La guerra de Alberto, la fractura interna y las precandidaturas locales para las Paso

Como "Lilita" Carrió, Cristina destruye lo que creó. Ahora le dio la espalda a su delegado y puso en jaque al FDT. Las ofertas posibles en cada espacio. La campaña ya se puso en marcha y los pre-candidatos comenzaron con las reuniones. Los objetivos y especulaciones de cada uno dentro de un marco económico general demasiado complicado.

Crédito: Archivo

Maxi Wesner vuelve al menú de candidatos de 'Todos'.

Alberto F., como Nerón: de fiesta mientras arde el país.

Crédito: Télam

Cristina Kirchner pateó el tablero.

Cacho Fernández - cfernandez@elpopular.com.ar

Al final, y tal como se esperaba, el financiamiento se aprobó en el Senado pero sin la presencia de Cristina Kirchner quien todavía no parece haberse dado cuenta de su finitud.

Esto la vuelve soberbia y arrogante y no la hace consciente de que, enfrentándose a su pareja gubernamental, lleva a cabo un juego que la acercaría demasiado a la tobillera electrónica de la prisión domiciliaria.

Cristina cobra hoy dos millones y medio de pesos mensuales en concepto de pensiones, punto por el cual le permite estar bailando en la cubierta del Titanic.

Su tropa la va abandonando poco a poco. El senador José Mayans ya tomó distancia, también el ultra-K Daddy Brieva que solía inmolarse por ella y además proponía un bowling con humanos por disconformidad de la elección de la Capital. Sin dudas que todo fanatismo esconde algún rasgo de locura.

Ambos se corrieron de su dogmatismo y de sus obediencias ciegas, y buscaron un lugar más respirable. Lo mismo podría ir pasando con otros a medida que las encuestas y las elecciones vayan mostrando resultados inesperados y no deseados. Pasa y ha pasado con todos los fanáticos y obsecuentes. Nihil nobi sub soli, (nada nuevo bajo el sol) decían los latinos.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner ya están al borde de la terapia de pareja, pero el Presidente, sin poder territorial pero con astucia, va buscando cómo ubicarse en esta urdimbre inextricable que es la estructura del gobierno. Intuye que el kirchnerismo duro, tal como también lo vaticinan dos políticos olavarrienses como Mario Cura y Alberto Lestelle, podría quedar reducido a un partido provincial, con base en le Tercera Sección Electoral, y con un justicialismo ortodoxo fuera del Conurbano. No en vano Máximo Kirchner, el nuevo presidente partidario sin elección de los afiliados, preferiría mudarse a Santa Cruz para jugar allí de local.

Y aquí, en Olavarría, César Valicenti, movilizado por su astucia política, procura ubicarse en una situación que lo acerque al peronismo moderado. Posiblemente estaría con la intención de promoverlo a Maxi Wesner para las Paso del año que viene junto a Federico Aguilera y contra los candidatos massistas Eduardo Rodríguez y Sergio Milesi, quien también disputaría en ese espacio, pero este último con alguna llegada al peronismo monzoísta aunque con la condición de que el contador les asegure que está lejos del kirchnerismo.

Lestelle considera que todos los espacios políticos cumplen un ciclo parecido al biológico de los humanos y cualquier ser vivo: "nace, crece, se reproduce y muere", y esto, según dijo, cabe para analizar cualquier identidad, incluidos el radicalismo y el kirchnerismo. El mismo paradigma biológico utilizaba Perón para graficar el funcionamiento social (ver recuadro).

Alberto y Nerón

No se sabe muy bien si Cristina huyó de la línea política de su propio Gobierno o de los grotescos de Alberto, de Cafiero, y de su hijo Máximo.

El Presidente, por declararle la guerra a la inflación y fijar fecha para el primer bombardeo, pero sin ayuda de la OTAN ni del Pacto de Varsovia. El segundo, el del Canciller, por sus inhabilidades y tal vez por su inglés cocoliche con el que le habló al mundo.

Pero Cristina ya rompió con Alberto e inauguró un cisma que no tuvo siquiera la Iglesia Católica en el siglo XVI. Y, con esa ruptura, se separó definitivamente del peronismo de los gobernadores de provincia. Pese a ello sigue sumando unos 25 puntos que se los lleva sólo ella. A Sergio Massa, quien se mantuvo un tanto neutral en esta coyuntura, lo presionarían para que decida si acompaña a Cristina o Alberto en esta fractura. Piensan que el tigrense debió apoyar expresamente al Presidente y suponen que prefirió, sin embargo, seguir gambeteando en el medio de la cancha sin acercarse a las áreas y no se sabe si no lo obligarán a largar la pelota. Pero Massa está pendiente de lo que haga Alberto con La Cámpora y las cajas que maneja. Por ahora se le estaría acabando el tiempo a la titular del Pami por su manejo discrecional del poder.

Alberto se mostró en un aquagym mientras se publicaba los números del desastre económico: 4,7 por ciento de inflación general y un 7,5 por ciento en el de los alimentos. Parecía Nerón participando de un acto nimio, festivo, mientras el país se incendiaba. Solo le faltó estar tocando la lira que tocaba el demente emperador mientras ardía Roma.

No hay dudas de que el Presidente está hoy bastante desconcertado y descolocado, pero muchas veces Dios favorece a los inocentes y a no enterados de nada. O, como les decía el apóstol Pablo a los corintios: "Dios escoge las cosas viles y despreciadas para confundir a los sabios y aún a las que no son para anonadar a las que son". Por ahí tiene suerte y se le cumple esta profecía del Santo.

Las internas en "Juntos"

Mientras el peronismo del Frente de Todos busca abrir el juego con internas abiertas con la posible competencia entre dos camporistas y dos massistas, el radicalismo jugaría con dos precandidaturas, posiblemente las de Sebastián Matrella y la de Franco Cominotto y el macrismo podría tener también una puja entre Ezequiel Galli y Dalton Jáuregui, aunque este último, que baja de la mano de Cristian Ritondo, estaría suponiendo que el radicalismo podría acordar con el intendente y si esto pasa, él no jugaría para no dividir el espacio macrista local de JxC.

"Ya dividimos un poco los votos con lo que se llevaría Celeste Arouxet que funciona como una especie de Randazzo en 2017", afirmó una dirigente del espacio.

Los radicales se entusiasman con una Paso porque consideran que hoy como nunca, "el tema de los terrenos podría intervenir en una Paso", conjeturó una fuente partidaria, "dependerá de la Justicia y del nivel de esclarecimiento del tema", completó. Los radicales no descartan que esa variable puede intervenir al momento de elegir un candidato. Y se han involucrado en el tema seguridad pese al doble filo que tiene una temática de responsabilidad exclusiva de la Provincia.

Jáuregui ha comenzado a reunirse con fomentistas y a mostrarse en el escenario político local, pero, como decíamos, dependerá del contexto general del espacio lo que vaya a hacer.

El curismo

En tanto, el Peronismo Republicano de Mario Cura todavía no ha definido su rol en una interna, pero hasta hoy acompaña claramente a la gestión de Galli.

"La gestión está bien, muy considerada en Olavarría, pero está en línea con lo que estuvo proponiendo. Nosotros tenemos dos concejales y lo estamos acompañando", reafirmó Mario Cura.

El pichettismo ha lanzado su fundación "Encuentro Federal", con importantes figuras del peronismo y están dispuestos a mostrar una cara diferente dentro del concierto nacional del justicialismo. Nombres como Miguel Angel Toma, Jorge Yoma, Susana Decibe, Andrés Cisneros y Joaquín de la Torre, por ejemplo, que confluyen en ese espacio y dentro de Juntos por el Cambio, mientras sus pares de las provincias que hoy están dentro del Frente de Todos ya comenzaron a transitar un camino diferente al del kirchnerismo duro que parece concentrarse en el Conurbano bonaerense. "Se podía suponer que podría pasar algo así por la manera anormal de elegir la fórmula que tuvieron", dijo Cura, analizando lo que hoy es prácticamente una virtual ruptura entre el Presidente y la Vice. Pero el líder del PR todavía no adelantó nada sobre sus preferencias en una eventual Paso en Juntos, aunque es de imaginar que continuaría apoyando al Intendente con quien mantiene una alianza desde hace tiempo.

Crónica de una masacre

A fines de 1975, el gobierno de Isabel Perón atravesaba un clima muy especial. Para entonces, y pese a las garantías constitucionales, la libertad ya se retiraba aceleradamente de la vida política argentina. Promediando marzo de 1976, un dirigente politico se llegó hasta Olavarría y dio una charla en el salón de Bomberos que en ese entonces funcionaba en Alsina casi San Martín. Fue extraña la visita pero igualmente bienvenida para un momento en el que la política partidaria se había refugiado en las unidades básicas y en los comités y ya se hablaba de un golpe militar. Se lo olfateaba en el aire a partir del putsch de la Aeronáutica comandada por un sector ultramontano de oficiales adoctrinados por Jordán Bruno Genta. Fue como una prueba para ver como respondería el peronismo que había comenzado a dejar solo al Gobierno de Isabel Perón. Pero también como un anticipo de lo que las FFAA estaban dispuestas a hacer.

Los militares ya tenían preparado un plan de exterminio de la militancia y toda voz disonante al tipo de gobierno que querían imponer.

En algunos lugares ya comenzaban a conformar grupos de tareas para la represión que actuarían luego de manera absolutamente ilegal, una metodología que ya había insinuado la Triple A durante el gobierno constitucional de la viuda de Perón. Su esposo, el General Perón ya había justificado a los parapoliciales y paramilitares ante una periodista del diario El Mundo, analogándolas con las defensas orgánicas de un cuerpo vivo. El viejo líder creía en ese paradigma biologista de la sociedad.

Algunos políticos y sindicalistas peronistas ya se habían ido al exterior "yo me borro", había dicho el líder cegestista, Casildo Herrera. Seguramente manejaban información de primera mano o ya habían sido avisados por los propios golpistas de lo que iban a hacer. Era un poco vox populi esta espúria relación que tenía sus antecedentes en el golpe de Onganía en 1966 junto con el vandorismo y la denominada "patria metalúrgica".

Si hasta entre las víctimas existen diferencias y hay algunos que pasan a ser más víctimas que otros. Y mucho más en el peronismo que supo anidar en su seno a autoritarios y demócratas y a represores y reprimidos. En fin, para todos los gustos, pero de todos modos y siendo un poco complaciente, cada uno tuvo su propio calvario.

El golpe militar tuvo sus colaboradores entre los poderes económicos y políticos. El resultado fue una masacre. Una gran cantidad de militantes políticos fueron "desaparecidos", torturados y/o fusilados por el terrorismo de Estado en los Centros Clandestinos de Detención que el régimen militar armaba en todo el territorio nacional. Los militares pusieron en marcha un plan sistemático de exterminio.

Como bien se sabe, la riqueza se distribuye de manera inversamente proporcional a como se reparte luego la represión y el dolor. En una palabra, los pobres acaban siendo mucho más víctimas que los ricos.

El golpe más sangriento de la historia nacional había llegado. Algunos sostenedores de la famosa frase "cuanto peor, mejor", creyeron que se entraba en un momento de definiciones, pero nadie imaginó jamás la masacre que se venía. La libertad y el Estado de Derecho ya no estaban más y pasaban a ser valores que nunca más volveríamos a disfrutar hasta el advenimiento de la Democracia, en 1983. El juicio a las Juntas y luego el resto de los juzgamientos al resto de los victimarios durante la primera etapa del kirchnerismo le devolverían a la Nación la idea de justicia que tanto se reclamaba.

Hoy, a casi medio siglo de aquella fatídica fecha y pese a haber transitado aquel Infierno dantesco, todavía estamos transitando por en algunos de sus círculos.

De todos modos se recuperó la libertad, el imperio de la ley, las instituciones republicanas y democráticas y se pudo juzgar a los criminales del Terrorismo de Estado. Pero aún falta mucho para concretar aquella promesa de Raúl Alfonsín de que "con la democracia se come, se cura y se educa".

En efecto, a casi medio siglo, todavía existe hoy un 50 por ciento de la población que vive o en la pobreza o en la marginalidad, y una minoría dirigencial, política, empresaria y sindical que sigue gozando privilegios en medio de la corrupción y la impunidad.

Se ha logrado intentar resolver los problemas en el marco de la democracia y la libertad, lo que no es poco, pero aún el argentino medio, el que sueña con un país justo socialmente y ético en lo político, continúa apelando a la ironía y ese humor cáustico de Discépolo para compensar sus impotencias y sus frustraciones.

Ultimas Noticias