¿Luz fría o cálida?

El color de la luz, dicen los expertos, afecta el estado de ánimo y usarla adecuadamente nos ayudará a conseguir la atmósfera deseada.

En Estilo de Vida te contamos cuál se usa para cada caso

La luz cálida (cuando predomina el color ámbar) se recomienda para generar ambientes tranquilos, de descanso y relajación. Para una sala de estar, por ejemplo, es sumamente recomendable.

Con ella se fomenta el relax y el descanso. Si es el lugar elegido para la lectura o desarrollar algún pasatiempo, se puede elegir una luz fría, que fomenta la creatividad. Si usas este espacio para las dos cosas y te cuesta decidirte, las lámparas serán de mucha ayuda. Cuando sea necesario cambiar de luz, las prendes y apagas la luz principal.

La luz fría (cuando predomina el color azul) se recomienda para generar ambientes dinámicos y de mucha actividad. Genera un efecto estimulante. Por lo tanto, es ideal para las áreas de la casa donde hay más movimiento, como la entrada, escaleras, baño y cocina. Es así que, en los negocios se utiliza en comercios que tienen flujo de personas, o para lugares muy oscuros, como patios y estacionamientos.

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