Joaquín Aquino, vinculado a "Alicho", otro narco pesado de la zona, fue arrestado en una redada junto a otros siete acusados. Se secuestraron 15 mil dosis de droga similar a la incautada en el asentamiento de Tres de Febrero.
El misterio comienza a cerrarse. En las últimas horas, la Dirección de Investigaciones Contra el Crimen Organizado de la Policía Bonaerense allanó nueve objetivos en la zona oeste en busca de los responsables de la droga envenenada que le costó la vida a 20 personas y que según sus testimonios fue vendida en el asentamiento Puerta 8 de Tres de Febrero.
Hubo ocho detenidos, según confirmaron fuentes del caso. Se secuestraron armas y 15 mil dosis de cocaína con un envoltorio traslúcido color magenta similar al incautado ayer en la zona donde la droga sospechada fue vendida.
Entre los acusados del caso que fueron hallados hoy, con un operativo bajo las ordenes del magistrado Juan Manuel Culotta de Tres de Febrero, se encuentra un posible capo: Joaquín Aquino, "El Paisa", ligado a Max Alí Alegre, alias "Alicho", cuyo nombre surge en la causa por el brutal asesinato sicario de un inspector de la Policía Federal cometido meses atrás. Los procedimientos, esta vez, se realizaron en Ezeiza, Esteban Echeverría, Villa Loyola y Villa Sarmiento.
"El Paisa", nacido en Paraguay en agosto de 1988, fue arrestado en una casa de la calle Chile en José C. Paz, donde tenía una Glock 9 milímetros con la numeración limada y tres celulares. También tenía un pedido de captura pendiente, según pudo confirmar este medio: gozaba de una excarcelación concedida bajo caución juratoria en una causa iniciada en 2018, elevada a juicio al Tribunal Federal N°1 de San Martín, estaba libre de palabra. Al no presentarse a la Justicia, fue declarado rebelde.
Aquino estaba en el radar de la Justicia al menos desde diciembre, cuando la PROCUNAR -el ala de la Procuración dedicada a investigar delitos de narcotráfico- presentó una investigación preliminar en la Justicia federal de San Martín con información provista por Crimen Organizado de la Bonaerense tras un extenso trabajo de campo. Según datos del expediente al que accedió Infobae, Aquino, mencionado explícitamente en las actuaciones elevadas a la Justicia, sería el encargado de la recaudación de la banda, un traficante movedizo que cambiaba de domicilio rápidamente, alojado por la familia de su pareja, principalmente en la Villa Loyola.
Los vínculos de "El Paisa" parecen temibles. La Bonaerense lo conectó con sus tareas de inteligencia a dos capos de la historia reciente de San Martín: "Alicho" Aguirre y Blas Gómez. Sus nombres resuenan en el crimen de Ricardo González, inspector de la Federal, encontrado muerto de ocho tiros dentro de su camioneta en julio del año pasado, en la calle Congreso de Loma Hermosa.
Se encontró un mensaje manuscrito junto al cuerpo, mafia pura a simple vista. La nota decía, en tinta roja: "RENGO PACHECO 10 MILLONES POR MÍ, ACÁ TENÉS TUS 10 MILLONES, ATENTAMENTE, SAN MARTIN". "El Rengo" es Javier Alejandro Pacheco, uno de los narcos históricos de San Martín, regente de la cocaína de la villa 9 de Julio en el municipio, detenido este año junto con todo su clan. González tenía otra nota escrita, un dato que confirma una alta fuente del caso. Se la encontraron en el bolsillo de su campera. Decía: "BLAS ADRIÁN GÓMEZ M=1 - P 2 GORDO BLAS AVICHO".
Blas Gómez también tiene su historia de sangre y coca: fue buscado por la Federal por el asesinato de Alan Dolz, agente encubierto de la Superintendencia de Drogas Peligrosas que fue baleado en el interior de la Villa Loyola en 2017. Presos, "Alicho" y Blas comandaban la organización desde la cárcel con lugartenientes como Aquino y Ramón Medina, detenido también en la mañana de hoy.
Existen rumores en la frecuencia baja del hampa de que la droga envenenada obedecería a una interna mafiosa, una venganza en donde un traficante intenta correr a otro para ganar su territorio. Para un avezado investigador federal involucrado en el caso, la teoría no tiene demasiado sentido.
"Como mínimo, tenés que infiltrarle la organización y ponerle un tipo en el lugar del corte. Eso, de por sí, es difícil. Y también tenés que pensar en los adictos. No se van a ir a comprar a otra villa porque la de Puerta 8 está envenenada. No funciona así", asegura. "Lo que acá pasó, seguramente, es que un estúpido cortó con cualquier cosa".
Fuente: Infobae