Guido Rossi, Mario Burgos, Gonzalo Ribalta Torga, Macarena Ribalta Torga, Matías Apezteguía y Matías Alvarez son los que le dan vida a Pura Veta, la carpintería ubicada en el corazón del barrio Villa Floresta que el 3 de octubre cumplirá nueve años. Una especie de cooperativa en realidad, en el que la horizontalidad es una de las premisas fundamentales para trabajar por lo que el buen clima laboral es una consecuencia de esa forma agradable y entretenida de afrontar cada día en la carpintería.
"Originalmente Pura Veta arrancó con Gonzalo, mientras vivía en Buenos Aires haciendo trabajos de carpintería. Luego nos reunimos y decidimos venirnos para Olavarría, ya que siempre tuvimos en claro que nos íbamos a venir. Yo justo había regresado de un viaje por Latinoamérica. Antes yo había trabajado en relación de dependencia, pero cuando volví de ese viaje tenía en claro que no quería seguir de esa manera y precisamente Gonzalo me invitó a sumarme al proyecto. Lo vi bien y comenzamos a trabajar juntos, y a los dos años se incorporó Mario (Burgos), al tiempo se sumó Matías Apezteguía. Después me fui a Australia durante dos años, donde me capacité en construción en madera (wood frame) y en ese momento Mati Alvarez y Macarena en distintas funciones. Desde un principio, en realidad, tratamos de manejarlo en forma de cooperativa" comenzó contando Guido Rossi para contar cómo fueron esos primeros pasos de Pura Veta.
"Gonzalo estudió carpintería y cuando me incorporé lo hice con la condición de hacer el curso de carpintería, al igual que cuando se sumó Matías. Y Mario ya era un señor carpintero" dice riéndose Guido, por lo que Burgos se sumó a la charla para contar que "yo ya venía de familia de carpinteros por mi abuelo, Bienvenido Escudero. Me crié en una carpintería, dormía en la viruta prácticamente. De ahí comencé a mamar todo con el aserrín y después trabajé durante 17 años en Materiales Rurales El Quebracho, con Julián Abad, y posteriormente decidí independizarme de alguna manera y me sumé al proyecto que ya tenían Gonzalo y Guido".
"Con Guido teníamos una amistad, pero arrancamos teniendo en cuenta que el objetivo era trabajar, había un direccionamiento vinculado al material, pero teníamos muy presente la forma y la lógica de lo vincular. Porque todo hemos laburado y teníamos experiencias relacionadas con la actividad, y encontramos que la pata a tener en cuenta era ver de qué manera se construía el día a día que es lo que sostiene la actividad. Puertas afuera no se lo puede controlar, porque hay aspectos como la tecnología, vaivenes económicos, materiales que salen, pero puertas adentro estábamos atentos a eso, a mirar, a saber, a contactarnos, a tener relación con carpinteros y ahí llegó el nexo con el CIMO" comenzó a contar Gonzalo Ribalta Torga.
"Es que siempre tuvimos en claro el tema del oficio. La actividad está muy diversificada porque en lo relacionado con la madera hay de todo -siguió diciendo Gonzalo-, desde juegos para chicos o casas, de todo. Porque en ese saber está la calidad y en eso nos gusta la carpintería, todos, aunque estemos volcados a los muebles, principalmente. Hay mucha gente que hace lo mismo. Ahora estamos parados en esto, bien firmes, pero también capacitándonos haciendo cursos y formándonos. En el caso de Mario, con mucha experiencia para elegir la madera, viendo el tema de la materialidad. Esa es la impronta que le estuvimos dando a nuestro trabajo".
Pura Veta fue ganando espacio, fue metiéndose en el sector, con su estilo, con sus diseños, con su permanencia y sus objetivos claros. "Estamos siempre con los amoblamientos, a medida. También fabricamos para una instalación, pero si querés una mesa determinada venís, te la hacemos y te la llevás como la querías. Nos gusta mucho el tema de la construcción y haciendo cosas relacionadas con lo estructural, donde la madera maciza juega. Es que la materialidad hoy es más fácil verlo, pero la madera es un material que crece rápido, que permite cortar y volver a sembrar. Para algunos es una pérdida, sobre todo para la madera de crecimiento lento, pero usamos madera de buena calidad que permite estar acompasados a las necesidades de hoy, con árboles que a los cinco años ya crecieron para volver a usar esa madera" analizó Ribalta Torga.
"Tuvimos la suerte de elegir, felizmente. Pero también hacemos cosas a medida y estamos abiertos a las propuestas de los clientes. Algunos vienen con el diseño hecho, por supuesto. Pero si tenemos que decir qué cosas son las que más salen, debemos decir que son los placares, amoblamientos para cocinas en general, que van de la mano con el nivel de construcción del momento. Cuando hay mucha construcción, los amoblamientos son más pedidos" agregó Guido. "Lo que hacemos es replicar lo que el cliente quiere, o el diseño que le hizo el arquitecto o a veces vienen con el espacio que tienen en su casa y nosotros le aconsejamos qué puede hacer allí", señaló Gonzalo.
"Y lo que intentamos siempre es ofrecer un asesoramiento, además de hacer el mueble, por lo que ofrecemos las recomendaciones del caso. Hay de todo, pero también viene el cliente que se hace la casa y él resuelve solo, lo tiene claro, o bien hay alguien que tiene el dinero y le paga a alguien para que se lo resuelva y no está encima de los detalles. Así que nosotros tenemos que andar mediando entre el arquitecto y el cliente, por lo que el objetivo es que el cliente siempre quede satisfecho" manifestó Guido.
En cuanto a lo que también se está trabajando actualmente, Mario señaló que se hacen pérgolas, domos, techos, invernaderos". "El material no tiene límites, es versátil. El tema es dónde vamos a colocar el mueble y de qué manera, mientras que entre las maderas macizas trabajamos mucho con pino, eucaliptus, álamo, guayubira, y también otras más tradicionales como el cedro o el roble, que si bien hay menor cantidad igualmente se trabaja. Entre los derivados, por supuesto que está la melamina que lleva otro proceso, más industrial, ya que está pensado para trabajar de otra manera. Después, las carpinterías como la nuestra hace que la adaptamos al pedido del cliente" comentó Gonzalo.
Finalmente, en cuanto a formas de pagar, los clientes tienen varias opciones. "Están todas las posibilidades que ofrece el mercado y tenemos predisposición porque sabemos que no vendemos alimentos, pero sabemos que es algo costoso. Por lo tanto nuestro desafío es buscar la manera de adaptar el trabajo y el diseño a un presupuesto, porque la idea es que todos se pueden hacer el mueble que quieren. A eso lo tenemos bien claro. Por eso hay que trabajar pensando en eso, que el mueble salga, y después se acuerda la forma de pago (con Ahora 12 y Ahora 18 incluidos), por lo que tenemos mucho diálogo con el cliente que llegan también por las redes sociales que maneja Macarena, que hace el primer contacto con el cliente, y luego ellos vienen al taller y hablan con nosotros para definir el trabajo, en cuanto a diseño, dibujo, que es un trabajo que lleva tiempo para tener un resultado final para que el cliente quede conforme" terminaron contando los carpinteros de Pura Veta.