Quemaduras solares que pueden provocar secuelas a largo plazo

La necesidad de seguir conscientizando sobre el uso del protector solar La dermatóloga de la ciudad, Patricia Green habló de los peligros de exponerse al sol sin los recaudos suficientes, y explicó que el 80% del daño solar se recibe desde el nacimiento y hasta los 18 años, pudiendo ocasionar consecuencias irreversibles a futuro

Llegó el verano y como cada año, se pone en agenda la importancia del uso de protector solar a la hora de exponernos al sol. Sin embargo, aún hay personas que desconocen o ignoran el real peligro que puede provocar a largo plazo ese efecto "bronceado" que muchos esperan alcanzar durante los meses que dura dicha estación.

Desde la Sociedad Argentina de Dermatología se recomienda el uso del protector solar que tenga un FPS (factor de protección solar) mínimo de 30. en adelante, pero también se aconseja la no exposición al sol entre las 11 y las 16, que son las horas en las que los rayos solares están más fuertes. La dermatóloga Patricia Green, en diálogo con El Popular explicó que, una forma práctica de reconocer si es un horario apto para exponerse al sol es ponerse de espalda al sol y proyectar una sombra: "si la sombra proyectada es más corta que tu altura, ahí debes evitar la exposición". 

De todas formas, y en cualquier horario, el uso del protector solar no puede pasarse por alto a la hora de exponerse al sol. "Previamente, debemos aplicarnos el protector solar en todo el cuerpo y reponerlo cada 2 horas y media para que proteja bien", aconsejó la profesional. Para las personas que se deben exponer por cuestiones laborales y que no pueden mojarse, también se les aconseja que, además del uso de protector, usen ropa liviana que sirva también de protección contra los rayos UV, al igual que sombreros y anteojos

Una de las usuales y peligrosas consecuencias que provoca el exponerse al sol sin tomar los recaudos necesarios es la aparición de quemaduras en el cuerpo. ¿Cómo son estéticamente estas quemaduras y cuando aparecen? "En primer lugar la persona se va a poner muy colorada, y va a empezar a sentir ardor y dolor en su piel", describió Green. A los días siguientes, lo que puede pasar es que esas quemaduras se transformen en ampollas. "Son muy dolorosas, a veces hasta duele apoyarse en la cama, como si fuera una quemadura de agua caliente", especificó la especialista. 

Como primera medida ante la presencia de estas quemaduras o ampollas, Green sugirió tomar una ducha fría o tibia, y secarse con mucho cuidado, sin frotar demasiado la piel, para luego colocar alguna crema. "Si la quemadura es leve, un gel post solar alivia, pero de lo contrario, hay que recurrir a cremas como el platsul". 

Cuando las ampollas se rompen, pueden generar a futuro manchas en la piel."A través de los años uno encuentra esa piel que llamamos foto dañada porque tiene un montón de manchas que son producto de las quemaduras por el sol", declaró la profesional. En este marco, también aclaró que los daños provocados por el sol son irreversibles y acumulables. "El 80% del daño solar que vamos recibiendo durante toda nuestra vida, es desde que nacemos, hasta los 18 años, y puede que las lesiones aparezcan 30 años después". 

"El 80% del daño solar que vamos recibiendo durante toda nuestra vida, es desde que nacemos, hasta los 18 años, y puede que las lesiones aparezcan 30 años después". 

Como profesionales en el cuidado de la piel, la dermatóloga hizo hincapié en la importancia de concientizar todos los días sobre la importancia del uso de protector solar. "Desde el consultorio tratamos de hacer más foto educación con los pacientes, por más que vengan a consultar sobre otra cosa, hablarles sobre la protección solar". También, y remitiendo nuevamente al rango de edad en el que se genera el mayor daño solar en una persona, Patricia Green agregó que "hay que educar a los más chicos, para que puedan crear el hábito y usar el protector solar cuando son adolescentes, que es cuando más rebeldes y reacios al protector son". Habló de una educación "popular y pública", que se manifieste en las escuelas, en los medios de comunicación, y a través de distintas campañas. 

Para finalizar, concluyó en que no existe el bronceado saludable, porque sí hay bronceado, hay daño solar, desaconsejó el uso de las camas solares porque aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel y, por el contrario aconsejó el uso de cremas autobronceantes. 

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