Los resultados respecto del impacto que tendrá la ola de calor a mediano plazo todavía no pueden medirse. Sin embargo, la lluvia de esta semana dio alivio al sector del campo, en líneas generales. "Si no hubiese llovido las pérdidas hubiesen sido importantes", resumió Eduardo Alem. Además, dijo que la previsión de las altas temperaturas que se registraron dieron tiempo a los productores para prepararse de la mejor manera posible.
"Por lo menos esta ola de calor ya se cortó y lo positivo es que fue anunciada, lo que nos permitió prepararnos de la mejor manera posible para poder afrontarla". Las palabras son del veterinario y productor agropecuario, Eduardo Alem, quien realizó un análisis general de cómo está la situación del campo luego de la sequía que generó preocupación en el sector, a raíz de las consecutivas altas temperaturas registradas durante la semana pasada.
Si bien a mediano plazo todavía no se sabe cómo afectará la ola de calor que se vivió en todo el país, lo cierto es que las lluvias de esta semana "nos dan un gran alivio, es una bendición. Si no hubiese llovido, las pérdidas hubiesen sido importantes", subrayó.
Los meteorólogos anunciaron con antelación que Argentina sería foco de una ola de calor que superó todos los récords, incluso durante unas horas colocó al país en el lugar más caliente del planeta.
En este contexto, los productores agropecuarios debieron reacomodarse para soportar temperaturas por encima de los 40°C y un calor extremo que se instaló durante varias jornadas consecutivas. "El evento que hubo fue algo extraordinario, no solo en cuanto a las temperaturas sino también en relación a la extensión en el tiempo, creo que no hay estadísticas de algo parecido", definió Eduardo Alem en diálogo con EL POPULAR.
Respecto a las consecuencias que la sequía tiene en el sector agropecuario, analizó que todavía resulta difícil evaluar los resultados a mediano y largo plazo, pero en lo que respecta a las consecuencias directas, las pérdidas podrían haber sido más importantes de lo que fueron y en parte eso fue gracias a la previsibilidad. "Gracias a Dios esta ola de calor se predijo con bastante antelación, entonces los productores agropecuarios pudimos prepararnos lo mejor posible para afrontar las altas temperaturas. A ninguno nos agarró distraído y pudimos tomar recaudos como por ejemplo diferir trabajos de hacienda o prevenir eventos graves".
Los costos
En su análisis respecto de la situación del sector -y ya con el alivio de las permanentes lluvias- Eduardo Alem diferenció lo que en ganadería se denomina "costos clínicos" y "costos subclínicos". Los primeros son aquellos eventos muy importantes que se miden automáticamente, como por ejemplo la mortandad de ganado por las ola de calor y las altas temperaturas. Los subclínicos, por su parte, son aquellos que se miden con el tiempo.
En este sentido, a nivel local "no tengo información que hayan habido eventos graves", mientras que no es posible realizar un balance de cómo impactó el clima a mediano plazo y cuáles serán los costos subclínicos que afrontará el sector.
Así como en la ganadería, "en los cultivos sucede algo semejante. Yo tengo un maíz en plena floración. Ese maíz sigue estando, pero fue estresado y no sabemos cómo se va a comportar en un tiempo. La mayoría de los maíces están floreciendo, es un momento crítico que dura unos 15 días en los que tiene que tener humedad. Entonces creo que va a haber una merma de rinde, pero por suerte con estas lluvias se impidió que secara del todo y se perdiera completamente".
Por otro lado, también evaluó que "no hubo grandes incendios en la zona. Eso es importantísimo. Hubo pequeños focos y no pasó más que eso. Por eso yo digo que hay que estar agradecido, más allá de todo el panorama, que dentro de todo no fue un desastre".
La emergencia, en un sector muy heterogéneo
En un párrafo aparte, el productor agropecuario Eduardo Alem, también se refirió al anuncio del ministerio de Agricultura Julián Domínguez sobre el aumento que otorgará el Gobierno para actualizar el Fondo Nación para la Mitigación de Emergencias y Desastres agropecuarios, cuyo valor en la actualidad es de 500 millones de pesos.
Si bien en la comunicación oficial que envió la cartera agropecuaria no había detalles de la actualización, Julián Domínguez aseguró en los últimos días que el nuevo monto será de 12.500 millones de pesos.
Consultado al respecto, Alem explicó que "desde que tengo uso de razón siempre ha habido fondo de emergencia y algunos paliativos, pero en la práctica a nivel productor muchas veces no le llega por la misma burocracia, se hace engorroso".
En este sentido, admitió que "más que nada es un anuncio, algo que en teoría está bárbaro, pero no es tan favorable en la práctica. No es tan sencillo, muchas veces hemos estado reclamando fondos por sequías que se producen en enero y recién lo hacemos en julio cuando ya estamos inundados. Son paliativos, pero de fondo hay otras cuestiones que serían más directas a la producción. Por ejemplo: un incentivo a la producción, a mejorar genéticamente tanto el cultivo como la ganadería y a cambio exceptuar impuestos. Ese sería un incentivo. O el incentivo para que se utilicen más fertilizantes o para por estar más asesorado por técnicos... Algún beneficio que sea más directo. Acá lo que falta es el incentivo para que el productor se anime a hacer estos cambios. Motivarlo sin regalarle nada".
Finalmente, Eduardo Alem aclaró que "se tiende a generalizar al campo, pero el campo no es solamente eso. Hay transacciones, hay inversionistas, propietarios, arrendatarios... Es muy diverso. A nivel local hay una diversidad de suelo tremendo, hay suelos que valen cinco veces más que otros, y eso es porque producen más. Lo que yo digo es que siempre conviene tener pocas hectáreas pero buenas, que muchas pero malas. Por ahí, 200 hectáreas buenas producen más que 1.000 hectáreas que sean malas".
De allí que el impacto de la sequía también sea diferente, dependiendo de cada caso y situación. En líneas generales, no se han registrado acontecimientos graves, pero queda todavía por evaluar el impacto de la ola de calor en el tiempo.