"Quiero morir en libertad, no quiero morirme preso", dijo el asesino múltiple que cumplió 70 años.
La defensa de Carlos Eduardo Robledo Puch, el mayor asesino múltiple de la historia criminal argentina y sentenciado a reclusión perpetua por más de una decena de homicidios, solicitó la libertad condicional ante la Cámara de Apelaciones de San Isidro con el argumento de que ya cumplió 70 años, "pasó más de 50 en prisión" y no quiere morir en la cárcel.
"Quiero morir en libertad, no quiero morirme preso", fue lo que Robledo Puch (70), apodado "El Ángel de la Muerte", les dijo a sus abogados Diego Dousdebes y Martín Ebra en una sala de visitas de la Unidad 26 de Olmos, días antes del 3 de febrero último, cuando cumplió medio siglo tras las rejas, siendo así el criminal argentino que transcurrió el mayor cantidad de tiempo en la cárcel.
Ante el deseo de Robledo, sus abogados solicitaron la semana pasada a la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, integrada por los jueces Ernesto García Maañón y Oscar Roberto Quintana, que le otorguen la libertad condicional de su defendido.
En la presentación, los letrados justificaron el pedido expresando que la pena de Robledo se encuentra "agotada" ya que cumplió con los 35 años de condena que postula el Código Penal para los condenados a reclusión y prisión perpetua.
"Más allá de que los crímenes que pueda haber cometido hayan sido aberrantes, a él se le impuso una pena que no tiene punto final. Él fue condenado en tiempos de dictadura, donde había otros parámetros de legalidad que por suerte no rigen ahora. Me pregunto por qué nunca se ha revisado esta pena", dijo el abogado Dousdebes.
A su vez, los defensores solicitaron, subsidiariamente, que Robledo continúe cumpliendo su pena en su domicilio, en función del artículo 10 del Código Penal, el cual posibilita a los reclusos mayores a 70 años y con problemas de salud, a gozar de ese beneficio. "Es una persona anciana. Tiene 70 años, pero aparenta 90", señaló Dousdebes.
Biblia y ajedrez
Tras más de medio siglo tras las rejas, Carlos Robledo Puch pasa sus días en soledad, leyendo la Biblia y jugando al ajedrez con otros internos del penal de Lisandro Olmos, una cárcel de régimen de detención semiabierto cercana a La Plata, donde permanece detenido con su salud deteriorada.
"Pasa sus días jugando al ajedrez y rezando. Es católico practicante de la orden marianista. Él mata el tiempo", informó una fuente judicial cercana al "Ángel de la Muerte", quien añadió que "no se sumó a ninguna actividad educativa ni laboral" y que "no recibe visitas de familiares ni allegados" dentro del penal.