Muchos niños y adolescentes dejaron de recibir vacunas estratégicas para enfermedades graves, lo que incrementa el riesgo de nuevos brotes y contagios.
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha producido y sigue produciendo a la humanidad, previniendo enfermedades que antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas, tales como el sarampión, la difteria, la hepatitis B, la parotiditis, la tos ferina, la neumonía, la poliomielitis, el cáncer cervical, las enfermedades diarreicas por rotavirus, la rubeola y el tétanos.
Sin embargo, según la Organización Panamericana de la Salud, se estima de 1 millón y medio de niños menores de 1 año en nuestra región no completan su esquema de vacunación en tiempo y forma, situación que se vio agravada por el confinamiento y la cuarentena producidos por la pandemia de Covid-19.
Datos de OMS y Unicef indican que la pandemia produjo que a nivel global 23 millones de niños se perdieran las vacunas esenciales en 2020, un aumento de casi 4 millones respecto de 2019.
Por ejemplo, la cobertura mundial de la tercera dosis de difteria, tétanos y tos ferina (DTP3) cayó del 86% en 2019 al 83% en 2020.
Las últimas estimaciones de la OMS y Unicef sobre la cobertura nacional de inmunización (Wuenic) también muestran que el 90% de los países informaron que los datos de 2020 experimentaron un estancamiento o una disminución de la cobertura de DTP3 en comparación con 2019.
"Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no vacunadas y susceptibles que viven en su entorno por el beneficio de la 'inmunidad de rebaño'. Mediante las vacunas se ha logrado erradicar la viruela, se está finalizando la erradicación de la poliomielitis en el mundo, el sarampión ha dejado de ser un problema frecuente en nuestro medio, no tenemos casos de difteria y otras enfermedades están siendo controladas como la tos ferina, el tétanos, la hepatitis A y las meningitis meningocócicas", afirmó la Dra. Florencia Lución, médica pediatra, presidenta de la Subcomisión de Epidemiología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
"Sin embargo, para lograr el control efectivo de cualquiera de las enfermedades inmunoprevenibles mencionadas, es fundamental además sostener un programa de vacunación amplio y contar con una vigilancia epidemiológica adecuada y oportuna para evitar la aparición de brotes. Se deben realizar los máximos esfuerzos para mejorar y mantener coberturas adecuadas y homogéneas en todo el territorio nacional", completó, desde la Defensoría del Pueblo de la Nación, el responsable del Área de Salud, Acción Social, Educación y Cultura, el abogado Maximiliano Nitto.