Todos hacen lo mismo ante las sillas vacías. Galli sorprendió con sus deseos. La Cámpora busca independientes La obsesión de Cristina K. Juez se quedó fuera de la Justicia. A Berni le hicieron lo mismo. Galli y su error no forzado. El camporismo no puede llegar a los diferentes. Celeste quiere aprovechar esta onda liberal que emerge como el nuevo voto bronca.
Cacho Fernández / cfernandez@elpopular.com.ar
¿Cómo interpretar los movimientos de Cristina Kirchner para lograr un consejero más en el Consejo de la Magistratura? ¿Fue audacia, astucia o maquiavelismo e inmoralidad?. En realidad, la diputada Alejandra Lorden solo dijo que se va a acudir a la Justicia para reclamar por ese lugar que teóricamente, dicen, le correspondía al cordobés Luis Juez, pero es muy posible que no esperaban la maniobra ni tampoco la imaginaban.
Cristina sorprendió a la oposición porque nadie imaginaba tanta impunidad y maquiavelismo para actuar. Cristina tiene conductas de una hater, y cuenta con la potencia del odio para actuar (dicen que el odio es más fuerte que el amor) y eso le da cierta ventaja sobre la oposición que hoy están tan entretenidos con sus peleas internas, tantas como las del oficialismo.
El filósofo francés Pierre Bordieu analizaba que la sociedad se dividía en "campos" y que en cada uno de ellos se desarrollan los "juegos" respectivos. En este caso, en el "campo" de la política, entre todos los jugadores, la Vice es la que mejor "juega" simplemente porque es capaz de utilizar cualquier herramienta o estrategia para vencer, y lo demuestra.
Cristina es una buena jugadora en el "juego" de la política. Solo una vez no supo jugar y fue en 2013, cuando no se esperaba que Sergio Massa se lanzaría por fuera del kirchnerismo y le ganaría claramente por el rechazo que ella ya tenía de la población. Se confió y perdió. Pero aprendió a no creérsela. Ahora maniobró de otra manera, dejó la confianza de lado y se lanzó con absoluta impunidad contra la Corte y por un lugar en el Consejo de la Magistratura. La oposición se quedó paralizada y solo atinó a amenazar con ir a la Justicia por la silla perdida.
A Cristina la moviliza el odio y la cultura del conflicto. En ese ámbito se maneja con la soltura que le da la impunidad. Su pelea es por la Justicia porque a Cristina, como dijo el politólogo Andrés Malamud, solo le importa el poder y no caer presa. Su realidad se acota en esos dos temas, uno casi metafísico para ella y el otro visceral.
La política nacional viene siendo atravesada por ideologismos o negocios. En ambos casos, sea por privilegiar un dogma o intereses particulares, el individuo queda en un plano muy secundario.
La falta de ideas relevantes y de compromisos humanísticos con la sociedad ha favorecido la corrupción y el desánimo de la sociedad. Si no es el sistema, son los negocios, pero siempre han puesto algo por encima de los derechos de las personas.
La filósofa Hanna Arendt alertaba sobre esta preponderancia de la ideología porque en general son el gérmen del odio, del sectarismo y el sustento de los sistemas totalitarios y autoritarios. Ella veía un clima de banalidad creciente que devenía muchas veces en opresión, negocios y corrupción.
Campos y juegos
Dentro de las categorías de Pierre Bourdieu, Cristina sabe jugar en el campo de la política. Se maneja con algunos handicap que logra por la impunidad con la que actúa y va por todo, por "plata o mierda", pero no juega a medias. Posoblemente la oposición, si bien no podía hacer nada para evitarlo, tampoco la vio venir.
No se entiende cómo es que aquella Constituyente de 1994, pese a la plata que le costó a los argentinos, dejaron cosas sin definir. Una de ellas es el tema del Consejo de la Magistratura, ¡casi nada!. Es el poder que puede no solo nombrar sino también remover jueces. Lo que evidencia que a los principales actores de aquella reforma solo le importaban algunos temas y nada más. A Carlos Menem solo le interesaba la reelección y a Raúl Alfonsín, el tercer senador por la minoría que ayudó a engrosar el gasto político. Parece mentira pero es verdad. En Italia se eliminan 230 diputados y 115 senadores, y ya en ese tiempo se hablaba aquí de aumentar las bancas. ¡increíble!
Además, cada convencional costó aquella vez unos 60 mil dólares más unos cuantos asesores, por decirlo así, de más de 20 mil dólares por cabeza. Y dejaron la tareas para el hogar, dirían las "seños".
Cristina, que no es ninguna lerda, utilizó un vacío o un espacio grisáceo para hacer su juego. Cuando nadie lo esperaba y en tiempo de descuento porque lo hizo después del plazo, desafió al VAR y dividió su propio bloque para ganar un lugar en el Consejo de la Magistratura.
También con Berni
Pero lo mismo lo había hecho el Senado provincial cuando debía entrar Sergio Berni por la minoría, pero como no se precisaba si debía ser la primera, la segunda o la nonagésima minoría, Cambiemos apoyó el nombramiento de un miembro del bloque peronista no K. Así que, como dice el refrán, "el que no corre, vuela".
En el caso en que se revea la jugada de Cristina, dificilmente la Corte audite el reglamento porque sería entrometerse en cuestiones legislativas, y el aire ya está bastante enrarecido para enrarecerlo más.
La oposición, entonces, va a jugar esa carta pero se presume que el final podría ser éste. Posiblemente, lo que se interpretó como un desafío de Sergio Massa al confirmarla a la diputada radical Roxana Reyes, no fue otra cosa que un pacto salomónico con Cristina para que cada uno se lleve una silla y ambos contentos.
Un anhelo extraño
El intendente local sorprendió con sus declaraciones a un medio nacional. Dijo que le gustaría ser ministro de Diego Santilli (consagrándolo como gobernador antes de tiempo) y se apartó de una posible re-reelección como intendente.
Santilli está hoy tan freezado en la Cámara de Diputados como lo estuvo Sergio Massa después de la paliza electoral que le había pegado al cristinismo en 2013.
Entonces, no se entendió muy bien el deseo de Ezequiel porque es obvio que un jefe comunal siempre tiene su poder territorial, una condición necesaria para cualquier carrera política, mientras que un ministro no solo depende de los caprichos de su jefe de turno sino que además acaba diluyéndose en las brumas de los poderes tan centralizados en el país. Tanto que, sin ayuda del Google es imposible recordar con precisión a cualquier ministro.
Por otro lado, ¿cómo puede recibir la comunidad olavarriense esas declaraciones referidas a las preferencias de Galli? ¿Las podría tomar como un desplante?. Extrañamente el intendente estaría cometiendo un grueso error no forzado con lo que dijo y cuesta encontrar una causa lógica a tales dichos. Tenía un smash para cerrar el partido y la terminó tirando afuera.
Se dice que Ezequiel suele hacer campaña explotando los errores de La Cámpora, pero esta vez esa paradójica relación podría ser a la inversa. El Intendente acabó confundiendo a propios y extraños y, como dijo un dirigente muy cercano a su figura "no entiendo por qué se quiere ir de acá y nadie comprende los porqués quiere tomar distancia. Si es una estrategia, no parece tener ninguna lógica", confesó. "Es como si Battaglia quisiera seducir -o presionar- a Riquelme expresando un deseo de dirigir a otro equipo", cerró, utilizando una metáfora futbolera de suprema actualidad.
A lo Cristina
En el kirchnerismo-peronismo, nadie se le anima a La Cámpora. Se trata de una agrupación con mucho poder interno pero escasa convocatoria electoral, y mucho más en el Interior bonaerense.
Para colmo, en Olavarría a los candidatos de la agrupación le ha surgido un competidor que tiene su llegada a sectores que ellos no llegan. El diputado provincial y dirigente de la agrupación, César Valicenti, habría intentado un acercamiento aunque sin nada concreto aún.
De todos modos, tratarían de imitar la estrategia de Cristina quien sabiendo que dos tercios de la población la rechazaba, igual eligió a Alberto F. para poder tener las riendas del poder de alguna manera. La idea, quizás, sería cortar la seguidilla de triunfos de Galli e intentar inaugurar otra etapa. El peronismo fracasó en Olavarría con García Blanco, y si alguna vez tuvo cierto éxito, fue porque vino de la mano de dos radicales conversos como los Eseverri.
El dilema hoy para el kirchnerismo es ese: o se pierde sin remedio con candidato propio o se puede intentar ganar con uno ajeno para estar más cerca del poder y tratar de controlarlo con control remoto.
Mientras tanto, sectores peronistas y massistas buscan seducirlo a este potencial candidato, Sergio Milesi, quien hoy se siente mucho , muchísimo más cerca de Eduardo "Bali" Bucca que del kirchnerismo camporista.
El panorama es confuso y esta confusión termina favoreciendo a JxC, pese a que el Intendente también hizo sus aportes con sus declaraciones para complicar algo más el escenario. En tanto, Celeste Arouxet se prepara, como Espert o Milei, para juntar votos de ambas vertientes y sacarle el jugo a la grieta.
Milei, Celeste y los enigmas
El clima electoral a un año y medio de las elecciones es irrespirable. Argentina se parece a el Versalles del siglo dieciocho porque es una guerra sin cuartel entre la nobleza política por el poder pero lejos, lejísimo, de la gente que ya no sabe cómo hacer para poder vivir con esta inflación asfixiante. Del mismo modo, cuando necesitan fondos, la dirigencia, como en aquellas monarquías, crea impuestos nuevos pero no reducen el gasto del Palacio y del estamento.
Aquella situación acabó muy mal. El pueblo se terminó hartando de la insensibilidad de la casta dirigente y le puso fin al absolutismo de Estado vigente. Tanto era su hartazgo que no distinguió entre duros y moderados y canalizó su cansancio a través de un fuerte rechazo al estamento digirencial.
Hoy, esa bronca parece ir insinuándose con un voto a un candidato, Javier Milei y su liberalismo decimonónico, que crece día a día portando sus consignas tan extremas como imposibles de realizar en un país que tiene la mitad de la población por debajo de la línea de pobreza y un 75 por ciento subsidiado por el Estado.
Inocentemente, la gente parece ir preparándose para dar ese salto a una aventura que puede ser un abismo insondable y allí se plantearía abrevar la candidata local del liberalismo, Celeste Arouxet, si es que su referente de la elección anterior, José Luis Espert decide aliarse con el candidato de cabello revuelto.
Revanchas
Confirmando lo que se dijo en esta columna la semana pasada, el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, se sigue tomando revancha por haber sido corrido de la presidencia del PJ provincial. Su esposa, Magdalena Goris es senadora del Frente de Todos, volvió a faltar y no estuvo presente en ninguna sesión, también en la última, en donde la oposición aprovechando ese faltazo volvió a ganar la votación por 23 a 22, evidenciando que su voto sigue siendo decisivo para desnivelar la relación.
La legisladora se arriesga a ser suplantada si sigue ausentándose de su banca pero intuye que, luego de la trastada que le hicieron a su marido en el partido, no se animarían a dar ese paso.
La política interna de los grandes espacios parece funcionar explotando la debilidad de los oponentes. El mismo Mauricio Macri, conociendo la estrecha relación que hubo entre Rodríguez Larreta y Sergio Massa en el pasado, y embroncado porque se lo quiere jubilar, le introdujo un nuevo conflicto a la interna. En un segundo la erigió en candidata a presidenta a María Eugenia Vidal en la cumbre del restaurante El Dorado, dijo que le gustaba como candidata presidencial y a Patricia Bullrich y al Jefe de la CABA le corrió un frío sudor por sus espaldas. El ex presidente le devolvió a Vidal su gesto de no haber desdoblado antes de las elecciones de 2015, y, como no satisfecho por esa bomba que tiró sobre la mesa, pocos minutos después anticipó ante un medio nacional que él también podría ser candidato con lo que terminó de complicar el escenario macrista hasta lo indecible.