José y cada uno de los que se sientan alrededor tienen frente a sí uno gruesos archivos que, cuando se abren, muestran billetes, monedas o estampillas de distintas épocas y lugares. El Centro Numismático y Filatélico de Olavarría sólo abre sus puertas los domingos entre las 9 y las 11, y el espacio dedicado a las Artes Plásticos se convierte en un lugar de reunión para los coleccionistas que comentan anécdotas de búsquedas, se informan sobre lo nuevo, intercambian o catalogan piezas y comparten el placer de encontrar "la figurita difícil" de la colección.
Invitan un café y Juan Castelluci, el presidente actual, cuenta que el Centro nació en 1963 y que "antiguamente se denominaba Centro Numismático 'Carlos Pinto', en homenaje a uno de los fundadores". A su lado Jonatan Osorio, Julio Cansina y Marcos Rodríguez lo escuchan en silencio. Aunque poco después se sumarán a la charla. El único que prefiere escuchar es Cristian Fernández, quien juega con una caja mientras todos hablan.
"No todos los centro numismáticos y filatélicos están centrados en monedas y billetes, sino también en la parte de bonos de cancelación, medallas o fichas", explica Juan, y señala que en la actualidad son cerca de 28 socios que son de Olavarría y la zona, como Bolívar, Azul y Laprida".
"Es una cantidad alta de socios con respecto a otros años" explica. "Hemos funcionado siempre en pequeñas dependencias que nos ha facilitado la Municipalidad; ahora lo hacemos en este lugar que es muy cómodo y estamos muy agradecidos".
"Creemos que hay más coleccionistas, pero lo hacen de forma individual", dice, pero explica que las puertas del lugar están siempre abiertas para los que se quieran sumar y además "tenemos una cantidad importante de material bibliográfico para consulta, para monedas y para billetes".
Cuando la puerta se abre, Adolfo Santa María, presidente honorario, se encuentra con la charla empezada, pero enseguida se suma. "Hay mucha experiencia", dice en referencia al Centro, y sostiene que "no es lo mismo que estar solo".
Juan explica que de "la experiencia de coleccionar de tantos años cuando vemos un material antiguo podemos darle una clasificación de su estado. Si es regular, bueno, muy bueno o excelente. Eso tiene su valor numismático distinto de acuerdo al tipo de calidad".
Un coleccionismo
dentro de la norma
"El coleccionismo aquí lo hacemos sobre una norma ya establecida. Hay personas que han editado libros y lo hacemos en función de eso. Se colecciona por año, por estado, por serie, por firma. Julio por ejemplo colecciona monedas bimetálicas, hay personas que coleccionan por tema", dice Juan, y Marcos agrega: "Por eso tenés que encontrar tu línea, un orden y sistematicidad en lo que hacés, más que juntar cosas aleatoriamente. Cada uno tiene su línea y la vas descubriendo en el transcurrir. A veces inicialmente y otras te va llevando o vas derivando tu colección en tal tema o producto".
Julio añade que "generalmente todo el mundo empieza de la misma manera: con una cajita con varias monedas y un par de billetes, y en base a eso se va interiorizando, se va instruyendo y después de un determinado tiempo uno encuentra su línea", y todos afirman con la cabeza. "Yo hago bimetálicas solamente, hay otros que hacen sólo monedas de plata, otros monedas de un período, de un país o de una región...".
Para Jonatan "cada uno lo adapta a lo que le gusta. Cuando empezás decís que querés juntar de tal a tal año o quiero una por año, o quiero juntar todas las firmas. Uno lo adapta a lo que quiere".
"Los coleccionistas nos basamos en dos grandes biblias: Héctor Carlos Janson, un hombre que hizo un libro extraordinario de monedas, y Bottero, que hizo billetes. En base a eso vos podés ir armando tu colección", manifiesta Juan.
Jonatan, que colecciona estampillas, cuenta que su criterio es "poner todo nuevo. Se puede poner usado, está válido, pero cada uno tiene su tema y yo colecciono todo nuevo. A partir de 1940 para atrás sí por ahí abro la puerta de lo usado, porque por ahí es difícil de conseguir ese material y no queda otra que poner usado para completar".
Juan agrega que muchos coleccionistas van "al Banco Central para comprar las monedas conmemorativas que se van acuñando. Son en referencia a deportes y grandes personajes. Monedas muy específicas para coleccionistas". Para él, de alguna forma, es como "mantener el patrimonio del país".
"La moneda te va marcando la evolución del país o el mundo, porque en función de cada acontecimiento se van acuñando monedas y emitiendo billetes", dice. "Lo mismo pasa con las estampillas, pero mucho más fluido", dice Jonatan, "porque es algo más accesible. Por cada evento importante se hacen emisiones de estampillas que se consiguen en el Correo Argentino".
"Sin más lejos, con el tema de la pandemia -dice Julio- muchos países se hicieron eco de eso y emitieron una moneda conmemorativa, agradeciendo a los médicos generalmente. La Argentina sacó una emisión pero de la Casa de la Moneda, aunque no es una moneda que circule".
Para Marcos este tipo de coleccionismo es como "una ciencia auxiliar de la Historia" y explica que "hay monedas en árabe o con calendario hebreo o japonés que tenés que aprender a traducir. Muchas cosas se aprenden a través de la moneda. Emperadores romanos y el mundo griego, todo se ha sabido mucho gracias a la moneda".
Una búsqueda para empezar
"Lo lindo no es sólo ir y comprar", dice Jonatan, aunque reconoce que si bien "hay cosas que se compran, está bueno lo de ir a buscar, conseguir, canjear". Por su parte, Marcos señala que la idea de estas reuniones es poder "intercambiar, canjear, a ver qué encontraste o qué encontré, aparece tal cosa".
"También está ligado al bolsillo de cada uno -dice Juan-, en lo que uno quiere invertir". Aunque todos hablan de algunas técnicas bien simple para conseguir nuevas piezas: pedir a los amigos o familiar que busquen en las casas o a los que tienen la suerte de viajar. "La búsqueda y el hallazgo es emocionante", dice Marcos.
Julio menciona que "siempre que se empieza, se empieza con lo básico y de eso generalmente hay mucho, entonces cuando vienen acá y hace poco que empezaste se les regala material de todo tipo, porque todos tenemos mucho de lo básico. Una vez que conseguís todo eso hay que empezar a gastar para comprar lo más difícil, lo que no se consigue. Hay monedas muy escasas, entonces se tienen que comprar". Jonatan aclara que "eso no te limita a poder coleccionar. Vos podés hacerlo invirtiendo poco o mucho, de las dos formas son válidas".
El Centro Numismático posee piezas que regala a los que se acercan para que puedan sumar a su colección y de esta forma "se enganchen". Aunque saben que es difícil, porque "que vengan y que sean constantes cuesta"
"Cuando era chico -cuenta Juan- mi viejo tenía una bala antiaérea llena de monedas y siempre me decía: 'ésta es la historia del país'. En ese momento yo no entendía nada. Lo que pasa es que después con el correr de los años, a los 30 años, se me dio por mirar". Comenzó entonces a investigar y se acercó al Centro Numismático que en aquel entonces funcionaba en la Terminal de Omnibus. Después "uno comienza a perfeccionarse más en las piezas, en cómo catalogarlas".
"La mayoría encontramos una latita de monedas en la casa de los padres o de los abuelos y arrancamos", dicen. O en el caso de las estampillas, antes eran como las figuritas para los más chicos. "Te llegaban tantas cartas que vos las mirabas y te llamaban la atención", dice Adolfo, y agrega que si bien antes "había muchísimo, hoy se fue perdiendo".
Una colección que
necesita tiempo y apoyo
"Depende del grado de obsesión...", dice Marcos en referencia al tiempo que le dedican. "Para mí es todo el día -dice Jonatan-, porque uno está siempre alerta a qué encontrás, qué te dan en un vuelto, que escuchaste que otro tiene una moneda. Uno hace lo que tiene que hacer en el día, pero está alerta para ver qué aparece". Adolfo menciona que "hay gente que revisa las billetes por si es capicúa, si es reposición".
"Para mi caso -dice Juan-, que soy jubilado, es dedicación exclusiva. Porque no es sólo el coleccionismo, sino también que hay que hacer la tarea del Centro"
"A veces uno tiene etapa donde te enganchas más o menos. Aparece algo y te reenganchás", dice Marcos, y explica que "también depende del momento de tu vida que estás atravesando y de acuerdo al poder adquisitivo"
Adolfo señala que él se ha dedicado más que nada a las latas de esquila, que era la moneda de pago de los esquiladores. "De lo otro junto, pero lo he dejado un poco", confiesa. "Cada uno tiene su figurita difícil por su perfil de colección", dice Marcos.
"Los hijos a veces no saben lo que uno tiene", señala Adolfo cuando la pregunta tiene que ver con el apoyo familiar. Todos mencionan que "a veces sí y otras no".
"No es un hobby, es una inversión" dice Julio. "Aunque no hay que mirarlo tampoco como una inversión", agrega Adolfo. Pero enseguida Julio aclara que es para que no le digan nada y se ríe.
"Cuando uno no esté más en este mundo, te lo van a hacer volar a todo...", dice Juan entre risas, y Adolfo asegura que por eso mismo "siempre hay que dejar ciertos datos para que no regalen si es que lo van a vender".
"Siempre está la amenaza de 'te voy a vender todo'..." dice sonriendo Marcos. "Acompañan en general", dice Jonatan, y señala que si te dejan tiempo para dedicarte al coleccionismo, esa es una forma de apoyo.